Un hotel en los árboles. La siguiente parada ya fue en Treehotel, un alojamiento de lujo discreto a 50 kilómetros de Luleå, en Harads, un pintoresco pueblo de 600 habitantes. Con habitaciones separadas construidas a seis metros de altura entre la copa de los árboles y vistas espectaculares, el hotel pretende rescatar la relación entre el humano y el bosque. Cada una de las habitaciones fue diseñada por un arquitecto escandinavo diferente, por lo que son únicas y bien distintas entre sí. El diseño moderno contrasta con el emplazamiento agreste, pero parte del concepto es dejar una mínima huella ecológica. La recepción del hotel es una casa de huéspedes, auténtico hogar sueco construido en madera entre 1930 y 1950, con seis habitaciones, para los que prefieran un contacto menos estrecho con el exterior.
La actividad planteada para esa tarde era una sesión de ejercicios de respiración con un guía especializado en una sala del spa. Colchonetas, almohadas, mantas, cubreojos, luz azulada muy tenue y la vista completa al bosque iluminado en la noche. Los beneficios de una buena sesión de respiración relajante se cuentan de a decenas.
Esculpir en el hielo fue uno de los tantos desafíos a los que se enfrentaron los participantes.
A la hora de la cena, la encantadora mesa puesta con vajilla de diseño, copas y velas prometía una serie de platos que estuvieron a la altura de las circunstancias. Pero la expectativa de los visitantes estaba puesta en la posibilidad de ver una aurora boreal. La dueña de casa explicó que eso depende de la suerte. Para verlas, el cielo debe estar despejado, y esa noche no parecía ser la correcta.
Manejo sobre hielo. El día siguiente comenzó con pequeños rayos de luces colándose entre los pinos en las primeras horas de la mañana, una situación especialmente valorada por los suecos que no ven el sol muy a menudo durante el invierno. Las miradas de felicidad y asombro clavadas en la ventana lo dejaban bien claro. La caminata por el bosque nevado hacia el desayuno permitió sentir el aire frío de la mañana, encontrarse con alguna ardilla buscando comida y escuchar el canto de los pájaros.
Ese día el calendario marcaba The Big Winter Drive, una prueba de manejo del nuevo modelo de Volvo EX30 en una pista especialmente acondicionada sobre un lago congelado, a unos escasos 15 minutos en auto desde el hotel.
Active Bath, un hotel y spa flotante sobre las aguas del río Lule, que durante el invierno permanece congelado.
A un costado de la pista, tres grandes carpas de forma triangular —como las típicas de los esquimales— funcionaban como cocina, comedor y oficina. Afuera, una fogata en el hielo rodeada de bancos con mantas y pieles era fuente de calor y punto de reunión para un café y una charla.
En la carpa-comedor se presentó la actividad que consistía en dos partes: una instancia de manejo en una pista más corta de slalom, y otra en una pista más grande conformada básicamente por curvas. Se explicaron las reglas básicas y se evacuaron dudas, como que la capa de hielo debajo de la pista tenía más de un metro de espesor (en ese mismo lugar un par de semanas antes la temperatura había llegado a caer hasta los -30 ºC) y no implicaba ningún tipo de riesgo. También se aclaró que no había límite de velocidad más allá del que el propio manejo en zigzag y la sinuosidad de la pista imponían. El riesgo de despiste tampoco era tal, pues el auto no podía ir más allá de la nieve acumulada en los bordes de la pista, y si eso pasaba, otro Volvo venía al rescate para cinchar y volver a colocar al EX30 en posición.
Es la tierra de los renos, solo en esa región del plante se encuentran, y recorren los campos helados haciendo sonar los cencerros.
Los autos se distribuían cada dos pilotos, que intercambiaban posiciones al finalizar cada vuelta. La diversión y la adrenalina eran el común denominador entre los participantes, que se comunicaban con el líder del grupo por radio. La experiencia de manejo resultó excelente, el auto se adaptaba rápidamente a las condiciones y respondía con agilidad colaborando con el conductor. No se debieron utilizar cadenas ni ruedas especiales porque el EX30 ya viene con neumáticos preparados para manejar sobre hielo y nieve.
Al finalizar, equipo y participantes se reunieron en la carpa-comedor para compartir un suculento almuerzo: sopa de venado, carne de reno servido con verduras y opciones vegetarianas, todas preparaciones típicas de esas tierras gélidas.
La agenda indicaba que la actividad siguiente al almuerzo tenía que ver con el mundo de las artes: escultura en hielo. Junto a la pista, varios cubos de hielo atornillados a cuatro mesas presentaban el desafío de esculpir en ellos un modelo proporcionado por la organización: el asiento del EX30. Una artista local especializada en la escultura en hielo explicó los primeros fundamentos de la tarea, que a simple vista parecía titánica, pero una vez que se le agarra la mano al cincel resulta muy placentera. Sin embargo, los resultados fueron muy variables, dependiendo de las habilidades artísticas de cada participante.
Rekha Meena estuvo a cargo del equipo de diseñadores que trabajaron en el interior del nuevo modelo.
Un hotel sobre un río congelado. Ya era media tarde, y la temperatura iba descendiendo. Con bastante abrigo, la estadía a la intemperie había sido llevadera, pero ya era tiempo de reconfortarse.
Arctic Bath es un hotel y spa flotante sobre las aguas del río Lule, que durante el invierno permanece congelado. Construido en materiales naturales y sustentables —básicamente madera— el edificio principal es circular con una extraña arquitectura exterior formada por palos y postes que le dan una impronta exóticamente atractiva. Las habitaciones son cabañas, algunas sobre el agua y otras sobre tierra, en medio de los abedules.
La alemana Katharina Sachs es la responsable de cómo luce el exterior del EX30.
Este hotel ofrece full experience, por tanto la siguiente actividad planificada era terapia de baño frío, es decir, sumergirse en una piscina en el hielo. Para guiar y aplacar los nervios apareció Sven, el instructor alemán que fue explicando paso a paso lo que había que hacer, respondiendo dudas y conteniendo ansiedades. La terapia consiste en ingresar primero al sauna cuya temperatura Sven se encargó de elevarla a los 80 ºC —la sensación es estar precisamente dentro de un horno—, permanecer allí el tiempo que se soporte (5, 10, 15 minutos), salir directamente al exterior (en ese momento algunos grados por debajo de 0) e ingresar agarrados de la escalera y sin soltarse al agua que está a 0 ºC (no se congela por un sistema de burbujas). La idea es estar en el agua unos dos o tres minutos, o hasta que el cuerpo aguante, que pueden ser apenas unos segundos (ese tiempo es muy personal, depende de cada cuerpo, edad, estado físico, etcétera). Al salir, caminar alrededor de la piscina dos o tres vueltas para aclimatar el cuerpo (allí no se siente ni frío ni calor, es la parte más agradable de todas), entrar al spa, tomar agua, respirar profundo y volver al sauna. La terapia consiste en repetir el procedimiento tres veces. No hay riesgos médicos, pero sí puede causar algún malestar, sobre todo anímico, que impida continuar. Es una experiencia extrema sin dudas, pero, aseguran, muy saludable.
La cocina escandinava mezcla herencia culinaria, inspiración en la naturaleza e innovación. Tres grandes carpas de estilo esquimal se armaron junto a la pista y albergaron cocina, comedor y oficina durante The Big Winter Drive.
Esa noche en la cena, la cold bath therapy acaparó la conversación. El menú, servido en el salón comedor luego de un momento de tragos en el bar, consistió en varios pasos y una selección de ingredientes que a esa altura ya era difícil de retener, pero cuyos sabores, colores y presentaciones demostraban la sofisticación de la cocina escandinava, mezclando herencia culinaria, inspiración en la naturaleza e innovación.
La misma sofisticación, innovación e inspiración que las diseñadoras del EX30, la joven alemana Katharina Sachs para el exterior del auto y la india Rekha Meena para el interior, supieron imprimir en el nuevo modelo a través de texturas, materiales y colores. Tanto Katharina como Rekha, junto con varios otros integrantes del equipo de Volvo, acompañaron toda la experiencia y transmitieron la emoción y el cariño puesto al servicio del proyecto. Ambas tomaron elementos de la naturaleza sueca y los integraron a un auto que tiene un espíritu amable y respetuoso, con quienes lo ocupan y con el ambiente que lo rodea. Este pequeño SUV eléctrico trae consigo todo ese encanto de las tierras nórdicas. Incluso las auroras boreales, que solo quedaron en promesa.
Treehotel propone dormir entre las copas de los árboles, en habitaciones diseñadas por distintos arquitectos escandinavos.
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Sobre el Volvo EX30
Motor:
Eléctrico
Transmisión: RWD, automática
Potencia máxima: 272 hp/200 kW
Torsión máxima: 343 Nm
Velocidad máxima: 180 km/h
Aceleración (0-100 km/h): 5.7 s
Seguridad:
Sistema de alerta al conductor
Alerta de tráfico cruzado frontal
Intelligent Speed Assist (ISA)
Prevención y mitigación de colisiones
Asistencia para mantenerse en el carril
Frenado automático en intersecciones
Protección contra colisiones con ciclistas y peatones
Airbags de techo laterales
Asistencia al conductor:
One pedal drive
Pantalla central de 12.3 pulgadas
Limitador de velocidad
Asistencia al estacionamiento
Cámara de 360°, vista en 3D
Control Crucero Adaptativo
Sensor de lluvia
Retrovisores antideslumbrantes
Asistente de cambio de carril
Sistema de audio:
Harman Kardon Premium Sound
Colores:
Vapour grey, onyx black, moss yellow, crystal white y cloud blue
Llegada a Uruguay: junio 2024
Precio: desde 44.990 dólares