La historia del Cosquín Rock arranca en 2001 en Córdoba. Por entonces, la idea de un festival de rock que pudiera competir en importancia con el tradicional Festival Nacional de Folklore de Cosquín parecía una idea un tanto descabellada. Sin embargo, José Palazzo, un productor musical que había transitado todos los escalones del negocio, desde pegar afiches hasta organizar recitales, decidió crear un evento que rompiera con los moldes establecidos. Así nació el Cosquín Rock, con actitud rebelde, apertura a lo diverso y una firme apuesta por juntar a la gente a través de la música. La fórmula creció año tras año, mutando, ampliando su paleta de sonidos y cruzando las fronteras de Argentina. Hoy, a 25 años de aquella primera edición, el Cosquín Rock se ha consolidado como uno de los festivales más importantes de Iberoamérica, con ediciones en España, México, Colombia, Paraguay, Estados Unidos y, desde 2018, Uruguay.
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Javier Calvelo / adhocFOTOS
Aquí Cosquín Rock
Pero detrás de los escenarios, la potencia del sonido y la euforia del público, hay un trabajo monumental que empieza mucho antes de que suene el primer acorde. Camilo Sequeira, director de la productora Piano Piano, es el socio local del festival. Junto con su equipo de más de 30 personas, trabaja todo el año en múltiples proyectos, pero el Cosquín es, sin dudas, uno de los motores centrales.
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Público asistente al Cosquín Rock Uruguay 2024
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Una maquinaria de mil personas
Organizar el Cosquín Rock Uruguay implica una maquinaria logística que involucra directamente a cerca de mil personas: desde los empleados fijos de Piano Piano hasta los casi 400 contratados temporales para barras, accesos, producción técnica y servicios. A eso hay que sumarle 100 personas de seguridad, 20 de sonido, 15 del punto de hidratación, además del personal de limpieza, operadores de merchandising y más. Esto sin contar el efecto cascada en hoteles, restaurantes y transportes.
“Es un evento que tiene un impacto económico importante para Montevideo”, reconoce Sequeira. “No mueve la economía del país, claro, pero sí la de un sector clave. Es parte de la economía naranja y tiene efectos muy concretos en la ciudad”. La economía naranja abarca las actividades culturales y creativas —como la música, el cine, las artes visuales y la moda—, que crean valor económico y fomentan el desarrollo local. “A eso sumale que hay casi 30 bandas uruguayas participando, con un promedio de 20 personas por grupo. Solo eso ya genera un movimiento enorme”, agrega.
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Sebastián el Enano Teysera, cantante de La Vela Puerca, en el Cosquín Rock Uruguay 2023
Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS
Este impacto económico no es solo una percepción: en Argentina, el Cosquín Rock viene realizando desde hace cinco años estudios específicos sobre su huella ambiental, social y económica. En la edición de este año, el festival en Córdoba implicó una inversión de aproximadamente 11 millones de dólares en producción general, y tuvo un impacto fiscal estimado en 7.000 millones de pesos argentinos (unos 20 millones de dólares). En Uruguay la cifra es menor, pero no por eso despreciable: “Por ejemplo, la artística (puesta en escena) sola ronda los 700.000 dólares”, señala Sequeira. Y el costo total supera ampliamente el millón.
Una gran parte del presupuesto se destina a la contratación de artistas, con un 80% de la programación de este año proveniente de Uruguay. También se invierte en la producción técnica, que demanda un equipo multidisciplinario, una logística compleja y un espacio con infraestructura adecuada para garantizar tanto la calidad como la seguridad del evento.
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Así es un Cosquín Rock Uruguay
Impuestos, sostenibilidad y precio de entrada
El negocio del espectáculo no se limita a la música y el entretenimiento, también involucra una estructura económica compleja y una carga fiscal considerable. En Uruguay, por ejemplo, una porción significativa de cada entrada vendida para este tipo de eventos en vivo se reparte entre distintos organismos y entidades. Parte se destina a derechos de autor (10%), otra a tasas municipales (6%), otra al fomento de la música nacional (3%) y otra a impuestos nacionales. Aunque no todas estas contribuciones son técnicamente impuestos, según la visión de algunos productores, en la práctica actúan como tales, lo que reduce significativamente el margen de ganancia de organizadores y artistas.
A pesar de todo, el precio de la entrada se busca equilibrar. “No queremos que sea inaccesible ni elitista. Hacemos un plan de negocio responsable, tratamos de no cargarle el riesgo al público”, explica el productor a Galería.
Además, el Cosquín Rock Uruguay ha asumido un compromiso creciente con la sostenibilidad. “Ponemos mucho personal para la limpieza, y campañas de concientización sobre residuos. Cerramos a las 3 a. m. y al otro día al mediodía todo tiene que estar impecable”.
La visión de Palazzo: experiencia y personalidad
Del otro lado del Río de la Plata, Palazzo sigue siendo el alma del Cosquín. Desde Córdoba, monitorea cada una de las ediciones internacionales, pero insiste en que cada una debe tener su identidad propia. “No es una franquicia como McDonald’s”, dice con humor a Galería. “Cada Cosquín Rock tiene que reflejar la idiosincrasia del lugar donde se hace. En Uruguay lo logramos porque confiamos en socios locales que entendieron qué quería el público uruguayo y lo adaptaron”.
Para Palazzo, el éxito del festival en Uruguay es claro. “Hoy el Cosquín Rock Uruguay está en la agenda cultural del país. Lo posicionaron como un evento clave, y eso tiene mucho mérito del equipo de Piano Piano”. Pero además de música, el Cosquín es experiencia. “Los festivales son 80% experiencia”, asegura. “Por eso en Córdoba logramos que la gente entre temprano: artistas grandes tocan a las 5 de la tarde. Queremos lograr eso en Uruguay, que la gente aproveche el día entero. Hay mucho más que música: hay espacios para descubrir, lugares temáticos, propuestas visuales, zonas para descansar. Todo está pensado para que vivas algo más que un recital”.
José Palazzo
José Palazzo, creador del Cosquín Rock
Nicolás Der Agopián / Búsqueda
Una apuesta que sigue creciendo
El Cosquín Rock Uruguay llegó hace siete años y vino para quedarse. La alianza entre Piano Piano (productora detrás de los próximos shows de Divididos, Ca7riel & Paco Amoroso y Juanes) y En Vivo Producciones (la empresa de Palazzo) está proyectada a largo plazo. “Tenemos un acuerdo a futuro. El festival va a seguir, sin dudas”, confirma a Galería el productor cordobés. “Es importante para nosotros, y también para la ciudad de Montevideo”. Sequeira coincide: “Nunca imaginamos que el festival iba a crecer así. Pero hoy es un evento que mueve gente del interior, turistas, artistas, y genera un espacio profesional en el que los músicos uruguayos pueden mostrarse junto a nombres internacionales. Eso, a nivel cultural, es invalorable”.
Más allá del impacto económico y logístico, punto clave del Cosquín Rock es la experiencia que propone. Palazzo lo define como “una experiencia total que comienza cuando cruzás la puerta y termina cuando te vas con esa mezcla de cansancio y felicidad que solo dan los grandes eventos”.
En Uruguay, este festival apuesta por construir una experiencia integral que combine una grilla musical diversa con una propuesta cultural y de servicios pensada para todos los públicos. La edición 2025 contará con tres escenarios donde convivirán artistas consagrados, como Buitres o Las Pastillas del Abuelo, con nuevas voces del trap, el rock alternativo y la cumbia. “Trabajamos para armar un festival que se transforme en una experiencia para la gente. Usamos la intuición, escuchamos al mercado y le ponemos nuestra impronta… ¡sin fundirnos!, claro. ¡Imaginate el desafío!”, aclara Palazzo.
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Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS
Este año, una de las grandes novedades será El Galpón de la Catalina: un espacio dentro del predio en el que Agarrate Catalina desplegará una versión expandida de sus Cantarolas, con intervenciones durante ambos días e invitados sorpresa.
Además de su propuesta artística, el festival cuenta con una infraestructura pensada para la comodidad, la inclusión y el buen funcionamiento. Entre los servicios disponibles se incluyen puntos de hidratación, baños, ropería, asistencia médica, una variada oferta gastronómica con food trucks que contemplan opciones vegetarianas y veganas, sala de lactancia, zona infantil y espacios accesibles. Todo está diseñado para que el público disfrute la experiencia en condiciones adecuadas.
La edición de este año se vivirá en la Rural del Prado, entre guitarras eléctricas, pogo, mate y una organización que ha convertido al festival en un referente regional. Tal como dijo su creador, “el Cosquín no es solo un show de música. Es una forma de vivir la música”.
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Grilla y horarios de los shows del Cosquín Rock Uruguay 2025
Viernes 23 de mayo
Cuarteto de Nos, Buitres, Miranda!, Dillom, Agustina Giovio, Trotsky Vengarán, Abuela Coca (regreso tras siete años), Nafta, Benjamín Amadeo, Bhavi, Indios, Rodra, Kira1312, Miel, Manolo y Los Vespass, La Kermesse, Vitrola Sur y Agarrate Catalina.
Sábado 24 de mayo
No Te Va Gustar, La Vela Puerca, Las Pastillas del Abuelo, El Kuelgue, El Plan de la Mariposa, El Zar, Eté y Los Problems, Barbi Recanati, 1915, Dostrescinco, Flor Sakeo, Mota, Agusmor, Ramma, Slow Burnin’, Mentolados, Mixo Logia, Agarrate Catalina y El Club de la Cumbia con invitados especiales.