—¿No fue lo que esperaba en el cargo de director de la Asesoría Macroeconómica y, después, como asesor de la ministra?
El presidente del Centro de Estudios para el Desarrollo, Hernán Bonilla, dice que se sintió jugando “fuera de puesto” cuando trabajó en el Ministerio de Economía al inicio del gobierno encabezado por los blancos
—¿No fue lo que esperaba en el cargo de director de la Asesoría Macroeconómica y, después, como asesor de la ministra?
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá—Sí, fue una experiencia profesional valiosa. El equipo era muy bueno y, en particular, yo aprendí mucho siendo asesor de Arbeleche, que fue una excelente ministra.
No es mi vocación trabajar en el sector público; es como cuando en el fútbol se juega fuera de puesto. Por eso, cuando me fui del ministerio dije que volvía a trabajar en lo que era realmente mi vocación y donde creo que puedo ser más útil.
Estar en el sector público implica un compromiso y una vocación que, por suerte, hay mucha gente que la tiene, pero no es para todo el mundo. La función pública es dura, exigente y, aunque no sea popular decirlo, en términos relativos con el sector privado, en general los jerarcas públicos están mal pagos.
—Usted integró el gobierno anterior, Agustín Iturralde, que era director ejecutivo del CED, coordinó el programa del candidato blanco Álvaro Delgado y Ramiro Correa acaba de ser presentado como economista jefe del centro, después de haber terminado su gestión como asesor de la ministra. ¿Qué es el CED? ¿Una cantera técnica y una usina de ideas del Partido Nacional?
—Es un centro de estudios independiente y lo ha demostrado teniendo coincidencias y discrepancias con los últimos gobiernos. Con el gobierno actual todavía no tenemos ni coincidencias ni discrepancias; va muy poco tiempo.
El CED tiene una agenda propia. Basta entrar a la página web y ver los temas en los que hemos hecho investigación; tenemos propuestas que no fueron parte de la agenda del gobierno de Lacalle Pou. Nuestra agenda va en el sentido de que necesitamos una economía más libre, más abierta en lo comercial y una regulación que favorezca la competencia. Necesitamos un entorno más favorable a la inversión y un Estado menos pesado.
Ahora, que vengan a buscar cuadros de personas que trabajan en el Centro de Estudios para nosotros es algo positivo porque pueden impulsar esas ideas desde el gobierno. En Argentina y en Chile, sin ir más lejos, es normal que esto suceda y es positivo porque hay un expertise, un perfil, que no es tan normal. Entonces, a la escala uruguaya, que somos pocos y no conocemos, que eso ocurra no solo es razonable sino que es deseable.
—¿Cómo argumenta la afirmación de que el CED es independiente y que próximamente incorpore al expresidente Lacalle Pou?
—Que haya expresidentes que se incorporen a trabajar en centros de estudios es lo más normal en América Latina, y ni que hablar en Estados Unidos y Europa. Contar con la persona que era el decisor último de las políticas públicas más relevantes es algo extraordinario. La incorporación del presidente Lacalle Pou es algo superpositivo para nosotros.
—¿Qué rol tendrá el expresidente?
—Hasta que tengamos ese anuncio, me reservo el resto del proyecto. Próximamente vamos a anunciarlo.