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Intendencia de Montevideo defiende beneficios urbanos y sociales del proyecto de centro comercial en Sayago
La iniciativa, impulsada por la misma sociedad que construyó el Shopping Nuevocentro, implica una inversión de US$ 200 millones, la creación de 2.000 empleos, un nuevo espacio público, servicios sociales y viviendas
Render del proyecto que tendrá lugar en el barrio Sayago
La Intendencia de Montevideo (IM) aprobó en mayo la construcción de un nuevo centro comercial en el barrio Sayago, en el predio de la ex planta de Cementos Artigas, ubicado entre Avenida Garzón y la vía del Ferrocarril Central. El emprendimiento —que implicará una inversión cercana a los US$ 200 millones y estará a cargo de la misma sociedad que impulsó el Nuevocentro Shopping— no solo será un polo comercial, sino también una operación urbana de gran escala que implicará la creación de nuevas calles, un parque público de 1,3 hectáreas, más de 1.000 viviendas y diversos equipamientos para servicios sociales.
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El proyecto fue evaluado por el Departamento de Planificación y recibió el visto bueno en la Junta Departamental de Montevideo a comienzos de mayo. Según explicaron a Búsqueda Luis Oreggioni, director del departamento, y Marcelo Roux, gerente de Planificación Territorial, la iniciativa privada fue analizada en función de sus impactos territoriales, sociales y económicos, y se decidió avanzar estableciendo condiciones estrictas para su ejecución.
“Lo que la IM hace en este tipo de proyectos es recibir iniciativas de privados. No tenemos herramientas como para promover la generación de un centro comercial en ningún lugar de la ciudad. Lo que sí consideramos es cuáles son las eventuales externalidades que tiene, tanto positivas como negativas, y en función de eso evaluamos el proyecto”, explicó Oreggioni, consultado sobre la aprobación de la iniciativa.
Uno de los principales argumentos de la comuna para avalar el emprendimiento fue la localización del predio: se trata de un área privada de 12 hectáreas que quedó inactiva tras el cierre de la planta industrial y que hoy funciona como un gran “vacío urbano” con alto potencial para la integración barrial. “Es muy importante para la ciudad que este vacío se active”, sostuvo Oreggioni, al explicar que el proyecto permitirá contar con nuevos espacios públicos de calidad, además de permitir la recuperación y reciclado de los grandes galpones en desuso.
Roux, en tanto, agregó que los estudios realizados mostraban que “la zona oeste de Montevideo, por su composición de vivienda, población y condiciones económicas, bien podía recibir un emprendimiento de esta naturaleza”, sin romper la distribución de este tipo de establecimientos en el departamento.
Al no haber otros centros comerciales en el entorno inmediato, se consideró que el proyecto no tendría efectos negativos en las dinámicas urbanas. “Además, el centro comercial es una modalidad de consumo que está arraigada en nuestra sociedad y, desde ese lugar, es una figura a evaluar según su posicionamiento urbano”, agregó Oreggioni.
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Render del proyecto que tendrá lugar en el barrio Sayago
Gentileza Intendencia de Montevideo
Un nuevo entramado urbano
El plan urbanístico contempla abrir nuevas calles públicas y continuar otras existentes —Carapeguá, Tangarupá y Caazapá— para conectar Avenida Garzón con el resto del predio, de forma de crear una nueva trama urbana. Además de las dos fracciones destinadas al centro comercial y a sectores residenciales —que juntos ocuparán más de 80.000 metros cuadrados—, el proyecto prevé la construcción de un parque público central de 13.000 metros cuadrados. Uno de los aspectos destacados entre las adecuaciones urbanísticas del proyecto es la construcción de un cruce peatonal elevado que cruzará la vía férrea con ascensores y que conectará el predio con Sayago este. Esta obra será ejecutada en coordinación con el Ministerio de Transporte como parte de las medidas de mitigación por la reactivación del Ferrocarril Central.
Roux aclaró que “no habrá inversión por parte de la intendencia para acompañar el desarrollo”, ya que toda la infraestructura —calles, alumbrado, arbolado, espacio público— será construida y financiada por el promotor privado. En contrapartida, y como parte del beneficio de construir por encima de lo establecido en la normativa (llamado “mayor aprovechamiento”), la comuna recibirá cinco hectáreas de terreno para su cartera de tierras, donde proyecta construir unas 1.000 viviendas en modalidades de acceso subsidiado, como cooperativas, que complementarán las otras residencias que ya prevé el proyecto, en cuatro edificios en altura y en bloques bajos reciclados dentro del predio.
“Eso también va a activar otras dinámicas asociadas a la presencia de vecinos”, señaló Oreggioni; por su parte, Roux opinó que permitirá fomentar una mayor diversidad socioeconómica en el área, así como impulsar mecanismos de acceso privilegiados para sectores de menores ingresos.
Otro de los puntos valorados como positivos es que el emprendimiento generará unos 2.000 empleos directos una vez en funcionamiento, además de 700 que se crearán de manera indirecta y otros tantos durante el proceso de construcción.
Entre las contrapartidas acordadas con el desarrollador, figura también la construcción de una infraestructura pública de unos 400 metros cuadrados —con terminaciones similares a una policlínica, aunque su destino será definido con el municipio— y una contribución de US$ 400.000 dólares, equivalente al 20% del costo de una escuela nueva, para la construcción de un equipamiento público con destino educativo. Esto responde específicamente a una demanda impulsada por Leticia de Torres, quien resultó reelecta como alcaldesa del Municipio G, ante las carencias educativas identificadas en el oeste de Garzón.
“Lo que se busca es sincronizar el proyecto con ciertas carencias de la zona. En municipios como el A y el G hay quintiles de población con diversas necesidades; entonces, un emprendimiento de esta naturaleza también ofrecía resultados positivos, sobre todo vinculados al tema de la empleabilidad”, remarcó Roux.
El anuncio del shopping inquietó a comerciantes de la zona. Sin embargo, ambos expertos aseguraron que la IM promovió un diálogo entre los desarrolladores y el Asociación Comercial del Uruguay para facilitar incluso la posible participación de actores locales en el nuevo centro comercial. Además, se valoró positivamente la mayor circulación de personas en la zona, lo que podría dinamizar otros servicios del entorno.
Con la aprobación del proyecto urbano detallado, comienza ahora una nueva etapa de gestión y seguimiento. “Vamos a vigilar el cumplimiento de las obligaciones, pero al mismo tiempo otorgar los permisos para todo el proceso de transformación”, señaló Oreggioni. Eso incluye estudios de impacto territorial adicionales, que considerarán la movilidad, los aspectos ambientales y los efectos socioeconómicos. Según el jerarca, esta será la base para imponer nuevas condiciones si fuera necesario.
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Render del proyecto que tendrá lugar en el barrio Sayago