Eligió una carrera poco convencional. ¿Tuvo que convencer a alguien?
Edad: 56 Ocupación: Meteoróloga, presidenta de Inumet Señas particulares: come un pan Felipe por día; todos los miércoles se junta con amigos a jugar al pool; con una colega fueron las primeras egresadas de la licenciatura en Ciencias Meteorológicas; se considera sensible y soñadora
Eligió una carrera poco convencional. ¿Tuvo que convencer a alguien?
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáA todos. Era otra época. Cuando terminé sexto de Ingeniería en el liceo, que ya éramos muy pocas mujeres, mi abuelo me quiso convencer de que no podía ir a la Facultad de Ingeniería porque había un solo baño de mujeres, en el segundo piso. Y era cierto, por lo que dije: bueno, pero voy a hacer Ciencias Meteorológicas, me gusta la meteorología. Ahí, la debacle familiar. “¿De qué vas a vivir? ¿Dónde se estudia eso?”. Pero siempre fue mi pasión.
¿Desde cuándo es su pasión?
No conocía la carrera. Terminando secundaria me hice un test vocacional con una psicóloga privada que me dijo: “Por tu forma de ser, que precisás contacto con la naturaleza, pero a la vez precisás una estructura matemática y te es más fácil la estructura racional…”, y me menciona esta licenciatura, en la Facultad de Ciencias. Enseguida pensé: qué interesante. A mí me gustaba la física aplicada, y la meteorología o ciencias de la atmósfera es una física aplicada. Me embarqué en ese camino y con una colega, las dos, logramos ser las primeras en recibirnos con un título universitario de esa carrera, de la que nunca había egresado nadie.
Le debe mucho, entonces, a esa psicóloga. ¿Sabe de sus logros como meteoróloga?
Sí, con todos los logros me llamaba, me decía: ¡qué suerte!
Tiene dos hermanos, estudió rodeada de hombres y luego tuvo dos hijos. ¿Qué aprendió de vivir rodeada de varones?
Hasta nuestro perro Tico es varón. Más allá de eso, una se tuvo que acostumbrar a muchas situaciones difíciles de superar en su momento, que sí hacen a la parte más guerrera. Una se da cuenta de que se va transformando un poco para marcar un poquito ese espacio. Hay una impronta, que no es con maldad, pero hay una estructura social que va a llevar su tiempo cambiar. Me ha pasado con Inumet que si hay un hombre y una mujer, asumen que el hombre es el presidente y la mujer la vice. Pero no, es al revés (risas).
Uno de sus hijos se independizó hace un mes. ¿Siente el nido vacío?
Cuesta, porque cualquiera de los dos son muy compañeros, y te falta uno, pero tiene que seguir su camino, crecer, y hay que apoyarlo. Conversamos un montón.
¿Es team invierno o team verano?
¡Vos sabés que me gustan cualquiera de las dos! Ahora disfruto, tengo en casa una estufa a leña y soy la que la prende absolutamente todos los días. Me gusta el viento frío en la cara, salir a caminar en la ciudad, que es espectacular con respecto a la rambla y sus parques. Pero a su vez también disfruto el verano. Mi lugar de desenchufe es Rocha, La Paloma; me gusta esa onda desestructurada que uno tiene en verano. Lo que no me gusta es cuando se extiende demasiado un verano o un invierno.
Sus amigos la deben tener como meteoróloga de cabecera. ¿Le consultan mucho?
Todo el tiempo. Me preguntan: “¿Cuándo me tomo vacaciones?, ¿me tomo enero o febrero?”. Es muy divertido. Tengo millones de consultas por fiestas de fin de año. Me dicen de la fiesta, pero no me dicen dónde, si en la tarde o en la noche o si en Artigas o Montevideo. Lo que no se entiende es que uno en el día hace otra cantidad de cosas importantes, no es que estás todo el día por y para el pronóstico.
Hace gimnasia funcional. ¿Falta por lluvia?
Depende de cuánto llueva. Si llueve mucho, me quedo. Pero el frío no me para, al revés, me llena los pulmones de aire. Salvo que haya mucha niebla o humedad. Hago gimnasia funcional en el parque Batlle para descargar la ansiedad.
¿En qué se refleja su ansiedad?
Soy muy inquieta, soy fumadora, como y no digiero prácticamente (risas). Mis amigas me dicen: “¡Sos una desgraciada, no engordás nada!”. Me encanta el pan de panadería. Soy capaz de agarrar el auto e ir a buscar cierto pan que me gustó, y me puedo comer una flauta o media, fácil, antes de la comida. Los Renom somos todos flacos, pero en mi casa éramos cinco y comprábamos cuatro flautas por día.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo muchísimos amigos de distintos grupos. Un grupo muy grande de mis compañeros de sexto de liceo, otro con mis compañeros de sexto de escuela, que tenemos a la maestra y es la primera en organizar para juntarse, una genia María Rosa. También con cuatro amigos vamos a jugar al pool todos los miércoles. Tengo otro grupo con mujeres físicas.
¿Cree en el horóscopo? ¿De qué signo es?
De piscis. Uno lo lee como cualquier ser normal, pero no creo. Sí creo que somos energía que emitimos, creo en las conexiones entre las personas, por algo pasa que de repente ves a alguien y te sentís muy cómodo, y con otros no. Más allá de toda mi impronta, soy muy sensible, y está difícil la sociedad, mucho egoísmo, egocentrismo, agresividad. Está faltando eso de mirar al humano, qué es lo que le puede estar pasando. Pero a la gente le cuesta mostrarse vulnerable, entonces se pone agresiva y me cuesta eso de esta sociedad, de no tomarse el tiempo para conversar de lo que uno siente, fomentar el diálogo cara a cara y no tanto telefonito o redes. En mi casa, fomento los sábados o domingos de juegos de caja, con estufita a leña. Te divertís, tenés un diálogo, no estás con el celular y eso decanta en una conversación, en compartir.