El Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) celebró una nueva edición de su ya tradicional cena de recaudación de fondos, Una noche por el MAPI, con el objetivo de seguir fortaleciendo su misión cultural, educativa y patrimonial.
La velada tuvo como propósito principal reunir capital destinado a la preservación y restauración del edificio histórico que alberga la colección del museo
El Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) celebró una nueva edición de su ya tradicional cena de recaudación de fondos, Una noche por el MAPI, con el objetivo de seguir fortaleciendo su misión cultural, educativa y patrimonial.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa velada tuvo como propósito principal reunir fondos destinados a la preservación y restauración del edificio histórico que alberga la colección del museo, una joya arquitectónica ubicada en el corazón de la Ciudad Vieja de Montevideo. Además, este año se sumó un objetivo especialmente significativo: asegurar que más de 10.000 niños de contextos críticos puedan seguir accediendo a becas que les permitan participar en las actividades educativas y culturales que el MAPI desarrolla a lo largo del año.
La chef Lucía Soria fue la responsable de diseñar y ejecutar el menú de gala, quien además recibió a los invitados, junto con el director del museo, Facundo de Almeida. Asistieron personalidades del ámbito cultural, artistas, representantes del cuerpo diplomático, empresarios y amigos del museo, quienes se dieron cita en una noche única en la que la cultura se encontró con la solidaridad.
Al ingresar por la emblemática escalera del MAPI, los asistentes fueron sorprendidos por una intervención artística: una niña vestida completamente de rosado los recibía interpretando en violín piezas icónicas de la música mientras los guiaba suavemente con su música y movimientos de danza por los espacios del museo. Antes de acceder a la sala principal donde se desarrolló la cena, una elegante mesa anunciaba la experiencia gastronómica que estaba por comenzar.
Durante la noche, los invitados también tuvieron la oportunidad de recorrer las salas del museo y disfrutar de su valiosa colección, conformada por piezas únicas que narran la historia y el legado de los pueblos originarios de América. Esta experiencia integradora de arte, historia y sabor fue un recordatorio vivo del rol esencial que el MAPI cumple como institución cultural abierta a toda la comunidad