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Martín Amado y María Emilia Correa se casaron en la iglesia de Jacksonville

Se casaron luego de que él le propusiera matrimonio durante un fogón bajo las estrellas de una noche de verano en El Pinar

Se conocieron en 2018 por un amigo en común y se casaron recientemente luego de que él le propusiera matrimonio durante un fogón bajo las estrellas de una noche de verano en El Pinar. Así comenzó la historia de amor entre María Emilia Correa y Martín Amado.

Los novios decidieron celebrar su boda en la majestuosa iglesia de Jacksonville. La ceremonia se realizó el 30 de noviembre y reunió a familiares, amigos y seres queridos de los novios y sus familias.

Los invitados empezaron a llegar poco antes de las 20.30 horas y se acomodaron en los bancos a la espera de la novia, cuya entrada estaba prevista para las 21. Justo a esa hora, el coro Para Siempre empezó a tocar y las puertas de Jacksonville se abrieron. Acompañada de su padre, Arturo Correa, María Emilia se dirigió hacia el altar con un vestido diseñado por Pablo Suárez que dejaba una una etérea estela a medida que se deslizaba por la alfombra. Las luces, en tanto, iluminaron el trabajo de maquillaje hecho por Marti Cruz, el peinado de Diego Alfonso y el tocado de Inés Carriquiry.

En el altar la esperaron su madre, Alicia Cauteruccio; los padrinos del novio, Javier Amado y Cecilia Loppacher, y, por supuesto, el novio, Martín Amado. Durante la ceremonia, que estuvo a cargo del cura Rodolfo Montiel, leyeron amigos y hermanos de la pareja como Francisco Presno, Juan Manuel Correa, Agustina Amado, Joaquín Amado, Tomás Amado, Belén Palacio, Lucía Giusti y Martina González. La encargada de entregar los anillos fue la sobrina del novio, Julieta Puppo.

Finalmente, Montiel los declaró unidos en matrimonio y compartieron su primer beso como esposos. María Emilia Correa y Martín Amado, oficialmente casados, salieron juntos de la iglesia sosteniendo el rosario de la abuela del novio, que la familia ha pasado de generación en generación. Luego se dirigieron a La Hacienda para continuar la celebración. Los invitados fueron recibidos con una decoración diseñada por la dueña del establecimiento, Alejandra Gonella, quien se inspiró en el amor que la pareja se tiene y basó su propuesta en la máxima de Carolina Herrera: “En la sencillez está la elegancia”. De esa forma los invitados presenciaron una fiesta con colores primaverales y una paleta mediterránea que creó una boda ambientada al estilo de la Toscana. La noche estuvo acompañada por el catering de Alicia Magariños y una gran fiesta que se extendió hasta las 6.00 de la mañana.

Días después, María Emilia Correa y Martín Amado partieron de luna de miel hacia destinos como Dubái, Abu Dhabi y Maldivas. Eligieron estos lugares porque estaban en busca de algo exótico, que ninguno conociera y que no pensaran repetir a corto plazo. Son apasionados de las distintas experiencias que los viajes ofrecen: desde el glamour de la ciudad y sus mejores restaurantes hasta el desierto y el mar