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“Espero que esta película dé valentía en pro de la libertad y el placer”

La actriz protagoniza Buena suerte, Leo Grande, un filme que explora con sensibilidad la insatisfactoria historia sexual de una viuda de 62 años y su firme propósito de empezar a disfrutarla

La actriz protagoniza Buena suerte, Leo Grande, un filme que explora con sensibilidad la insatisfactoria historia sexual de una viuda de 62 años y su firme propósito de empezar a disfrutarla

Emma Thompson acaba de interpretar uno de los papeles de su vida. El libreto le llegó en plena pandemia, con serias dudas de la propia guionista, Katy Brand, en cuanto al interés que podía despertar el tema en una eventual película. A Thompson le bastaron cuatro páginas para decidir que estaba ante algo “absolutamente fantástico”: “Nunca he visto esta historia, nunca he visto esta relación, nunca he visto a estas personas; no he escuchado jamás que se hable de este tema. Tenemos que hacerla”, le respondió. Ese tema que jamás había visto abordado en el cine es la sexualidad de una mujer viuda de 62 años que nunca tuvo un orgasmo. “Durante 31 años mi marido se subía encima de mí, hacía sus asuntos, rodaba a un costado, se ponía el pijama y se dormía”, relata su personaje en el filme. Esta mujer, Nancy, que según la actriz está “al borde de algo”, atraviesa uno de esos momentos bisagra que piden a gritos tomar acción, y en un impulso decide contratar a Leo Grande, un trabajador sexual, interpretado por Daryl McCormack. Lo que busca no es solo llegar a esa meta que le fue tan esquiva durante todos los años de intimidad con su marido; también quiere cumplir un par de fantasías bastante accesibles que nunca se animó a plantearle. En una de sus primeras citas con Leo Grande, Nancy, que además es maestra de educación religiosa, despliega una lista escrita a mano que menciona algunos pendientes: “Número uno, yo te hago sexo oral a ti. Número dos, tú me hacés sexo oral a mí. Número tres, hacemos el 69, si todavía se llama así. Número cuatro, yo arriba”.

“Suenas como una especie de santo sexual”, le dice en un momento a Leo, que complementa su atractivo físico con una sensibilidad y una apertura que van, de a poco, habilitando a Nancy a dejarse llevar.

Sophie Hyde dirige Buena suerte, Leo Grande, una película valiente no solo por su historia central, también por el desafío que implicaba que dos actores sostuvieran, solos, todo un relato que transcurre casi exclusivamente dentro de una suite de hotel, y que en ese camino debieran desnudarse por completo metafórica y literalmente. “Teníamos que encontrar una manera de que la película se sintiera y viera placentera, sin que se sintiera muy lujuriosa o se viera demasiado forzada. Lo importante era que nuestro foco fueran los dos actores; eso la hace una película en la que la gente y las actuaciones son lo más importante. Todo lo que hicimos en la producción fue apoyar esas dos actuaciones, y todos trabajaron para ello”, cuenta la directora.

Sobre el cuerpo femenino y el envejecimiento, lo raro que es ver a una mujer de esta edad representada así en la pantalla, la generosidad emocional del personaje masculino, la importancia invisibilizada del placer y la vergüenza que sigue existiendo en torno al sexo hablaron Emma Thompson, Daryl McCormack y Sophie Hyde en esta entrevista.

NANCY, UNA MUJER COMO MUCHAS

Nancy sabe que algo le está faltando y sale al mundo para obtenerlo. ¿Puede describir en dónde se encuentra ella cuando la conocemos?

Emma Thompson: Ella tiene 62 años, mi edad, tiene dos hijos, y su esposo murió hace dos años. Siempre ha sido un pilar de la sociedad, ha hecho todo correctamente, nunca ha tratado siquiera de salirse de los caminos que le pusieron en frente, en los que caminó sin quejas, sin protestar. Y llega a esta edad y piensa: “Hay algo que me está faltando aquí”, es un instinto. Pero a su vez está en un constante conflicto, porque se está rebelando tarde. Todo alrededor parece decirle: “Esto está mal, no lo hagas”. Así que está siendo fantásticamente valiente. Es una mujer al borde de algo. Qué cosa maravillosa haber tenido la oportunidad de interpretarla.

¿Qué tan audaz diría que es Emma al tomar este papel dada, desafortunadamente, la forma en la que se ve el envejecimiento del cuerpo de las mujeres, especialmente en una película, algo que sigue siendo cosificado?

Sophie Hyde: Yo creo que en el corazón e intelectualmente Emma entendió al personaje y su importancia. Ella, como todas nosotras, se ha empapado de toda esa vergüenza, de cómo nos sentimos sobre nuestros cuerpos, y sabe que es muy importante mostrar algo distinto al mundo, que vean un personaje al menos con la más ligera transformación en torno a eso. Que el personaje pueda verse a sí mismo, al final de la película, en un espejo, desnuda, sin contenerse o juzgarse, y poder ver su cuerpo como este vehículo que la llevó a través de su vida y que puede hacer cosas maravillosas, como tener un orgasmo. Eso no quiere decir que le fue fácil a Emma hacerlo, porque ella tiene sus propios temas. Pero siempre quiso hacerlo, sentí que estaba lista, tenía un presentimiento. Nancy es un tipo de mujer sobre las que no vemos historias muy seguido. Yo creo que ella supo cómo ser Nancy desde el primer momento que leyó el guion. Podía escuchar su voz cuando lo leyó por primera vez, y ver su corporalidad. Así que estuvo muy conectada desde el principio. Es un poco desconcertante que aún pensemos que hay que ser valiente para que una mujer se quite la ropa de esa manera. Pero lo es, porque usualmente en la pantalla vemos cuerpos trabajados. Pero en nuestras vidas no, en nuestras vidas vemos gente que no es así. Creo que sería genial si reflejáramos nuestras propias vidas un poco más (en el cine).

LEO, EL HOMBRE EVOLUCIONADO

El personaje de Leo es un trabajador sexual realmente saludable emocionalmente. ¿Podría hablar sobre él como persona y resaltar lo que hace en la película?

Daryl McCormack: Creo que lo que es interesante sobre Leo es que no llegas a tener muchas pistas sobre su vida personal, y es cuando empieza a quebrarse que tienes un vistazo real de su dolor y sus traumas, de dónde viene y qué es lo que ha logrado hacer con eso. Su madre se ha avergonzado de él en su propia exploración con la sexualidad, pero él le dio la vuelta a eso y fue más profundo, y decidió ver lo que podía hacer con eso. Vemos a Leo como el joven ideal, preparado y emocionalmente estable, pero creo que tuvo un camino para llegar ahí, que no está en la película. Estás viendo a un hombre joven tan en contacto consigo mismo, pero sé personalmente que para llegar a un lugar así tienes que ser lo suficientemente valiente como para explorar y ser honesto contigo mismo y tener las conversaciones apropiadas.

E. T.: Él hablaba de ese asunto del sexo, del placer, y yo pienso que sexo es una palabra limitada, pero el placer de soltarlo todo con alguien, solo hacernos libres de repente y abiertos, y calmados y relajados, es tan real que si esto estuviera disponible en estos tiempos habría mucha menos mierda, mucha menos violencia. Es algo que no había visto expresado antes, de esta manera.

¿Qué tipo de actor se necesitaba para interpretar a Leo Grande? Tenía que ser físicamente hermoso, pero también hermoso por dentro, porque tienes que quererlo conforme avanza la película.

S. H.: Lo primero que sentí cuando me sumé fue que Leo podía ser muchos tipos de persona, porque cuando lo conocemos él está interpretando un personaje, y lo que importa son las habilidades debajo de ese personaje, que deben brillar. Tenía que ser una persona que se sintiera realmente plena por debajo de eso. Teníamos una suerte de amplio sentimiento acerca de quién podía ser, pero cuando conocimos a Daryl, él ofrecía algo, unas capas, que sentí que cambiaban al personaje, pero de una buena manera. Principalmente por esta forma de generosidad emocional; una habilidad real de poner sus propias cosas de lado para estar en una habitación con alguien más. Él hace eso muy, muy bien. Puedes encontrar personas que son bellas, y era importante que Nancy lo seleccionara basada en cómo se veía. Él de hecho confronta eso en la película. Pero conocimos a Daryl y abrió muchas capas para nosotros y fue un deleite; es una persona refrescante para interpretar ese personaje.

EL CUERPO, EL SEXO Y LAS MUJERES DE CIERTA EDAD

Este tipo de películas dan más oportunidades a las mujeres de hablar de cómo se sienten sobre su cuerpo, y sobre el sexo también. ¿Es por eso que piensa que es tan refrescante y que mucha gente haya dicho que nunca vio algo así?

E. T.: Sí, creo que sí. Nosotros pensamos que porque tuvimos lo que llamamos revolución sexual en los 60, y los cosmopolitas empezaron a hablar de orgasmos, todos están disfrutando de sexo maravilloso, y no creo que sea así. En mis conversaciones, incluso con mujeres jóvenes, algunas de ellas me dijeron que nunca habían tenido un orgasmo hasta cumplir los 21. O que nunca habían experimentado un orgasmo durante el sexo con penetración. Con todas estas cosas somos tan deshonestas sobre el sexo. Necesitamos desempacar eso y preguntarnos: ¿por qué nos da tanta vergüenza?, ¿por qué la madre de Leo está tan horrorizada? Entonces volvemos a temas de clase y religión. Es muy peculiar, porque el sexo es como una droga que te da la misma sensación de maravillosa libertad, pero es gratis y no arruina tu cuerpo; es realmente bueno para nosotros, es muy sano, es la cosa más sana que puedes hacer y no arruinarte a ti mismo. Pero la gente no habla de eso. Pero habla de todo lo demás. Es muy extraño que estemos tan avergonzados, pero por supuesto que tiene mucho que ver con nuestras raíces cristianas. No es de extrañar entonces por qué estamos tan mal. Nuestro acceso al sexo ha sido industrializado, así que tenemos acceso a una versión violenta; cuando queremos solo tenemos que hacer click y ahí está. Pero no es eso lo que necesitamos, es mucho más profundo. Y sí, se siente aquí (se señala la entrepierna), pero también aquí (se toca el pecho), y aquí (el abdomen) y aquí (la cabeza). Pero no hablamos de la confluencia de estos sentimientos en nuestros cuerpos. Nunca hablamos de eso y no es parte de nuestra educación sexual; no está escrito en nuestra cultura. Pero nosotros podemos, como artistas, expandir esa consciencia y acercarla todo lo que podamos. Para mí, es una de las cualidades más maravillosas de la película.

La conexión emocional entre los personajes es lo que lleva la película.

S. H.: Sí, esa conexión que puedes encontrar con ciertas personas y que usualmente se nos dice que es importante solamente si se trata de amor romántico, o si es de madre e hijo. Hay roles y relaciones que hemos ido poniendo en un pedestal, pero hay gente que puede ser importante para ti y haber pasado solo fugazmente por tu vida. Que no son vínculos románticos ni maternales. Y creo que la película es una gran celebración al respecto.

LA CONFIANZA

¿Qué tipo de vínculo de confianza tuvieron que construir? Porque la acción se lleva a cabo en un espacio confinado, y es tanto de cuerpos como de diálogos largos. Eso debe haber llevado hacia un fuerte lazo de amistad.

D. M.: Sí, creo que comenzó con un amor compartido y unificado, y la intención de lo que sostiene la historia, y todos los elementos que puedes explorar. Estábamos todos en la misma página, así que estábamos dispuestos a ir a lo más profundo que se requería ir. Llegamos ahí a través de los ensayos, de pasar tiempo juntos, de conversar. Pero fue gradual y requería ser honestos, vulnerables, quitarse todas las capas y empezar desde ahí.

E. T.: Fuimos muy afortunados porque Sophie es una directora maravillosa, y nos mantuvo muy seguros. Así que cuando llegamos al final de la película, a las escenas íntimas, fue como un gran regalo.

¿Las escenas de sexo se grabaron al final a propósito?

S. H.: Grabamos en su mayoría en orden cronológico, así que fue inevitable. Pero fue importante que ellos trabajaran hacia el tipo de libertad que los personajes estaban trabajando también. Que ellos pudieran quitarse todas sus suposiciones, quitarse toda su ropa y sus inhibiciones. Eso hizo mi trabajo mucho más fácil, que lo hiciéramos en ese orden. Trabajamos bastante en los ensayos, así que cuando llegamos al set lo hicimos liderando la película juntos. Ellos se sintieron en control de cómo lo querían presentar y de lo que estaban por revelar, y ciertamente ellos fueron parte de crear el espacio para que eso sucediera.

EL PÚBLICO

No es una película donde vas a ver a personas quitarse la ropa, y ese tipo de picardía que aún se tiene. ¿Se espera que la audiencia vea que se trata de la vergüenza y el placer y no necesariamente de sexo?

S. H.: Esperas que la gente llegue lista para pasar un buen rato y ver algo muy divertido, que podría ser un poco sexy también. Pero espero que la gente cambie en cuanto a lo que “sexy” pueda significar. Que empecemos a pensar qué es lo que queremos, y que está bien quererlo; que el placer es muy importante, que puede expandir nuestras vidas. Y más importante aún, que de alguna manera seamos capaces de ver nuestros cuerpos como herramientas y como algo que nos puede sostener; como un hogar más que como algo que puede ser visto por otras personas, y que lo más importante no sea nuestro aspecto. Creo que eso es lo que genera mucha vergüenza.

¿Es algo esperado que mujeres como Nancy puedan ver la película y sentirse diferentes sobre sus cuerpos y sobre ellas mismas?

E. T.: Claro, y espero que los hombres la vean también. Y que vean a Leo y digan: “Qué fantástico ejemplo a seguir”. Y que las mujeres tengan el valor de verse a sí mismas sin juzgarse. Es muy difícil, porque desafortunadamente somos víctimas de un lavado de cerebro desde muy temprano, como cualquiera que tenga hijas pequeñas puede saber. Pero tienes que luchar contra eso, tienes que pelear y no solo decirlo, tienes que ser activo al respecto. Entonces sí, espero que esta película, de formas variadas, dé valentía en pro de la libertad y el placer.

Fotos y entrevista: gentileza BF