La guionista española Susana Casares, residente en Los Ángeles, forma parte del equipo de escritores de Luis Miguel. La serie y habló con galería sobre la participación del cantante en el proyecto y cuánto hay de realidad en la serie.
, regenerado3La guionista española Susana Casares, residente en Los Ángeles, forma parte del equipo de escritores de Luis Miguel. La serie y habló con galería sobre la participación del cantante en el proyecto y cuánto hay de realidad en la serie.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá¿Qué tanto conocía la historia de Luis Miguel antes? No mucho, porque en España no fue tan gigante como fue en México y en muchos países de Latinoamérica. Allá llegó menos, y cuando yo estaba creciendo no era el estilo de música que escuchaba. Entonces conocía su historia un poco, pero tuve que meterme en su biografía. Pero creo que eso fue un valor añadido, porque el resto de los guionistas conocían la vida de Luis Miguel de arriba abajo; mi mirada, que era un poco de outsider, ayudaba a veces al decidir tramas o momentos que resaltar no tanto por si habían sido grandes en la biografía de él o en la discografía, sino también por el valor narrativo que podían aportar.
Una mirada un poco más objetiva. Exactamente. Y obviamente que en el proceso me acabé haciendo superfan de Luis Miguel. Ya también he llorado con Culpable o no (risas).
¿Basado en qué empezaron a trabajar? ¿A la biografía Luis Mi Rey, a entrevistas con él?A ambas cosas. Del libro, que nos servía como guía, estuvimos hablando con los periodistas que lo habían escrito, y también entrevistas con él, y mucho también de research. A pesar de que es una serie que está aprobada por él, y de alguna manera apadrinada, no queríamos hacer tampoco como un publirreportaje de Luis Miguel. Hicimos mucho research de los videos que había de los 80, prensa de la época, notas, para entender su mirada y también el contexto.
¿Se reunieron en muchas oportunidades con Luis Miguel?Nosotros directamente no. Cuando estábamos en la primera parte, que empezamos a desarrollar las tramas, se entrevistó con él un par de veces uno de los asistentes de Carla González Vargas, de la productora Gato Grande. El proceso creativo de un grupo de escritores es complejo y Luis Miguel no tenía tantas horas para estar ahí sentado con nosotros (risas).
¿Qué tan ficcionada está la historia?No te voy a decir que todo lo que está es basado literalmente en hechos reales; lo que sí es definitivamente basado en la realidad es el espíritu de la serie, todo lo que tiene que ver con el estado de ánimo de Luis Miguel, la evolución, las presiones del padre. Tal vez no existió esa fan en concreto del episodio 5 y 6, pero sí hay historias relacionadas con ese momento en que Luis Miguel empezó a alejarse un poquito de sus fans por problemas personales.
¿Cómo fue el proceso de escritura?Seguimos el modelo de un grupo de escritores americano, el Writer’s Room. Durante la fase de confección de las tramas estamos juntos en una habitación, se pitchean ideas y, con la supervisión de los productores ejecutivos, se define un poco de qué va a ir cada episodio, siguiendo la cronología pero también temático. Se plantean distintas tramas posibles alrededor de ese tema y de ese momento del personaje. Al final de ese trabajo cada uno se lleva su episodio y se pone a escribir. Luego la revisión la hacemos entre varios. Es un proceso en varias partes.
¿Luis Miguel pidió para ver los guiones o una vez que contó su historia dio total libertad?No estuvo encima para ver qué salía y qué no salía. Obviamente, estaba previsto que la versión de la realidad que estábamos usando correspondiera con la versión que él vivió. Pero no es que en algún momento dijera: “No, esto no puede salir”. Teníamos libertad creativa.
Esta es una historia también de padre e hijo, y el padre queda como el villano. Si bien se sabían muchas cosas de Luis Rey, se revelan otras muy graves. ¿Cómo se manejó su personaje para darle también matices? Fue difícil al principio, porque era un personaje que en la realidad había sido muy villano (risas). Humanizarlo sin haber pasado una tarde con él para ver su lado humano… Ese fue uno de los trabajos interesantes: darle las dos caras de la moneda al personaje, mostrar la relación con la madre y la relación con Luis Miguel de niño. Por eso también era interesante verlos en la primera etapa, cuando pasaban penurias y el padre era el que buscaba sacar a la familia adelante. Óscar Jaenada hace un trabajo excelente como esta persona que tiene unos objetivos muy claros y es capaz de destrozarlo todo para conseguirlos, pero que a la vez tiene carisma, es simpático y trata con dulzura en los momentos en que tiene que hacerlo para conseguir el objetivo.
¿Es más difícil escribir una ficción biográfica cuando el protagonista está vivo?Es distinto. Algo que siempre nos rondaba mucho la cabeza en el cuarto de escritores es que es una figura pública, que hay mucha gente que lo ama y mucha gente que lo ha seguido toda la vida, eso hace que tengas muchos ojos mirando lo que vas a hacer: cómo retratas tú a ese personaje. Basarte en la realidad ayuda, a Diego Boneta le ayudó probablemente poder hablar con él y ver videos de toda la evolución de la vida del personaje, y entenderlo mejor, y a nosotros también. En ese sentido es positivo. Lo complejo es que muchos conocen al personaje y lo creen suyo, porque crecieron con él, y cualquier cosa que digas o hagas va a ser juzgada en negativo o en positivo. Si te inventas a alguien desde cero, la gente puede pensar que está bien construido o no, pero nadie te puede decir “eso no fue así”.
¿Cómo hicieron para escribir los diálogos y ser fieles a cómo se expresa Luis Miguel, a su forma de reaccionar y de responder? Parte del desarrollo y de toda la investigación que hicimos tiene que ver con eso. Por una parte, ver qué tipo de expresiones se utilizaban en las distintas épocas, tanto en España como en México, y también ver cómo hablaban los distintos personajes. En muchos de los diálogos que están basados en situaciones que sucedieron, parte de la gracia era encontrar si había algún video. Luis Miguel de chiquitito decía mucho “es muy bonito”, escuchas las entrevistas y lo dice todo el tiempo (risas). Por cosas así sirvió mucho hacer el research adecuado.
Antes de que la serie estuviera disponible, algunos esperaban que fuera una especie de telenovela, pero ha sido muy elogiada. ¿Tuvo alguna reticencia al momento de aceptar el proyecto?No reticencia, pero sí fue una decisión que tomé a conciencia también sabiendo que no la estaba produciendo cualquiera, sino Pablo Cruz, de Canana, MGM y Gato Grande. El punto de partida estuvo claro siempre: que no iba a ser una serie de amoríos, sino una serie de una familia, de la relación entre un padre y un hijo en el contexto de la fama y de las presiones que pone un padre hacia un hijo y que un hijo acepta de un padre.