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La noche del sábado 2, la entrada de la iglesia Stella Maris estaba repleta de niñas con tiernos vestiditos y peinados. Se las veía atentas y ansiosas, pues estaban esperando a que su maestra de inglés llegara vestida de blanco. Ellas no eran las únicas que aguardaban la entrada de Paulina Inciarte; también lo hacían sus amigos, familiares, y en especial su novio, Javier Buono, en el altar.
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Javier y Paulina se conocieron en 2014 en un boliche montevideano. Ella salió a bailar con una amiga y él fue con los suyos a celebrar una despedida de soltero. Lo que nunca se imagino fue que ese día, él también despediría en parte su soltería. No demoraron en ponerse de novios, se sentían tal para cual, y a comienzos de este año empezaron a planificar la boda, que se concretó el sábado.
Paulina atravesó la iglesia del brazo de su padre Martín Inciarte llevando un vestido blanco con una larga cola, diseñado por Paula Nessi. El tocado de Isabel Navarro consistía en un casquete con piezas antiguas restauradas, cristales checos y de Swarovski que la hacían brillar a cada paso. Llevaba en la mano un rosario de su abuela materna Mercedes.
Luego de la ceremonia, los recién casados se trasladaron a Villa Domus para festejar con sus seres queridos hasta altas horas de la madrugada, con, entre otras cosas, cotillón hawaiano, cervezas artesanales, crêps y otras exquisiteces del catering de Priscilla O’Brien.El festejo multitudinario terminó esa madrugada, pero ahora lo continúan solos Paulina y Javier. En su luna de miel visitarán la isla mexicana Cozumel, la costa oeste de Estados Unidos y vivirán su primer Fin de Año casados en Nueva York. n