Cuando se habla de independencia energética se piensa en que algún día el país pueda abastecerse con energía propia sin depender en gran medida de energéticos importados.
Cuando se habla de independencia energética se piensa en que algún día el país pueda abastecerse con energía propia sin depender en gran medida de energéticos importados.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn el caso uruguayo el mayor problema es el petróleo. A pesar de los esfuerzos por encontrar algo de “oro negro” en el territorio, lo cierto es que hasta ahora todo el crudo que entra al país es importado.
Esto significa que las centrales térmicas, que funcionan con derivados del petróleo y son el segundo componente en importancia de la matriz eléctrica energética tras la energía hidráulica, dependen de los precios internacionales para poder calcular el costo de generación.
Pero la dependencia puede no proceder del extranjero sino del propio cielo: las incidencias del clima, en particular la ausencia de lluvias, son uno de los peores enemigos de la estatal energética UTE a la hora de planificar sus costos de generación, y ha sido así durante años.
De hecho, a la hora de elaborar su millonario presupuesto, los directivos de la empresa tienen una consulta obligada con especialistas en meteorología que puedan pronosticar cómo será el año próximo.
Esta dependencia climática es la que impedirá que se anuncie alguna vez que Uruguay es un país con independencia energética, según los jerarcas de UTE.
En el lanzamiento del “año internacional de la energía sostenible para todos”, el jueves 19, la Dirección Nacional de Energía (DNE) del Ministerio de Industria, Energía y Minería presentó su política energética para alcanzar la sustentabilidad.
En sus ejes estratégicos, la DNE espera transformar la matriz eléctrica disminuyendo para 2015 la dependencia de la generación hidráulica, que hoy se ubica en 76%, llevándola a un 51%.
A pesar de ello, los jerarcas de la estatal eléctrica entienden que se seguirá dependiendo fuertemente de la hidráulica en las próximas décadas y con ello de lo lluvioso que sea cada año.
Para algunos directivos de UTE el tema de la independencia “no es económicamente eficiente” ni “políticamente rentable” y para disminuir la dependencia climática se debe aumentar la integración regional energética.
La clave de la dependencia en la generación hidráulica son los costos; para UTE es mucho más rentable producir electricidad con las represas, porque los costos se ubican muy por debajo de lo que cuesta abastecer la demanda eléctrica con cualquier otro energético.
Con ese aspecto en mente, en 2010 se aprobó la ley 18.719, que creó un Fondo de Estabilización Energética (FEE) para que en los años de sequía no hubiese que recurrir a ajustes tarifarios. El FEE cuenta a la fecha con U$S 150 millones y es el Directorio de UTE el que puede solicitar su uso.
Tras dos años de buenas lluvias, en marzo del 2012 los jerarcas del ente solicitaron U$S 78.500.000 del FEE, debido a la situación de los embalses.
“El fondo tiene que ver exclusivamente con la hidraulicidad. Cuando los niveles están por debajo de la media se apela al fondo”, dijo a Búsqueda el director oficialista de UTE Gerardo Rey.
Cuando los embalses están por debajo de lo esperado o se quiere mantener su nivel se apela a la generación térmica o la importación de energía. Esto eleva considerablemente los costos de generación.
UTE apela a recursos depositados en el FEE “para no trasladar a tarifas” el encarecimiento de la generación.
Consultado sobre si luego de los U$S 1.540 millones que tiene previsto invertir UTE en el quinquenio —además de los U$S 2.000 millones de inversión que se espera provengan del sector privado— Uruguay dejará de tener la actual dependencia climática, Rey dijo que no.
“La dependencia climática no se va a cambiar. El problema es que nuestro energético más barato es el hidráulico y este tiene el dilema de que es parcialmente gestionable. Uno puede gestionar los embalses, pero no la lluvia y de eso seguirás dependiendo”, añadió.
“Las fuentes de eólica y biomasa que se están construyendo, y que está bien porque apuntan a la diversificación y abaratamiento frente al uso de derivados del petróleo, siguen siendo significativamente más caras que la hidráulica”, dijo Rey.
Para el director de UTE “la hidráulica va a tener siempre una incidencia muy importante en la matriz eléctrica, por lo menos en las próximas décadas”.
En 2002, se gastaron unos U$S 22 millones en concepto de abastecimiento de la demanda energética. Una década después UTE proyecta gastar unos U$S 953 millones.
El aumento de los costos viene dado por el crecimiento sostenido de la demanda energética “y la necesidad de incorporar energéticos que son más caros que los que ya hay instalados” para hacer frente al consumo.
“De hidráulica ya tenemos todo la potencia instalada posible, está agotada la posibilidad de instalar más represas, entonces todo lo que instales será más caro”, añadió Rey.
En lo que va del 2012 UTE lleva gastados unos U$S 350 millones en abastecimiento de la demanda. Con la utilización del FEE los jerarcas esperan no recurrir a un nuevo aumento de la tarifa residencial, que del 2006 a la fecha tuvo un incremento real del 7 % aproximadamente.
Por su parte, el director colorado en UTE, José Garchitorena, compartió las valoraciones de Rey: “El país no logrará independencia energética porque seguirá dependiendo del clima para la generación hidráulica, que seguirá siendo la principal fuente por muchos años”, dijo a Búsqueda el jerarca.
“En realidad el tema de la independencia energética ni siquiera es económicamente eficiente ni políticamente rentable. Hay que jugar a la integración energética entre los países de la región por razones de infraestructura y de matriz. Un país como Uruguay no se la puede jugar por la independencia”, agregó.
Garchitorena explicó que desde UTE “se busca llegar a un punto de intercambio fluido de energía con los países vecinos” y que para ello “se están haciendo fuertes inversiones” para controlar el costo de la demanda y estabilizarlo.
“Somos vulnerables al costo de la demanda. Cada vez está siendo más caro y tenemos que recurrir más a la térmica cuando no llueve”, añadió.
UTE viene invirtiendo a razón de U$S 250 millones al año en todas las áreas de la empresa y se espera que en 2012 y 2013 esa inversión sea aún mayor para “alcanzar algunos requerimientos y sobrepasar limitaciones actuales” que tiene el ente.
Entre las limitaciones que más preocupan a Garchitorena está la de “mejorar el corredor energético con nuevas líneas y puntos de conexión”.
Las líneas eléctricas tienen determinada capacidad máxima de transmisión. En varias zonas del país esta capacidad está “por debajo” de los requerimientos para iniciar nuevos proyectos de generación, especialmente los eólicos.
“Hoy una de las grandes limitaciones que tenemos son las líneas y los puntos de conexión. En la medida que compramos más generación en varios puntos del país una de las grandes limitaciones es esa. En la parte oeste y sur, que están más medidos, se generan problemas de conexión con los proyectos eólicos en particular”, señaló Garchitorena.