La señora salía del Teatro Solís con la ayuda de sus dos hijas. Una de cada lado la guiaban en el camino. De repente, la señora pareció bajar un escalón pero el terreno era plano. Así de simple fue la manera en que se le quebró la cadera, recordó el ginecólogo especialista en menopausia Eduardo Storch.
Las fracturas de cadera y vertebrales se ven en los sexagenarios y principalmente en los mayores de 70. Hay quienes sufren de dolores de espalda que son fracturas vertebrales no diagnosticadas, confundidas y tratadas con antiinflamatorios.
“Debemos ir a buscarlos, no nos van a tocar a la puerta”, dijo a Búsqueda Sonia Cerdas, endocrinóloga del Centro de Investigación Clínica San Agustín en Costa Rica. Cerdas participó en 2014 de la Jornada “Salud y prevención luego de la menopausia”, organizada en 2014 por la Sociedad Ginecotocológica del Uruguay.
“Tenemos que ir a buscar con pinzas a quienes requieren el gasto de nuestros recursos. Es tan enorme el problema que ninguna institución va a poder hacerle frente si seguimos haciendo un uso irracional de los recursos”, dijo Cerdas. En Europa algunos estudios ya muestran que los costos para atender fracturas osteoporóticas superó los de atender complicaciones de la diabetes tipo II. “Son cifras multimillonarias”, advirtió.
La Fundación Internación de Osteoporosis alertó sobre la situación de Latinoamérica. Para 2050 la población mayor de 70 años habrá crecido hasta 400% en varios países. Se van a producir 6,3 millones de fracturas en el mundo y la mitad ocurrirían en Latinoamérica y Asia. A pesar de ser un problema creciente, solo tres de 14 países latinoamericanos tienen la osteoporosis como una prioridad estatal de salud pública: Brasil, Cuba y México.
La osteoporosis —enfermedad que consiste en el debilitamiento de los huesos y aumenta la posibilidad de fracturas que ocurren por fragilidad— tiene un “costo altísimo”, “debería ser considerada un problema de salud pública” y contar con programas de prevención específicos, opinó Storch. La osteoporosis “es la mayor controversia en la medicina moderna”, aseguró Cerdas frente a sus colegas. Los motivos son varios: dificultades para prevenirla, problemas al tomar la decisión de tratar o no a las personas, baja adherencia a los tratamientos, entre otros.
Mujeres.
La menopausia es el cese de la función ovárica. Se produce una baja en los niveles de estrógenos. Estas hormonas sexuales juegan un papel “fundamental en la absorción de calcio, en su fijación en los huesos y en mantenerlos de calidad”, informó Cerdas. Las mujeres empiezan a perder masa ósea. Pueden llegar a perder un 20% de su densidad mineral ósea en los primeros cinco a ocho años.
“Realmente, es una pérdida acelerada grande y las pone en situaciones de riesgo de fractura”, señaló Cerdas. La osteoporosis es más frecuente en esta población. “Las fracturas por osteoporosis —que ocurren por un impacto de baja intensidad— afectarán a un tercio de las mujeres mayores de 50 años”, destacó Storch.
Hay que descartar que existan otras causas que afectan también los huesos. Estas son: el hipertiroidismo y el hiperparatiroidismo (exceso de producción de una hormona paratiroidea que regula el metabolismo del calcio). También se debe estar seguro de que no hay deficiencia de calcio y vitamina D, que no se esté perdiendo calcio por la orina (hipercalciuria), que no haya enfermedades hematológicas, reumatológicas, inflamatorias. Además, una de las causas frecuentes son los problemas digestivos de mala absorción, como la intolerancia al gluten (enfermedad celíaca). También una serie de medicamentos son capaces de contribuir a una mala resistencia del hueso. “¡Y todo el mundo toma medicamentos!”, comentó Cerdas. Los que inciden son indicados para el asma o las alergias (esteroides o glucocorticoides), para las gastritis y las úlceras (antiácidos), que alteran la absorción de calcio, un grupo de antidepresivos (inhibidores de la recaptación de serotonina) que también alteran el metabolismo del hueso, drogas que se usan para la migraña, anticonvulsivantes, entre otros. “El médico tiene el desafío de estar seguro de que no hay una causa subyacente”, indicó.
Riesgo.
“El reto mayor” que tiene el médico es identificar a los pacientes mayores de 50 años y dentro de ese universo hay unos que se van a fracturar pero la mayoría no. Hay que identificar a los que tienen un “alto riesgo”, destacó Cerdas. “Hay que vencerlo” con una buena historia clínica. El segundo reto es establecer un tratamiento eficaz y que el paciente logre cumplirlo con adherencia.
“Hay un número enorme de personas que tienen riesgo, tienen el diagnóstico de osteoporosis, son candidatos para tratamiento y el médico tiene una inercia y no les da tratamiento porque es complicado, es largo, tal vez porque tiene poco tiempo en la consulta o porque no está motivado, miles de razones. Se ha cifrado en estudios norteamericanos y europeos que reciben tratamiento solo el 20% de los que tiene diagnóstico de osteoporosis”, informó la endocrinóloga. Storch coincide en que hay personas diagnosticadas y no tratadas. La osteoporosis es abordada por varios especialistas: endocrinólogo, reumatólogo, traumatólogo, ginecólogo. Los “niveles de competencia” son diversos y el tema, complejo de abordar. Requiere un equipo coordinado.
Por otra parte, dentro de los que reciben tratamiento menos de la mitad llegan al año tomando los medicamentos. Hay problemas de adherencia. “Tal vez no le explicaste bien que es un tratamiento de tres a cinco años, no estamos haciendo bien las cosas”, reconoció Cerdas.
Cheques.
El tercer reto es la prevención con los más pequeños; el ejercicio, la dieta y la eliminación de tóxicos como el alcohol y el tabaco para que la pubertad ocurra adecuadamente para maximizar la ganancia de hueso. El ser humano acumula hueso hasta los 20 o 30 años, luego se estabiliza y empieza a perderlo. “Si tienes muy llena tu cuenta de cheques, aunque pierdas, empezaste muy alto y lejos del riesgo de fractura. La prevención es importantísima y dentro de ella está el uso de terapias de reemplazo hormonal en las mujeres que llegan a la menopausia y que no tengan contraindicaciones”, informó Cerdas.
El ejercicio “es fundamental para la salud ósea”. Deportes con peso, como correr y trotar, estimulan unas células en los huesos largos que dan aviso o señales para que se produzca hueso nuevo porque está en uso y aumenta la masa muscular. El músculo está en íntima relación con el hueso y también estimula la formación de hueso. Ejercitarse mejora el balance, el equilibrio y los reflejos, se va a caer menos. Caminar no es igual de intenso; por eso las personas mayores que no están en condiciones de trotar pueden caminar con pesas livianas en las manos en posición de ángulo recto.
Sí y no.
Osteopenia es la ahora llamada “densidad mineral ósea baja” (con cifras entre 0 y -2.5), que permite observar en qué condiciones se encuentra el hueso. En algunas mujeres es “una emergencia tratarlas” y en otras, “simplemente estrategias preventivas”, como ejercicio, dieta sana, calcio y vitamina D para evitar que avance. El mayor riesgo para fracturarse es la edad, y el fumar incrementa la posibilidad de fractura. Inciden a la hora de evaluar si es necesario o no tratarlas.
Todas las osteoporóticas (con valores menores a -2.5) necesitan tratamiento, pero no todas las osteopénicas.
“Pero la osteopénica viene feliz con su resultado de densitometría, paga la consulta y quiere tratamiento porque cree que es como la prehipertensión o la prediabetes, que inexorablemente van a evolucionar hacia la hipertensión y la diabetes, pero no es así. No todas las osteopénicas evolucionan hacia la osteoporosis. Necesitamos detectar cuáles son las que están evolucionando”, destacó Cerdas.
Además, el tratamiento tiene riesgos y es recomendable para todas. “Hay que darlo si realmente lo necesita y hay que educar a la paciente, explicarle que no es solo a mí que se me ocurre no darle tratamiento y que hay una herramienta aprobada por la OMS para evitar tratamiento innecesario. Cada vez tenemos pacientes más educados y algunos que tristemente están mal informados. El médico debe educar mejor a su paciente”, dijo Cerdas.
“Tenemos que cambiar el abordaje, dejar de tratar a las que no lo necesitan —agregó—. Han cambiado mucho los conceptos sobre el manejo y los riesgos y beneficios de las alternativas terapéuticas que antes se daban de por vida. Vamos a tener que individualizar, y se hace la medicina muchísimo más interesante”.
Salud, Ciencia y Ambiente
2015-01-29T00:00:00
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