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El núcleo de Ingeniería Biomédica (NIB) integrado por ingenieros y médicos de la Facultad de Ingeniería y de Medicina de la Universidad de la República apunta a formar profesionales y generar soluciones tecnológicas “ahí donde la clínica encuentra faltas o necesidades”, explicó el ingeniero Franco Simini, profesor de Ingeniería Biomédica.
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“La mesa de entrada de este grupo es en donde están los ascensores del Hospital de Clínicas. En ese contacto se dan instancias de intercambio con los médicos, motivamos buscar soluciones y motivan el inicio de una investigación”, informó Simini. Si bien son numerosos los dispositivos que han creado con muchas aplicaciones en la práctica médica, la comercialización es un debe, ya que faltan inversores y empresas interesadas.
Para comercializar Premax, un aparato diseñado para medir la presión e indicado para medicina del deporte y rehabilitación respiratoria, se hicieron varios intentos de negociación, aunque todavía no se ha logrado. Se realizaron varios ejemplares en el NIB y uno de ellos se utiliza en Paysandú.
“Estamos desde hace unos años buscando una empresa que lo quiera comercializar. Quizá es un tema cultural de Uruguay, no quieren invertir”, comentó Simini.
El ingeniero se comunicó con un grupo universitario de Australia dedicado también a la ingeniería biomédica. Ellos tenían el mismo problema. La propuesta fue que una empresa australiana tome el Premax y que en Uruguay se tome una creación australiana y se le dé respaldo académico para así, tal vez, potenciar la salida al mercado de los productos. Sin embargo, “fue una buena intención”, pero este intercambio no se concretó, recordó Simini.
Junto al equipo de Neonatología del Hospital de Clínicas crearon el Calornat, un dispositivo que permite controlar la temperatura del recién nacido y sirve para incubadoras en centros de salud y en domicilio. “Se hizo algo muy sencillo que trasciende los muros del Hospital de Clínicas para controlar la temperatura del bebé prematuro. Ahora estamos buscando empresas que lo quieran comercializar”, dijo Simini y aclaró que ya hace varios años que están en esta búsqueda.
El Abdopre, otra de las creaciones, es “una primicia a nivel mundial”, dijo Simini, aunque “se está prolongando mucho la aplicación”. Es el fruto de la colaboración entre médicos e ingenieros. “Muchas veces los médicos se encuentran con personas internadas en CTI con infecciones muy grandes que generan irritación y un aumento de la presión dentro del abdomen. Cuando la presión crece mucho, colapsan los vasos sanguíneos y para evitar que muera llaman al cirujano y abren el abdomen”, explicó Simini. Abdopre es una alternativa a esta cirugía y consiste en “aplicar un concepto ingenieril”, intentar desde afuera reducir la presión. “Reducir la presión es aumentar el volumen. Al abdomen normal le hacemos vacío y lo aumentamos como un embarazo de nueve meses. Esto permite romper el ciclo vicioso de más presión, más irritación”, detalló Simini. A la vista es una cápsula transparente que se coloca sobre el abdomen. Este instrumento aún necesita ajustes para poder reproducirlo y comercializarlo, como un control automático para vigilar la presión.
Lavespi, también creación del grupo, permite reducir el “espacio muerto en la ventilación”, explicó Simini. Es decir, cuando alguien respira entra el aire pero cuando espira sale viciado, cuando esto se hace mediante un tubo con respirador artificial. En prematuros, por ejemplo, inicialmente el aire entra con la cantidad de gases que determina el médico, pero luego el bebé espira y al inspirar nuevamente entra una mezcla del aire nuevo y el viciado. Mediante pequeños tubos el aparato lava el aire y llena el tubo nuevamente con gas fresco. “Queremos poder difundirlo y que alguien lo tome y lo difunda, lo pueda vender”, comentó Simini.
El Bililed, un equipo de fototerapia neonatal creado por el equipo de NIB, logró salir al mercado de la mano de una empresa. La Facultad de Medicina no recibió dinero a cambio porque la empresa informó no haber superado un límite de ventas tal que correspondiera el pago de 7% por cada dispositivo a la Universidad. El límite fue establecido por contrato.
El Impetom es un tomógrafo “de impedancia eléctrica” para controlar a las personas con edema de pulmón. Mediante un algoritmo reconstruye una imagen de los pulmones y determina en dónde hay agua y dónde hay aire. Esta creación “aún no está madura para la industria”, aclaró Simini.
El Simvent es un robot simulador de pacientes creado por NIB para verificar el funcionamiento de ventiladores mecánicos y realizar pruebas sin necesidad de probarlo en humanos. “Permite medir y ver cuál es el desempeño del ventilador sin molestar a un paciente de verdad. Podemos programarle al robot una enfermedad o una frecuencia ventilatoria y actúa como si tuviera una patología y como si fuera un paciente. Lo usamos como banco de prueba y estamos haciendo una variante con fines educativos”, comentó Simini. La idea es que los estudiantes de Medicina puedan practicar con el Simvent antes de hacerlo en pacientes, así como los pilotos antes de volar realizan cursos de simulación de vuelo.
