La nueva
tendencia de consumo que trajo el streaming también implica que, en un
mismo hogar, cada integrante puede estar mirando una serie o película distinta
en un mismo momento. Ya no hay tantas peleas por el control remoto porque,
además, los contenidos de las plataformas se pueden ver desde un celular o
tablet, y no solo desde el televisor. En realidad, las personas ni siquiera
precisan estar en sus casas para consumir esos contenidos.
“Ahora se da una situación muy particular, porque las plataformas dijeron,
cuando surgieron, que no iban a desplazar a la televisión, pero ahora se están
transformando en un modelo que copia mucho de ella. Incluyeron publicidad y
están tratando de evitar lo que los españoles llaman ‘atracones’, esa cuestión
de que te enloquezcas con una serie y mires 14 capítulos de corrido”, explicó
el crítico de cine. Y es que ahora muchas temporadas de series se ofrecen en
dos tandas, los capítulos o las temporadas se estrenan de a poco durante un
período de tiempo determinado, siguiendo el viejo modelo de la televisión.
El universo del streaming en la actualidad es mucho más amplio que
Netflix. Hay muchas otras plataformas: HBO Max, Amazon Prime Video, Star+,
Paramount+, DirecTV Go, y un largo etcétera. La oferta de contenidos no entraría
ni en el Blockbuster más grande del mundo. Según Umpiérrez, solo en Estados
Unidos y solo en un año (2021) se produjeron más de 1.000 series. Es el país
líder, el que inventó el negocio, pero hay otros gigantes en Europa, en Asia y
también en Latinoamérica.
Why so series? Una guía por las mejores series de este siglo, de Wilmar Umpiérrez. Editorial Ginkgo, 208 páginas, 1.200 pesos.
“¿Qué hay para ver?” El periodista y crítico de cine
recibía esta pregunta una y otra vez en asados familiares y con amigos. Esa
oferta casi infinita de contenidos audiovisuales a veces se les volvía un
laberinto. Podían elegir caminos erróneos, poco agradables. Buscaban una guía
que pudiera mostrarles el camino ideal, la serie ideal. Entonces, a Umpiérrez
se le ocurrió reunir una selección de 150 series en un libro, cada una de ellas
con una breve reseña, datos sobre director, actores, duración y alguna
curiosidad. El resultado fue Why so series? (un guiño a la célebre línea
del Guasón de Heath Ledger en Batman: El caballero de la noche: “Why
so serious?”), que se terminó de imprimir en noviembre de 2022.
Son 201 páginas divididas por secciones según el país o región de origen
de las series. Primero aparece Europa, segundo Estados Unidos —que, por
supuesto, es el capítulo más extenso—, tercero Reino Unido y cuarto
Latinoamérica.
“Es una lista, y como toda lista es caprichosa y subjetiva. Son series
que me gustan a mí. También es cierto que incorporé algunas que de repente no
me gustaban tanto, pero que tienen que estar. Es una concesión que hay que
hacer siempre. Por ejemplo, Game of Thrones (David Benioff, 2011) tenía
que estar, y me parece que es despareja, tiene temporadas que han sido buenas,
otras que no tanto, pero no podía obviarla. Con Lost (J.J. Abrams, 2004)
me pasó lo mismo, no me pareció que fuera brillante durante todas las
temporadas, pero fue un fenómeno que inventó una narrativa, que le dio lugar a
otra forma de relacionarse con el público, y eso hay que contemplarlo y
respetarlo”, expresó Umpiérrez.
El marco
temporal de las recomendaciones de la guía va desde los años 80 hasta el 2022.
Entre las ochentosas, una que el periodista destaca es Los Simpson (disponible
en Star+), creada por Matt Groening. Umpiérrez opinó que su inclusión no
ameritaba “demasiada discusión”, porque esos personajes amarillos se
transformaron “en un fenómeno cultural potente”. En la actualidad, más de 30
años después de su creación, la familia animada que componen Homero, Marge,
Lisa, Bart y Maggie sigue vigente, con millones de fanáticos.
“Los Simpson es tremenda, porque cambió nuestra forma de
vincularnos con las series y creo que fue la primera en estos tiempos que tuvo
la virtud de atravesar un espectro etario amplísimo. Es una serie que le puede
llegar a un chico de seis años o a un tipo de 50, y en el medio a todos. Eso es
inteligencia y eso hay que rescatarlo”, dijo Umpiérrez. Por todos esos motivos
es que el periodista ubica a este fenómeno audiovisual en el tercer puesto
dentro de su ranking personal de las mejores series de todos los
tiempos.
La serie sueco-danesa Bron/Broen (traducida al español como El puente, de 2011), está disponible en Amazon Prime Video.
En el segundo está la sueco-danesa Bron/Broen, que
en el libro está catalogada como “una serie clave para entender el entramado
visual de esta época”. Su nombre hace referencia al puente de Oresund, que
conecta la ciudad sueca de Mälmo con la capital danesa, Copenhague. En esa
línea fronteriza aparece un cadáver, que genera un conflicto respecto a qué
territorio debe hacerse cargo de la investigación. Hay además un segundo
conflicto: el tronco del cuerpo hallado no se corresponde con el resto. Es
decir que en lugar de un cuerpo hay dos. Para desentrañar el crimen, oficiales
de policía de ambos países trabajan en conjunto para dar con el asesino, que se
hace llamar “el terrorista de la verdad”.
La que encabeza el podio por ser la mejor serie de todos los tiempos,
según el crítico de cine, es True Detective (Nic Pizzolatto, 2011,
disponible en HBO Max). En su libro, la describe como “una creación que
reconfiguró el ADN del policial americano”. De las tres temporadas que
conforman la serie, Umpiérrez destaca la primera: “es una locura”.
Las que “debieron estar”. En algún
momento hubo que cerrar la guía y escribir el punto final de Why so series? Para
poder publicarla. Pero por la magnitud de la industria audiovisual y esa
velocidad vertiginosa con la que se estrenan nuevos productos, una vez cerrado
el libro se siguieron estrenando series que quedaron por fuera.
Umpiérrez
reconoció a Galería que si hiciera una reedición de la guía y pudiera
agregar una especie de bonus track, sumaría al menos tres títulos. En
primer lugar, la serie francesa Dix pour cent (de 2015, Netflix), en
español Diez por ciento, aludiendo al porcentaje que cobran los
representantes de grandes actores franceses. “Lo increíble es que ahí está la
actriz Juliette Binoche haciendo de ella misma, negociando el porcentaje de
participación en su próxima película. Cada capítulo es con un actor pesado, con
un referente pesado del cine francés. Es brillante, es nueva y creo que debió
estar”, destacó el periodista.
Una segunda incluida en ese bonus track sería Fauda (de
2015, Netflix), una serie israelí que aborda el conflicto entre esa sociedad y
los palestinos y lo hace “muy bien”, según Umpiérrez.
En tercer lugar, hubiese incluido la francesa Engrenages (en
español Espiral, de 2005). Se trata de una serie que trata asuntos de la
alta política del país europeo y que se ubica en una posición crítica con
respecto al papel de ese país en la geopolítica europea. “Es una buena serie,
que conoce muy poca gente”, opinó Umpiérrez.
Latinoamérica,
“facilismos” e “incógnitas”. Why so series? dedica solo las nueve páginas finales a series
latinoamericanas. Quizás porque es un mercado más chico que el europeo o el
norteamericano, quizás por gustos, también. Pero intervienen otros factores en
el mundo audiovisual regional.
La vecina Argentina produce una amplísima cantidad de contenidos y
Umpiérrez admite que “tiene cosas que están buenas”, como la serie Los
simuladores, de 2002 (Amazon Prime Video), que marcó “un momento
importante” en la historia del país y la región. Pero hay una desventaja que el
periodista critica: “La estética tumbera a mí ya me cansa. Vayan por otro lado,
hay muchas historias para contar, y más en un país como ese. Argentina produce
mucho, pero capaz que no con la calidad que uno esperaría”. Sin embargo, matizó
que “siempre hay guiños” y se nota que hay “mucho dinero invertido”, a veces se
traen actores del exterior o “se descubren” grandes actores a partir de alguna
serie.
Del otro lado está Brasil, un mercado que para Umpiérrez representa “una
incógnita”. La única serie brasileña que figura en su libro es 3% (de
2016, disponible en Netflix). “Los brasileros se preocupan muy poco por dejar
que sepamos qué es lo que hacen. Tienen un mercado tan grande, tan vasto.
Tienen su propia sede de prácticamente todas las plataformas, pero producen
para su propio consumo. Pasa con la música y con el cine también. A veces lo
que nos llega es porque es excepcionalmente bueno”, reflexionó.
En la última década, en Latinoamérica se estrenaron varias series que
tienen al narcotráfico como tema central. Una de ellas está incluida en Why
so series? y es Narcos (la versión colombiana, de 2015, Netflix). Se
hicieron series del estilo en Argentina y en otros países. “Entiendo que es un
fenómeno que vende y que resulta atractivo para el entretenimiento, el tipo
poderoso... Narcos de Colombia está buena, la de México está buena, pero
todo el resto es relleno, y caen en esos facilismos”, dijo Umpiérrez.
Colombia y México son
también países latinoamericanos que producen una amplia variedad y cantidad de
productos audiovisuales. Pero, al igual que sucede con Brasil, a Uruguay llegan
pocos de esos contenidos. Para Umpiérrez, los criterios de distribución a veces
juegan “malas pasadas” a los espectadores, o se posicionan en contra de sus
intereses. “A mí me encantaría poder abrir la grilla de las plataformas y
encontrar material de Colombia, de México, de Chile. Sé que existe, sé que hay,
pero no llegan a Uruguay”, concluyó.