Entre otras empresas del rubro, se destaca Flow, que en los últimos cinco años estrenó más de 50 coproducciones con diferentes productoras argentinas. Una de ellas es Storylab (creadora de Ringo, Gloria y muerte, Estocolmo, Último primer día y Post Mortem), dirigida por Nacho Viale y Diego Palacios, con quienes la plataforma coprodujo su último proyecto.
Se trata de Frágiles, una serie que tuvo su presentación oficial el martes 22 en el cine Hoyts Premium, de DOT Baires Shopping, en el barrio porteño de Saavedra, y que se emitirá por Flow para Uruguay y Argentina a partir del 31 de agosto. En ocho episodios de 35 minutos cada uno, se narra la investigación de un asesinato cometido por el líder mesiánico de una secta secreta surgida en los años 90 en un pueblo perdido de Argentina.
El thriller, que podrá verse on demand desde cualquier dispositivo, es protagonizado por Carla Quevedo (Yosi, Monzón, El robo de la copa), Luciano Cáceres (Graduados, Los protectores, Estocolmo), Malena Sánchez (Chiquititas, 100 días para enamorarse, El encargado), Andrés Gil (Simona, Patito Feo, Monzón) y Ludovico Di Santo (Rebelde way, Sos mi hombre). También participan Juan Cerati, Rafael Spregelburd, Ana Celentano, Guillermo Arengo y Sandra Mihanovich, además de la española Alba Iturrioz y la ucraniana Daryna Butryk, entre otros.
Días antes del estreno, Galería viajó a Buenos Aires para conocer más acerca de esta producción, ver el primer capítulo y dialogar con algunos de los protagonistas.
Una búsqueda por entender el pasado. La historia comienza cuando Olivia Grecco (Quevedo), quien trabaja como secretaria de un fiscal español, es enviada a su pueblo natal en la Patagonia para investigar un caso policial, lo que la lleva a descubrir la verdadera causa de la muerte de su madre, ocurrida 20 años atrás. A la investigación se ve arrastrado Román Macías (Gil), un joven nacido y criado en una supuesta comunidad pacífica, que en verdad esconde un pasado escalofriante.
La narrativa sucede en dos líneas temporales diferentes, una situada en la actualidad y otra anclada a fines del siglo pasado, tiempos en los que la secta que domina el pueblo cometió actos que ahora pretende ocultar. “La dificultad que esto puede tener en el plano narrativo es que estás todo el tiempo intentando balancear el contenido para no ser demasiado explicativo, pero sí lo suficientemente claro y entretenido sin agobiar, para que el público tenga los elementos que necesita del pasado para poder interpretar el presente. Esta serie muestra la historia de la secta en el pasado, y en el presente el viaje de Olivia y Román hacia el encuentro de la verdad, para entender cómo fueron criados”, dijo a Galería Diego Palacios, director de la serie.
Minutos después de ver por primera vez el capítulo inicial, en el que apenas aparece su personaje Eugenio Goya (de apariencia encantador, pero que esconde un pasado perverso), Luciano Cáceres, inundado de entusiasmo, dio sus impresiones. “Arranca como lo que es, un thriller muy potente donde hay que juntar muchas piezas. A veces se comete el error de presentar a todos los personajes en el primer capítulo y lo único que hacés es presentar roles y no contar historias. Acá se privilegia la historia, la trama, el misterio, el rompecabezas; las piezas se van a ir juntando, pensás que va para un lado, va para el otro y todo termina cerrando a la perfección”.
Foto: Valentina Weikert
Fragilidad emocional. No es necesario preguntar por el nombre de la serie porque cada uno de los involucrados se encarga de explicarlo, o al menos dar su opinión al respecto. “El título es una muestra de lo frágiles que somos o que podemos ser manipulados para beneficio de otros”, opinó Cáceres.
Quevedo, por su parte, elige ver el lado positivo de la fragilidad y la ve como un factor inherente a la condición humana, aunque también reconoce que hay quienes pueden aprovecharse de esta cuando se convierte en vulnerabilidad.
“La idea del mundo secta apareció pospandemia. Sentíamos que necesitábamos construir un mundo para los policiales, que es el género que venimos manejando con Flow hace un tiempo, que tuviera elementos propios de lo que había sido la salida de la pandemia, que dejó gente con cierta fragilidad emocional, soledad y hasta un replanteo ontológico”, dijo Palacios, en esa misma línea.
Además de ser chief creative officer de Storylab, Diego Palacios es el director de Frágiles.
Según explicó el director, Flow y Storylab buscan llevar a las pantallas temas que están en agenda o que puedan ser parte de un mundo verosímil. “En Estocolmo teníamos la trata de personas, en La casa del mar la política y los abusos, en Último primer día estaban los crímenes que tenemos en la cosmovisión argentina tratados a través de profesionales forenses”.
Sobre esto, Rafael Spregelburd, que interpreta al personaje de Germán Macías, valora que el cine argentino se anime a abordar géneros que solían ser propios de otras latitudes. “No hay que obedecer fielmente el dictamen de que los países subdesarrollados tienen que tratar temas de corrupción, de fútbol o hablar sobre las vidas marginales. Estas series superestilizadas y que trabajan con argumentos más globales, un poco como quería Borges, pueden ocurrir en cualquier parte”.
Rodaje entre amigos. A Malena Sánchez se le cae un vaso de vidrio y sus compañeros la dejan en evidencia cuando ella intenta ocultar lo ocurrido. Ludovico Di Santo y Luciano Cáceres recorren el cine en busca de asientos libres que les permitan ver juntos el primer episodio. Una vez finalizado el evento, Andrés Gil y Carla Quevedo se quedan charlando, como dos amigos que no se ven hace años.
Ese compañerismo, que se aprecia desde afuera, lo destacan los propios protagonistas. “La pasamos muy bien laburando. Con Luciano (Cáceres), Malena (Sánchez) y Andrés (Gil) ya había trabajado. No sé si pasarla bien incide en el resultado final, pero incrementa las ganas que uno tiene de ir a trabajar”, reflexionó Di Santo, que personifica a Camilo Goya, líder de la secta a fines de los 90 y que hoy padece una especie de esquizofrenia.
Los integrantes del elenco Emilia Claudeville, Daryna Butryk, Mora Segade, Alba Iturrioz y Julián Cerati. Foto: Valentina Weikert
En esta oportunidad, el casting estuvo a cargo de Florencia Limonoff, quien hace años trabaja con Storylab. “En general, tenemos muchos puntos de coincidencia para escribir, imaginarnos quién va a estar en la pantalla y tenemos muy buena onda con todos los actores, entonces cuando los vamos a buscar quieren trabajar con nosotros. En Frágiles les dieron una pincelada especial a los personajes y le agregan mucho valor a la serie”, contó Palacios.
La serie se rodó entre marzo y abril en la provincia de Buenos Aires. Estaban previstas dos semanas de filmación en Córdoba o el sur argentino, pero la sequía que afectó a la región secó las aguas por las que habían escogido dichas locaciones y hubo que modificar los planes iniciales.
Grandes expectativas. Muchas veces razones económicas estiran innecesariamente las series, pero este parece no ser el caso. La primera temporada de Frágiles tiene un final y, de momento, no está planificada una segunda temporada.
Tras su participación en la serie de suspenso Iosi, el espía arrepentido, Carla Quevedo vuelve a destacarse en un thriller, personificando a la secretaria de un fiscal que busca entender la verdad acerca de la muerte de su madre.
“Generalmente no hacemos segundas temporadas con Flow, por más que la serie sea muy exitosa. Frágiles tiene un cierre. Hay posibilidades de una segunda temporada, pero el objetivo siempre es hacer una temporada muy fuerte”, aclaró Palacios, quien confía en que a la serie le irá muy bien. “Tiene un montón de elementos que pueden hacerla exitosa: un gran elenco, una buena factura técnica y una calidad de producción muy buena, además de un contenido de suspenso que, dentro de las ofertas argentinas, no abunda”, agregó.
Por su parte, Quevedo manifestó su deseo de que “la gente se cope con la serie” y reflexionó sobre el impacto que puede llegar a tener en los espectadores. “Más allá de la temática, no nos podemos olvidar de que hacemos entretenimiento. Con el contexto mundial que estamos viviendo, es hermoso que la gente, después de romperse el lomo todo el día, pueda llegar a la casa a desconectarse un rato de la realidad y distenderse; ojalá que podamos generar eso”.