“No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”, dijo durante un discurso el líder político chino Deng Xiaoping hace casi 50 años.
, regenerado3“No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”, dijo durante un discurso el líder político chino Deng Xiaoping hace casi 50 años.
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El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Hay que acordarse del viejo proverbio chino que repitió Deng Xiaoping. Los países en el mundo han logrado tasas de crecimiento altas con políticas muy diversas. En el tema innovación no hay receta. El denominador común es invertir en capital humano e invertir en educación con una mirada desprejuiciada”, dijo a Búsqueda el ingeniero Fernando Brum, asesor del Plan Ceibal y ex presidente y asesor de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).
El israelí Michel Hivert, director ejecutivo de Matimop —el centro de investigación y desarrollo industrial de Israel— dijo durante su discurso en el Foro “Pequeños países, grandes oportunidades” que se realizó en abril en Montevideo, que para innovar con éxito hay que “salir al mercado”. Israel es un país pequeño con un gran desarrollo e inversión en innovación en sectores como el de la tecnología. “La ciencia es importante pero si quieren prosperidad hay que mirar el mercado”; en Israel, por ejemplo, se ve a la academia “como subcontratista de la industria”, dijo Hivert frente a un auditorio de políticos y empresarios.
“Recomiendo cambiar de actitud en Uruguay. Ustedes les dan capacidades a las universidades y esperan que algo llegue a la industria, cambien, permitan que sean las compañías las que lideren el proceso”, destacó.
Según Brum, el tema innovación “evoca discusión” porque “es muy complejo y no hay un modelo único”.
Existen dos lógicas: la ciencia se interesa por descubrir y conocer más sobre la realidad y la innovación que “es básicamente una lógica de mercado”.
“Cada una necesita sus mecanismos. Pero cuando las dos lógicas se encuentran se producen cosas maravillosas. El casamiento de propuestas innovadoras con un impacto muy profundo en la sociedad con un desarrollo científico se traduce en tecnología. Así llegan los grandes cambios de la informática o la revolución de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Son innovaciones empresariales que se juntan con innovaciones que venían desde otro lado”, explicó Brum.
“Hay que procurar” que esas dos lógicas se junten pero “no es fácil” y “no hay un solo modelo” para lograrlo, opinó Brum.
A menudo se piensa en innovación exclusivamente como innovación tecnológica y no es cierto. Por ejemplo, el iPod no es una innovación tecnológica sino de mercado. A principios del 2000 cuando Apple lanza el iPod usa “tecnología ya existente” desde hace muchos años como “almacenar música en dispositivos digitales con un software no muy complejo que permite bajar canciones de internet”, relató Brum. “Lo innovador” es que la música se deja de distribuir en álbumes y CD.
Hay dos familias de instrumentos: las que tratan de incentivar la investigación y los que tratan de incentivar la innovación. La ANII “reconoce estas dos cosas, lo lleva en su nombre” y desarrolla “instrumentos para los dos” porque “cada una tiene sus lógicas y reglas”, señaló Brum, quien participó desde sus inicios en la creación y la dirección de la ANII.
“Hay muchos países como Israel y Finlandia que tienen muy buenas políticas de las dos familias, son complementarias y hay que hacer las dos”, opinó Brum.
“Estamos haciendo lo que hacen todos los países exitosos, tener estímulos para investigar. Hay consenso, hay políticas de promoción de la innovación en China, en Finlandia, en Singapur”, agregó.
Sin embargo “hace falta aumentar la inversión y generar instituciones más sólidas. Hoy la institución está hace un mes sin Directorio. Hay que aumentar la inversión pública de forma inteligente y teniendo en cuenta las tres patas: la investigación, la innovación y promover la creación de capital humano”, opinó el ingeniero y asesor en políticas de innovación.
“Es importante aumentar la apuesta”, destacó Brum. “Cuando creamos en 2007 la ANII decíamos que en investigación e innovación en Uruguay estábamos en un pozo, había ausencia de políticas públicas y de incentivos tal vez de toda la vida. El país pasó de invertir en ciencia, tecnología e innovación U$S 40 millones en 2004 a U$S 143 millones en 2010”.
“Se llenó el pozo y ahora somos parecidos a Chile, probablemente a Lituania o Costa Rica, pero estamos al ras. Ahora hay que seguir invirtiendo para levantar. No nos vamos a transformar en Finlandia ahora, pero para dejar de estar al ras y crecer tenemos que aumentar ya los niveles de inversión”, opinó Brum.
Esto “depende de que se asignen recursos y de los fondos que tengan las políticas públicas” que hasta el momento son insuficientes. “Andamos mal frente a la magnitud del desafío”, opinó Brum. La ANII maneja un presupuesto de 35 millones de dólares para 2013.
“Está el problema del vaso medio lleno o vacío. Lo teníamos vacío y ahora está medio lleno. La innovación y la investigación van a permitir dar el salto en el desarrollo del Uruguay y hay que llenar más el vaso, hay que destinar más fondos, generar políticas, instrumentos y monitorearlos”, destacó Brum.
La ANII tiene instrumentos para la investigación como el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) que los apoya y fondos para proyectos de “investigación aplicada y básica” —María Viñas y Clemente Estable—. Para promover la innovación hay un programa de Jóvenes Emprendedores para la creación de nuevas empresas y programas para “bajar el riesgo” del empresario. La ANII financia un porcentaje, “típicamente la mitad”, porque se asume que cualquier innovación tiene un riesgo y al apoyarlo “baja el riesgo” y pasa a ser “compartido”.
Estos instrumentos van desde bajos montos y trabajos con incubadoras hasta lo más alto que es el Fondo Orestes Fiandra, un fideicomiso entre la ANII y el Banco República inspirado en el modelo israelí. “Es nuevo y está operativo desde principios de 2013” para montos altos por ejemplo de medio millón de dólares. También hay programas para la formación de capital humano con becas de maestría y doctorado.
“Hay operaciones que además tratan de juntarlas. Hay instrumentos de estímulo para la formación de redes que tratan de juntar a los investigadores con los empresarios. Por ejemplo, si una o varias empresas se juntan con uno o varios centros de investigación para resolver problemas específicos, presentan un proyecto, ese proyecto se apoya”, explicó Brum.
“Todo es complicado porque no había nada de esto. No había SNI, no había Fondo Fiandra, todo se fue creando. Los instrumentos se crearon, cambiaron, ajustaron y se fueron sumando cosas”, recordó Brum.
El Instituto Pasteur está en obras en su subsuelo y prepara un sitio para incubar empresas y la ANII otorgará fondos especiales de maestría a quienes se dediquen a proyectos “que tienen que ver con el mercado”.
Esta voluntad de unir academia e institutos de investigación y empresas “está desde el principio. Que hayamos tenidos éxito o no es diferente, hay proyectos interesantes pero lleva tiempo”, señaló Brum. “Formular proyectos que tengan que ver con ideas que surjan en un sector y luego se traten de traducir al mercado lleva tiempo e implica cambios culturales”, dijo el ingeniero.
Para que Uruguay pueda llegar a “dar un salto necesita mejorar sus capacidades tecnológicas, empresariales y de marketing”, destacó Brum. Aún no egresó la primera generación del posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República y la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) para la formación de managers orientados a empresas de TIC.
“A los empresarios del sector tecnología les cuesta contratar managers y gente que sea capaz de potenciar sus ventas en el exterior. Hay muchos esfuerzos de internacionalización pero no podemos decir que tenemos expertos, debemos seguir creándolos. Tenemos que encontrar el camino”, destacó Brum.
Los empresarios ahora están más atentos de trabajar en conjunto con quienes hacen ciencia e investigan en institutos y centros uruguayos. Aún así, solo algunos problemas los va a resolver la tecnología y la academia.
“Es bueno que los empresarios busquen soluciones, y también es bueno que los sectores académicos entiendan que hay que ver si sus desarrollos pueden llegar al mercado”, dijo Brum. “Ni los académicos se tienen que dedicar a hacer productos ni los industriales se tienen que dedicar a que los académicos les investiguen cosas. Cada uno debe hacer su lógica y hay que tener marcos e incentivos para facilitar los encuentros”, agregó el ingeniero.
Estos marcos e incentivos “no son suficientes hoy”, opinó Brum. “Si estamos al ras no se puede pretender llegar a la cima de un día para el otro. Va a llevar tiempo”, comentó.