Hay situaciones que se repetirán, aunque hayas hecho todo para evitarlas; aceptarlas de antemano es una de las estrategias para lograr sobrevivir a las Fiestas.
Hay situaciones que se repetirán, aunque hayas hecho todo para evitarlas; aceptarlas de antemano es una de las estrategias para lograr sobrevivir a las Fiestas.
Hay situaciones que se repetirán, aunque hayas hecho todo para evitarlas; aceptarlas de antemano es una de las estrategias para lograr sobrevivir a las Fiestas.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáHay situaciones que se repetirán, aunque hayas hecho todo para evitarlas; aceptarlas de antemano es una de las estrategias para lograr sobrevivir a las Fiestas.
1. El 24 te va a faltar el ingrediente básico para preparar la cena: el morrón para el pollo arrollado, el choclo para el pionono, el perejil para la lengua a la vinagreta y hasta los huevos para los huevos rellenos, porque, claro, vas a volver a cenar lo mismo de todos los años, aunque hayas empezado a planificar el menú en setiembre.
2. Por culpa de ese ítem fundamental que te habías olvidado, te va a tocar en la cola del supermercado atrás del señor que habla por celular con su esposa, que corrobora con ella haber comprado las marcas acordadas, que le pide a la cajera que lo espere un "minuto" mientras se adentra una vez más en las góndolas para cambiar un producto como si no hubiera nadie detrás de él en la fila, y que, para colmo, tiene el carro repleto.
3. Va a hacer demasiado calor o demasiado frío para que el atuendo que tenías pensado esté cerca de ser el adecuado.
4. El encargado de llevar el turrón va a llevar turrón duro, nunca Jijona, que es tu favorito.
5. El tío fanático de los fuegos artificiales habrá gastado todo el presupuesto familiar destinado a la pirotecnia en un solo volcán, que dura en el cielo menos de 30 segundos, y se olvidará de comprar las luces de bengala y los chasqui boom para los niños.
6. En Fin de Año vas a volver a dar la vuelta manzana con la valija vacía para irte de viaje, la vas a subir por escalera para que sea en avión y la vas a volver a guardar con la total certeza de que no va a incidir en lo más mínimo en tus posibilidades de dejar el país con fines turísticos.
7. Algún supersticioso va a evitar sentarse a la mesa con excusas, porque hizo la cuenta y con él son 13 comensales.
8. Que aunque te hagas la superada vas a ponerte la bombacha rosada en Año Nuevo y, si te insisten un poco, te vas a comer las 12 uvas.
9. Vas a seguir (secretamente) esperando que el regalo más grande del arbolito sea para vos.
10. Tu amigo invisible será el más ahorrativo de los participantes, y el regalo vendrá envuelto en un paquete genérico que hará imposible deducir su origen y poder cambiarlo.
11. La madre/hermana/mujer piola de la familia te va a interceptar en la cocina para darte, lejos de la multitud, ese libro/accesorio/perfume que querías, pero que no sabías que ella sabía que querías.
12. El niño más grande de la reunión va a identificar al pariente escondido bajo el traje de Papá Noel; aunque su jo jo jo sea hiperrealista y su barba sea una réplica exacta de la de Kurt Russell en Las crónicas de Navidad.
13. Los niños más pequeños van a decirle al niño más grande que está equivocado, que nunca escucharon un disparate tan descomunal, y quedarán maravillados de haber interceptado por fin a este señor tan esquivo que viaja en trineo a velocidades supersónicas.
14. Tu prima va a volver a intentar convencer a tu hermano escéptico de las bondades de la meditación después de haberle dicho que está estresado, y que lo sabe porque lo leyó en su aura.
15. Vas a agradecer la presencia de ese amigo de la familia que se sumó a último momento por ser ese elemento neutral en la mesa que puede decirle a tu tío, sin que se ofenda, que ese debería ser el último whisky doble de la noche.
16. Aunque casi nadie va a prestar atención a la playlist navideña que armaste con dedicación, va a sumar al clima festivo de manera subliminal, y cuando suene la versión de Bobby Helms de Jingle Bell Rock, vas a sentir una inyección de entusiasmo y una recarga de espíritu navideño.
17. Un carnívoro recientemente convertido a vegetariano se hará el ofendido ante la falta de opciones para él, mientras el resto le asegura que comerse una tira de asado en Nochebuena no es una traición a su ideología.
18. Cuando vengas de la cocina, a rellenar los vasos con el refresco ya caliente porque la heladera no dio abasto y el hielo se terminó, verás a todos conversando, riéndose, interrumpiéndose y hablando uno por encima del otro, y por un momento vas a agradecer ser parte de esa locura.
19. Sentirás entre nostalgia y alivio de saber que a algunas de esas personas con las que pasaste la noche no volverás a verlas hasta el siguiente diciembre.
20. En el fondo, aunque sepas que 2020 es solo un número y la máquina no se reinicia desde cero en enero, vas a pedir deseos y, aunque no los hagas explícitos, tendrás toda la esperanza del mundo en que la historia puede empezar de nuevo el próximo año. O al menos las partes de la historia que te gustaría reescribir.