¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Carlos Batthyány: "Cuando salgo a correr la cabeza se apaga y me da mucha tranquilidad"

Nombre: Carlos Batthyány Edad: 51 Ocupación: Médico y bioquímico, director ejecutivo del Instituto Pasteur Señas particulares: Es de familia húngara, cuando jugaba en la Liga Universitaria le decían El bala, en su casamiento hizo un pacto con su esposa para no bailar.

Editora de Galería

Nombre: Carlos Batthyány Edad: 51 Ocupación: Médico y bioquímico, director ejecutivo del Instituto Pasteur Señas particulares: Es de familia húngara, cuando jugaba en la Liga Universitaria le decían El bala, en su casamiento hizo un pacto con su esposa para no bailar.

Es cierto que su abuelo por parte de padre era conde en Hungría? Sí, mi abuelo y mi padre.

¿Cómo es descender de una familia noble? No reniego de mis orígenes familiares pero creo que es algo anacrónico; creo que los títulos nobiliarios son algo que quedó en el pasado, para mí no tienen ninguna trascendencia. Si me preguntás sobre mi familia húngara, el abuelo de mi padre, que por supuesto tenía títulos nobiliarios, más altos todavía, lo lindo fue que utilizó parte de su dinero para hacer dos hospitales donde solo atendía pobres, y los atendía gratis, en Hungría. Hoy uno de los hospitales está en Austria por el movimiento de fronteras después de la I Guerra Mundial. Ahora se lo llama el médico de los pobres y lo beatificaron por ese motivo.

¿Qué tradiciones húngaras permanecen en la familia? Lamentablemente se perdieron. Los Batthyány siempre pelearon para independizar Hungría de Austria, del Imperio austrohúngaro, e increíblemente terminamos quedando del lado austríaco. El muro de Berlín cayó en el año 89, mi abuela falleció en el 88 y mi abuelo en el 90. Mis abuelos nunca más pudieron entrar a su país.

También viene de familia de médicos, tanto paterna como materna. ¿Cuándo sintió la vocación? Hasta los 15 años estaba destinado al campo, pero hubo un evento medio traumático, que fue el suicidio del domador del campo de mi abuela, de quien yo era muy cercano, y ahí hice un quiebre con la agronomía. Empecé con el atletismo y a pensar en la medicina del deporte y terminé entrando a Facultad de Medicina. La vocación me vino después de entrar a la facultad, cuando empecé en bioquímica y me apasionó y me dediqué más a la parte de investigación. Más sobre el final de la carrera me di cuenta de que me gustaba la medicina clínica, aunque nunca me dediqué. Hoy, si mirara para atrás, haría algunas cosas diferentes y una es dedicarme más a esa parte.

Dejó de competir en atletismo a los 23 años, pero sigue saliendo a correr. ¿Qué le da esa actividad? La pista de atletismo en sí era un mundo perfecto, donde no había diferencias sociales y había una pasión que era el deporte, el compartir, un grupo humano con el que hasta el día de hoy nos seguimos viendo. Y la sensación de libertad que uno siente cuando está corriendo es muy linda. Muchas veces cuando salgo a correr lo que siento es un momento donde la cabeza se apaga y da mucha tranquilidad.

¿Es verdad que cuando va al campo le gusta remangarse y meter las manos en la tierra o hacer lo que haya que hacer? Sí, eso me sigue encantando. Ya el físico no me acompaña.

¿Esa misma parte suya que necesita hacer las cosas es la que lo llevó a hisopar usted mismo a quienes se acercaban al hisoparking del Instituto? Son cosas diferentes. El campo me da la misma sensación que el atletismo, mucha libertad; cuando estoy arriba de un caballo siento un enorme placer. Lo del hisopado es diferente. Soy un convencido del trabajo en equipo, de que ser el responsable o ser parte del equipo es básicamente lo mismo y de que la mejor forma de liderar es con el ejemplo. El hisopado era un cambio en el instituto, era traer algo nuevo; siendo médico estaba habilitado a hisopar, y realmente me parecía que era una cosa que había que probarla, instrumentarla, y que estaba bien que lo hiciera. No me gusta ni que se sepa. No es un acto demagógico. Y aparte de alguna manera me daba de vuelta la oportunidad de estar en contacto con gente, hablar, escuchar sus miedos. Cuando yo lo estaba haciendo estábamos en el peor momento de la pandemia: muchos venían con síntomas y con miedo, entonces en esos cinco minutos que estaba hisopando por lo menos podía charlar y dar consejos.

¿Cuántas veces lo hisoparon? Yo mismo me hisopé varias veces, debo llevar unos ocho hisopados. Muchos del instituto nos hisopamos muchas veces. Antes de cortar con las reuniones presenciales siempre teníamos el miedo de ir a una reunión con gente del gobierno y bajar muchos títeres (risas).

¿Le parece que con los recursos necesarios Uruguay habría podido desarrollar su propia vacuna? No, creo que no. Uruguay lamentablemente tomó decisiones hace muchos años que determinaron que hoy sea implanteable. Hacer una vacuna implica no solo tener gente con conocimiento, sino tener montada toda una industria y un control de calidad que hoy nosotros no tenemos. Es un proyecto a largo plazo, no es un proyecto que puedas proponerte en medio de una pandemia. Si hace algunos años no se hubiera tomado la decisión —y no estoy cuestionando porque no conozco el tema— de desmantelar la producción que se hacía en Uruguay, sería otro cantar.

¿Es cierto que en su casamiento hizo un pacto con su esposa, María Natalia, para no bailar en toda la noche? Sí. Soy muy tímido y además bailo muy mal. Y no me gusta ser el centro de atención.

Justo el año pasado, 2020, cumplieron 30 años de novios. ¿Quedó pendiente un festejo? Festejamos en familia, en burbuja, el 26 de setiembre.

Tiene dos hijas, Tessa y Kloe, de 12 y 11 años. ¿Cómo lleva ser el único varón de la casa? Siempre me pasó. Nosotros somos tres hermanos y yo soy el único varón, entonces sacando a mi padre, que era mi compañero… estoy habituado a estar entre mujeres.