Superados los duros momentos de la digestión de la suspensión electoral por 17 meses (durísima sanción por un quítame allá estas tarjetas corporativas), el Lic. Raulito y su escudero Leonardo (a) “el Chico Chivas”, pasaron la Nochebuena y la Navidad analizando los pasos a seguir en el año que ya asoma en el almanaque.
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—No podemos quedarnos quietos, la troika mafiosa frenteamplista quiere aniquilarnos en el mejor momento de nuestras vidas —le dijo Raulito a Leonardo, mientras se tomaban un escocés de botella redondita y panzona, como aquella que aparecía en la foto a bordo del avión de ALUR, cuando los prados eran verdes y las fanfarrias sonaban a su paso, saludándolos en majestad.
La generosa picada navideña daba como para seguir elucubrando planes de futuro.
—Yo creo que deberíamos arrancar con la invitación de Luis —dijo Raulito (N. de R. Raulito se refiere al precandidato del Partido Nacional Luis Alberto Lacalle Pou, quien decidió apocopar su denominación de origen porque no le cabía en los carteles publicitarios).
En efecto, Lacalle le ofreció a Raulito participar en un debate sobre el pasado y el futuro político del país, en el que analizarían los más trascendentes temas del acontecer nacional.
—Si te digo la verdad, te miento —replicó Leonardo, que no estaba muy convencido de esa participación, pero Raulito arremetió.
—Mirá, yo tengo datos importantes del escándalo de Pluna, del aval perfecto de Calloia, de la renuncia de Lorenzo, de la presión de López Mena, de la estafa de Campiani, de los papelones de Astori, de sus mentiras, de los bolazos que hizo correr, de los…
—Pará, loco —interrumpió Leonardo—, todo eso no haría más que echar leña al fuego, le estarías dando datos para la campaña en contra del Frente, no la veo…
—Que contra del Frente, papá, es para incinerar a los fantasmas estos que nos mandaron a la B, hay que reconquistar posiciones, demostrarles la injusticia que han cometido con nosotros —insistió Raulito.
—Tenés razón, hay que hacerles pagar por su crueldad —replicó Leonardo, agregando que Sanguinetti y Talvi lo habían llamado para tener una reunión informativa sobre los datos que Raulito había largado en una de las últimas conferencias de prensa—. Tenés que darles también las cifras de Ancap en los tiempos del Pelado Martínez, que te vienen bien para equilibrar un poco todo lo que andan diciendo de vos —agregó—, calumnias, como la de los viajes míos en avión a San Fernando en Buenos Aires, con las bolsas aquellas que traíamos a pedido del Pacha, que eran repuestos para sus lanchas… creo…, ¿no?... porque nunca me dejaste abrir ninguna…
—Mirá —prosiguió Raulito—, yo me reuniría con todos ellos cuanto antes, porque tengo una invitación del Pelado Novick para acompañarlo en una gira por el interior, en la que hablaríamos en conjunto de los desastres del gobierno actual, y participaríamos en una asamblea de los autoconvocados, para darles información de la debacle económica en la que nos metió Danilo con sus tecnócratas de bolsillo.
—No te olvides —replicó Leonardo— de que tenemos un encuentro pautado con la Masonería y el Opus Dei, que han decidido asociarse en la Fundación Setecientos Once, para organizar conjuntamente con nosotros la campaña electoral del 2024, cuando ya no rija la prohibición que nos encanutaron prohibiéndonos hacer política, con esos muchachos sin duda vamos a andar bien y vamos a terminar de borrar del mapa a los Juan Castillo, a los Miranda, a la vieja Topolanski y a todos los retrógrados que nos vienen poniendo palos en la rueda, querido —enfatizó.
—Tampoco podemos dejar por el camino a estos otros muchachos que nos han llamado para emprender nuevas sendas en la política vernácula, con vistas a la total renovación de una clase política apolillada, conservadora y reaccionaria como la que nos ha mandado para la cueva en esta cruel represalia que se han tomado contra nosotros de manera tan injusta como arbitraria —dijo Raulito, con lágrimas en los ojos.
Se refería a la inminente creación de la Asociación de Amigos de Pacheco (N. de R. no se refiere al fiscal, sino al Bocha) y Millor, por la Restauración de la Ley y el Orden, que les ha pedido a ambos jóvenes políticos que se integren a la misma, aportando la sustancial información que poseen, para poder defenestrar de una vez a la runfla frenteamplista, volviendo a los gloriosos momentos de paz y democracia y vigencia del Estado de derecho, que supieron sustentar y promover los inspiradores de esta nostálgica asociación.
Tanto Raulito como Leonardo continuaron intercambiando opciones, posibilidades y actividades futuras, conscientes de que ambos poseen un valiosísimo capital informativo, capaz de revelar datos que se mantienen ocultos detrás de los vidrios oscuros de la corrupción y el tráfico de influencias instaurado por los gobiernos acomodaticios del Frente Amplio, que, tal como ya lo dijo públicamente Raulito, han colocado a parientes y amigos en la administración pública, con el mayor desparpajo y desprecio por la sana administración de los bienes del Estado, creando una masa clientelística dispuesta a seguir votándolos, como los tarjetahabientes del Mides y los beneficiarios de los negocios con Venezuela.
—Ché, hablando de Venezuela —dijo Leonardo—, ¿no deberíamos largar también algunos datos de Envidrio, Placeres y todos los colgados de esos negocios que vos conocés tan bien?
—Sí, deberíamos, pero esos datos son para negociar más adelante, cuando podamos exigir a cambio algún puesto público como el de vicepresidente, o el de presidente de ALUR para vos. Vamos de a poco, que hay mucho para decir antes de eso —reafirmó, convencido de la justicia y la fuerza de sus nuevos argumentos de lucha.