Con la lucha armada “¡te jugabas la vida!; ¿quién mierda hace eso hoy?”

—Estaba en el contexto de una época. Aquello del hombre y sus circunstancias. Lo que más admiro de aquella época es el brutal grado de convencimiento y la fe que teníamos, que sería inconcebible para las nuevas generaciones. El problema de hoy no es que los jóvenes no quieran nada, es que no tienen de qué enamorarse. ¿De qué se van a enamorar en esta época? Todo esta en la personal. Nosotros tuvimos la tragedia de enamorarnos con que íbamos a cambiar el mundo. ¡Que joder! Dejabas el trabajo, pasabas a la clandestinidad, ibas a ser perseguido, ¡te jugabas la vida! ¿Quién mierda hace eso hoy? Nadie. Pero no porque sean inferiores. No tienen motor. Es una época que no enamora un carajo. No era así en nuestra época. Fue fermental en la poesía, en la música, en la política, en todo. Había algo en la sociedad uruguaya que estaba sacudiendo. Fue un momento. Pero no juzgo a los de hoy. Siento no tener la fortaleza que teníamos.

—¿Se arrepiente de no haber sido candidato presidencial en las últimas elecciones?