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Es una injusticia lo que dijo esta semana Laura Raffo al referirse al proyecto de la ciclovía por 18 de Julio propuesto por la intendente Carolina Cosse. Palabras más, palabras menos, Raffo dijo: “¿Es este el gran aporte de la intendencia a Montevideo?”.
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Estamos de acuerdo con que el plan no ha caído del todo bien, en particular entre los ciclistas, que ven sus vidas en peligro si el proyecto se concreta. Es que el equipo de planificadores de la Intendencia de Montevideo (IM) es de terror. Proyectaron la ciclovía como si los ciclistas fueran una masa uniforme que se junta diariamente a la misma hora en el Obelisco para desplazarse al unísono rumbo a la plaza Independencia, yendo todos juntos hasta Yaguarón, doblando ahí miles de bicicletas a la izquierda (obviamente) hasta San José, y desde allí, en masa, hasta llegar a la zona de la plaza.
Pero como eso no es así alcanza con suponer los líos que tendrían los ciclistas que van circulando por el centro de 18 de Julio y quieren salir en Juan Paullier, Tristán Narvaja, Ejido o Cuareim, para la derecha o para la izquierda. Los bondis les pasarían por arriba o se producirían situaciones caóticas inimaginables.
La “ciclovitis” y la “bicisenditis” que padecen los técnicos de la IM no son atribuibles de forma exclusiva a Carolina Cosse. Los genios del diseño municipal ya tienen algunos antecedentes, o bien de planes (hasta ahora fracasados) para implantarlas en 18 de Julio, o bien de otros planes que finalmente se concretaron, como la curiosa bicisenda que inauguró el ciclista-intendente Daniel Martínez, que unió todos los edificios de las facultades de la Universidad de la República. En qué cabeza puede haber cabido que los estudiantes de la Facultad de Derecho irían en bicicleta a visitar a los de la Facultad de Química, y después, todos juntos, pedalearían hasta Ciencias Económicas, y así en más. Delirante. O la bicisenda de la calle Rincón, a la que ahora están levantando (como hubo que hacer con los sillones y los sofás de la plaza Zabala, pero esa es otra historia).
Ahora diré por qué creo que Laura Raffo subestimó a doña Carolina con su comentario.
Una fuente interna de la IM nos facilitó el acceso a algunos otros proyectos que están todavía en carpeta y que serán anunciados de un momento a otro.
La IM está proyectando la construcción de un túnel subfluvial que pasaría por debajo de la bahía del Puerto de Montevideo, con entrada por la escollera Sarandí y salida en la rambla del Cerro. Esto facilitaría el desplazamiento ciudadano entre dos zonas altamente pobladas, simplificando el traslado desde y hacia ambas, lo cual en el presente se hace en transporte público o vehículos particulares. Se instalará un tren eléctrico que unirá ambos extremos, se ahorrará así tiempo y dinero y además se evitarán los largos trayectos de los autos y de los ómnibus, que consumen y queman gasolina envenenando la atmósfera. Si los franceses y los ingleses lo hicieron debajo del canal de la Mancha, por qué no podemos hacerlo los montevideanos.
Con el fin de liberar espacios terrestres en la zona circundante al Palacio Municipal, se construirá un helipuerto en la azotea del edificio. Se licitará la adquisición de un helicóptero con capacidad para 20 pasajeros, que se utilizará para el traslado de la intendente y su equipo de gobierno municipal, lo que generará al menos 20 lugares libres para el estacionamiento de vehículos en el entorno del edificio, donde nunca hay un lugar libre.
También se construirán dos piscinas de agua templada en invierno y fresca en verano en la zona de Flor de Maroñas. Esta zona viene creando serias preocupaciones por razones de seguridad debido a la creciente aparición de bandas rivales de narcotraficantes que con frecuencia se tirotean, lo que crea temor entre los habitantes del barrio. Se les anunciará a las bandas rivales que una piscina es para una banda y la otra es para la otra. Se les pedirá identificación antes de lanzarse al agua, de manera de evitar eventuales refriegas subacuáticas. Los planificadores de la IM entienden que el uso recreativo de la natación desestimulará a los narcotraficantes a seguir delinquiendo y destinarán sus esfuerzos a la sana práctica deportiva. El ministro Heber será invitado a la inauguración, pero no a cortar la cinta.
Por último (al menos en la carpeta a la que tuvimos acceso) se proyecta la construcción de una rambla elevada por encima de la actual, en principio entre la zona de Trouville y la del Puerto de Montevideo. Esta seguirá el mismo trazo de la actual, pero a la altura de un primer piso. La rambla elevada será destinada a los transeúntes que practican jogging o que corren en forma deportiva o competitiva, reservándose la rambla de la planta baja a las personas que solo salen a caminar, muchas veces con sus niños o sus mascotas, conversando con amigos o en pequeños grupos. Se trata de un nuevo aporte de la IM a la pacífica, sana y solidaria convivencia entre los habitantes de la capital.
A ver, Laura, si retirás tu irónico comentario y expresás alguna disculpa pública.