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Los dirigentes de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom) sabían que la relación con el intendente de Montevideo Daniel Martínez y su equipo, que asumió el 9 de julio del 2015, difícilmente podía ser peor que la que tuvieron con su antecesora, la comunista Ana Olivera (2010-2015).
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Pese que existía cierto optimismo durante la llamada “luna de miel” que se da con la llegada de un nuevo gobierno, el sindicato estaba alerta por lo que pudiera ocurrir. “El que se quema con leche ve una vaca y llora”, dijo su secretario general, Facundo Cladera, en junio del año pasado, recordando el decreto de esencialidad para los servicios de limpieza que firmó la administración anterior en el medio de un conflicto con el gremio.
Por su parte, las flamantes autoridades eran conscientes de que un conflicto con Adeom era inevitable, y el choque no demoró en llegar. En noviembre de 2015 el sindicato empezó con una serie de medidas sindicales en reclamo por la propuesta salarial de la Intendencia de Montevideo (IMM) para los próximos años. El sindicato de municipales exige, entre otras cosas, un salario mínimo del entorno de los $ 30.000 nominales para el final del período, lo que para las autoridades es inviable.
En diciembre, el sindicato efectuó varias ocupaciones. Llegó incluso a instalarse en el segundo piso del Palacio Municipal, donde está la oficina del intendente y de varios de los directores, que ese día tuvieron que trabajar en un edificio anexo.
El conflicto siguió en 2016. En las dos primeras semanas de abril Adeom tenía planificado hacer cuatro paros. Pero el lunes 11 de abril su directiva resolvió bajar el perfil de la lucha sindical y suspendió uno de ellos. Camilo Clavijo, el presidente del sindicato, explicó que se tomó esa decisión porque los funcionarios comenzaban a sentir “el costo de los paros”, según informó “Subrayado”. La lista 2011 de Adeom, a la que pertenece ese dirigente, advirtió en un comunicado interno —al que accedió Búsqueda— sobre los riesgos del camino que estaba recorriendo el sindicato.
“Entendemos que es hora de resumir los resultados de todas las medidas que realizamos, al mismo tiempo que analizar cuánto más resistirán nuestros compañeros y compañeras esta situación de tensión y víspera constante, así como también analizar el estado de la organización, que como en todo conflicto, sufre un desgaste y a la larga se le empiezan a notar las grietas”, sostuvo. La agrupación 2011 está vinculada al Partido Comunista y es considerada por los mismos dirigentes de Adeom y por las autoridades como la lista más moderada, autocrítica y oficialista.
“Salvo que haya algún despistado que no lo haya notado, en general sabemos que de estirarse esta situación se nos puede abrir otro frente de batalla: la lucha será no solo contra la administración, sino que también tendremos que enfrentarnos a varios de nuestros propios compañeros, que día a día engrosan las filas de los no afiliados y de los que no acatan nuestras medidas”, agregó el texto de la agrupación.
En este marco, la 2011 criticó la decisión tomada por las otras listas con representación en el órgano de conducción del sindicato (1980, 307 y 1330), que votaron los cuatro paros en el mes. “El querer implementar todas las medidas sin realizar una valoración del estado general de Adeom y su capacidad de movilización y convocatoria, solo por mantener un discurso de barricada y quedar como los propios, demuestra el infantilismo imperante y atenta claramente contra la acumulación necesaria para lograr los cambios que necesitamos”.
Consultado por Búsqueda, Clavijo reflexionó sobre la percepción que tiene la ciudadanía de Adeom: “Estamos en un debe como sindicato en lograr que nuestras reivindicaciones sean entendidas por el conjunto de la población de Montevideo; eso lo tenemos pendiente y es lo que queremos cambiar”, dijo. Su agrupación apoya la firma del convenio salarial que propone la comuna.
Las autoridades de la IMM valoraron la actitud que tuvieron los funcionarios el domingo, durante una jornada especial de limpieza. Ese día, unos 200 municipales se anotaron de formar voluntaria para participar de la actividad (aunque cobraron horas extras por el servicio).
El director de Gestión Humana y Recursos Materiales, Eduardo Brenta, dijo a Búsqueda que el gremio se dio cuenta de que dentro de la negociación hay un tercer actor que es la opinión pública, y que es un elemento importante a considerar. El jerarca apunta a tener un diálogo “racional y sincero”, y a superar la mala relación que el gremio ha tenido con los gobiernos del Frente Amplio en los períodos anteriores. Para que la administración funcione bien tiene que haber “confianza” entre ambas partes, afirmó.
Cuando empezó el gobierno, las autoridades instalaron un ámbito de reunión mensual con Adeom. En marzo los invitaron a participar del Comité de Seguimiento, una unidad que monitorea la situación de la basura. El secretario general del sindicato, Facundo Cladera, dijo a Búsqueda que la relación es “buena”, pero la concreción de acuerdos “más o menos”.
Martínez, sin embargo, fue crítico y no demasiado optimista en su objetivo de mejorar el vínculo con Adeom. En un evento organizado por el Club Lunch Uruguayo-Británico el miércoles 4, dijo que el sindicato se hizo “odiar” por la ciudadanía y que tiene un “rechazo impresionante”.
Agregó que, además de tener posiciones “dogmáticas”, es “imposible” negociar con ellos porque llevan demasiadas personas a las reuniones. “Lo que me queda claro es que hay un clima de desconfianza absoluto y total”, aseguró. Para el jefe comunal, a la hora de negociar, la postura de Adeom no ayuda: “No sean nabos, les digo, no sean tontos”.