Sin duda, la armonía es una de las características que mejor definen a la fuerza política que nos gobierna.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáSus integrantes no dejan pasar ninguna ocasión para organizar mateadas solidarias cada vez que un factor aglutinante los impulsa al abrazo colectivo.
Durante la campaña previa a las elecciones internas, hay que ver el jolgorio que desataban los cortocircuitos entre Sartori y Luis Lacalle, los disensos entre Talvi y Sanguinetti.
Los tuits iban y venían en las redes sociales, ironizando sobre las disidencias internas de los partidos “tradicionales” o “fundacionales” —como los caracterizan los que piensan que ellos también son “tradicionales”, aunque tengan un siglo menos de vida.
Ahora están todos abrazados brindando por el aplastante triunfo de Fernández, Fernández & Asociados en la República Argentina.
La ventrílocua Vieja-que-es-peor-que-el-Tuerto y su muñeco Bigotito han aplastado al mascarón de proa neoliberal y su zafarrancho financiado por el Fondo Monetario Internacional, y traerán de nuevo la paz, el equilibrio, la vocación republicana y progresista a la saqueada hermana república de allende el Plata —y la plata, sobre todo también la plata—, para las bolsas de Lopecito en el convento, los contratos de Lázaro Báez en Santa Cruz, las maquinitas cuenta-billetes de la Rosadita, la caja fuerte de la eternamente convaleciente Florencia, y los asientos contables en los cuadernos del chofer de Julio de Vido QEPDEEDEP (Que en Paz Descanse en Ezeiza Donde Está Preso).
Atrás quedaron Gualeguaychú y los puentes cortados, los vuelos de los jets privados y los viajes fluviales de los yates cargados de guita negra hacia las posesiones del Pacha Cantón en Carmelo, los desplantes del Tuerto Néstor al Tuerto Tabaré cuando el Tuerto argentino invitaba al Hugo Chávez para que lo insultara desde la vereda de enfrente al presidente frenteamplista, mientras alojaba en estas tierras al diablo de George Bush con todo su azufre, y les pedía ayuda militar a los gringos por si los argentinos nos atacaban.
—Bueno, pero una cosa era Néstor y otra Cristina, que combinó esfuerzos con Dilma y el Pepe para suspender a Paraguay y hacer entrar a la hermana Venezuela en el Mercosur —dijo un constanzamoreirista.
—No, querido —replicó un astorista—, eso fue un error. Fijate que hubo que suspender a Venezuela en el Mercosur por no respetar la cláusula democrática, y hubiera sido mejor ahorrarse eso y dejarlo al cachafaz de Maduro afuera.
—¿Cómo que “cachafaz”? —terció un comunista—. ¡Maduro es un valeroso líder progresista y socialista del siglo XXI perseguido y bloqueado hasta el hambre por el capitalismo!
—Dale, vo… —dio entonces un michelinista—, el tipo es un dictador cruel y sangriento, y no lo digo yo, lo dice Michelle Bachelet, ¿o no leíste el informe?
—¿Qué informe? —dijo entonces un emepepista—: ¿el de la atorrante esa, esbirro del capitalismo? Vendida al oro yanqui, como el chanta de Almagro, esa desgraciada…
—No podés hablar así de alguien que tuvo el coraje de desenmascarar a una dictadura perversa financiada por el narcotráfico —replicó enfáticamente un martinecista, agregando—, ¡y no solo lo dijo el Pelado, también lo dijo el Pepe!
—El Pepe está viejo y chocho —vociferó un darioperecista, que aprovechó para recordar la defensa de los negocios de Placeres con Envidrio, las casas prefabricadas de Umissa que se vendieron y nunca se edificaron, la leche en polvo y los quesos que se vendieron y nunca se cobraron, los libros de Geografía sobrefacturados y hasta las camisetas celestes del hoy presidiario Pato homónimo—. Cuando el Pepe los albergaba a esos chorros, los alentaba y hasta los defendía, y ahora se acuerda de que Venezuela es una dictadura, ¡andaaá!
—¿Y qué me dicen del Gucci, que va en los primeros lugares de la lista 890 de Baluarte Frenteamplista? ¡Un valor artístico y solidario que nos acerca con su candidatura al cuarto triunfo frentista en las próximas elecciones! —dijo otro martinecista—. ¡El Pelado lo recibió con grandes abrazos y sonrisas! ¿No vieron la foto? ¡Gran incorporación hemos conseguido!
—¿Un qué? —replicó enérgica una joven militante goyenechista—. ¡Un acosador machista que se nos quiere infiltrar! ¡Hay que apretarlo al Pelado para que lo boche, aunque ya haya dicho que sí! ¡Él suele cambiar de opinión cuando lo aprietan! ¡Acuérdense cuando se dio vuelta como una media después de que criticó los asesinatos del estalinismo en la Unión Soviética y terminó pidiéndole disculpas al Boca Andrade! ¡Hay que presionarlo para que rebote a ese atorrante y delincuente!
—¡Un luchador progresista! Nos cantó gratis en un jingle, nos regaló su trabajo y ahora compromete su esfuerzo! —insistió el martinecista.
—¡Un violador insaciable! —replicó un dicandicista—. ¿Ustedes no leen las redes sociales?
-Así que las redes sociales están por encima de la Justicia… ¡El tipo es inocente! ¡Nunca fue ni demandado ni mucho menos condenado…! ¿No preferís al Gucci en vez de a la chanta gritona de Graciela Villar, el único error del Pelado hasta ahora? —terció otro asistente a esta interminable terapia de grupo—. ¡Esa es la atorranta que quiere separarnos entre oligarquía y pueblo!
—¿Y entre qué querés que nos separe, banana? ¿Entre manyas y bolsos? Vos no sos ni oligarca ni pueblo, sos tarado, así, directamente —gritó otro militante—. ¡Estábamos hablando de la democracia en Venezuela! ¿Quién cambió de tema?
—¡Dictadura, nabo alegre, dictadura!
—¡Callate, gilún! ¡Patria para todos o para nadie!
—¿Todos? ¿Ya están todos? ¡Va a empezar la fiesta de la confraternidad y la concordia!
—¡No! ¡Todavía no estamos todos!
—¿Quiénes faltan?
—¡Amado y Raúl Sendic!