El accidente del Fairchild de Air Class

Para nosotros polemizar con usted (en un tema que conoce) solo nos causaría un desgaste innecesario, que no estamos dispuestos a llevar adelante, por lo menos en este ámbito, nos queda un largo y empedrado camino que recorrer para llegar a la verdad. Por este motivo esta será la última carta que yo enviaré respecto a este tema.

La verdad es que me está resultando tedioso oír hablar de la alta complejidad de los procedimientos y la alta responsabilidad de los que realizan la investigación. Tengo 35 años de profesión médica de los cuales 30 los realicé como cirujano. Sé mejor que nadie de las complejidades y responsabilidades que hay que afrontar. Tengo 62 años de edad y sigo trabajando como siempre, me siento cada vez más responsable de lo que hago porque sé de antemano, las complicaciones que se me pueden presentar, no solo médicas sino también legales, de las que algunas personas en este país parecería están eximidas. Debo decirle una última cosa al señor coronel Correa, no sé si la compartirá, pero sí estoy seguro que la va a entender perfectamente. Héctor Bado cambió la historia de este accidente; si no hubiera sido por él, este avión y sus dos tripulantes (uno de ellos camarada suyo) hubieran desaparecido en las “turbias” aguas del Río de la Plata (donde nunca se encuentra nada, y si se encuentra se deja) y caso cerrado.

Atte.

Dr. Julio C. Riva

CI 3.119.312-5