Embarcado en la tarea de consolidar al “Frente Unido”, un bloque emergente del oficialismo que integra su sector —la Vertiente Artiguista— junto con la lista 5005 y el Movimiento Alternativa Socialista, el dirigente y ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, aseguró que la polarización en el Frente Amplio “se terminó”.
Fundamenta esa afirmación sobre la base de que el Movimiento de Participación Popular (MPP) perdió a su principal figura —el presidente José Mujica— y de que el Frente Líber Seregni no tiene renovación algo y, peor aún, recibió el “golpe muy duro” del caso Pluna.
Durante una entrevista con Búsqueda, Brenta explicó que el nuevo bloque intentará captar a los frenteamplistas que sienten “gran disconformidad” con la actualidad de su fuerza política pero que no cambiarían de partido.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista.
—¿Cómo ve la interna del Frente Amplio?
—Vivimos una década de bipolaridad interna. Teníamos un triángulo, un vértice en Tabaré Vázquez por encima de todo y dos figuras con un peso brutal como José Mujica y Danilo Astori, con dos sectores estructurados y lógicas distintas pero que electoralmente no tenían competencia. A su vez, un Partido Socialista que venía cayendo y estaba atrapado en esa polarización. Hay veinte ejemplos, pero de repente el tema del endeudamiento del agro y la reforma tributaria fueron los más notorios. Creo que el Frente Amplio (FA) no puede mostrarse como la competencia entre dos sectores... El Frente históricamente fue mucho más que una suma de dos o tres grupos poderosos con los demás de adorno. El FA es mucho más que eso pero mucho menos que los 30 sectores que están aceptados como sectores nacionales.
—¿Esa polarización a la que alude es perniciosa para el Frente?
—Mi malestar no es personal. Soy dirigente de un sector, la Vertiente Artiguista, y ministro del segundo gobierno del Frente. Tengo la responsabilidad y la obligación por tanto de comprender la realidad política y la interna de mi fuerza política. La polarización es mala para el Frente. El Frente logró en un momento determinado generar un menú de opciones y ser un partido “catch all” como llaman los politólogos. Eso duró hasta las internas del 2009. En ese momento todos los que no participamos de la polarización nos vimos enfrentados a un gran problema. El Partido Socialista, con dificultades, los resolvió compareciendo junto al Frente Líber Seregni en respaldo a Astori. El Partido Comunista se pronunció, con muchas dificultades de por medio, apoyando a Mujica. Y otro grupo de gente, no sin dificultades —lo asumo— decidió abrir otra opción condenada para mí al fracaso electoral pero con el objetivo de marcar el inicio de otro camino. Logramos un 8%.
—¿Y qué significó para usted ese resultado?
—Hasta hoy muchos compañeros del Frente Líber Seregni creen que Astori perdió por ese 8%.
— Para usted no?
—No, claramente no. Es un grave error político concluir eso. Entiendo que es una explicación o una autojustificación para responderse por qué el compañero Danilo Astori no fue el candidato y quizás el presidente. Lo cierto es que Mujica, a quien no voté en la interna, la ganó y luego la ciudadanía lo votó como presidente de la República. Yo no puedo enojarme porque tal cancha tiene bajadita o el viento jugó a favor de esto o de aquello o porque el Barcelona tiene a Messi y yo no. Ese 8% jamás votaría integralmente a Mujica o a Astori. Seguramente se repartirían en mitades y no habría cambios. En mi sector hubo votos a Astori, a Mujica y a Carámbula.
—¿Cómo debe interpretarse eso?
—Las elecciones internas de mayo pasado introdujeron una dinámica y una lógica nuevas. Se decidió que habría una competencia por la Presidencia y por tanto los acuerdos entre sectores no eran garantía de nada porque la gente debía votar. Finalmente aparecieron cuatro candidaturas. El FLS renueva su acuerdo con el PS, el PCU tras muchas dudas termina compareciendo con su propio candidato porque con ello pagaba menor precio y terminó logrando un buen resultado, y el MPP fue quien tuvo mayores dificultades para decidir: termina haciendo lo que desde el principio anunció que no haría —ir con candidato propio— e incluso le agregaron que fuera joven e hicieron luego todo lo contrario.
—El diputado Aníbal Pereyra, del MPP, reconoció que “fracasaron con total éxito” en su objetivo original.
—Exacto. El MPP desperdició la oportunidad de impulsar un acuerdo amplio atrás de la candidatura de Rubio, pero junto con nosotros, Compromiso Frenteamplista, la lista 5005 y grupos locales del interior. Creo que Rubio u otro compañero —no me cierro a nombres— podría haber servido con su candidatura a ser el catalizador de un gran espacio frenteamplista. Eso no ocurrió y el resultado fue que el MPP perdió dos lugares en la Mesa Política. Al FLS no le fue bien, anduvo como siempre, mejoró notoriamente el PS que creo fue el gran ganador de mayo, y los que nos agrupamos en torno a Rubio valoramos como muy bueno el resultado. Y el PCU cumplió con dignidad en su participación. Fuimos terceros con 18.000 votos que son apenas 3.000 votos menos que el MPP como sector y frente a los 40.000 largos de Mónica que son la suma del FLS con el PS. Y Rubio le ganó a Mónica en Florida, Flores y Salto, único lado donde su candidatura no fue victoriosa.
—¿Cuál es el guión a seguir para la película del 2014?
—El escenario parte del supuesto que no habrá disputa por el candidato presidencial. Con ese dato el Frente tiene que lograr expresar al conjunto de los votantes frentistas a través de las opciones sectoriales que se presenten. En ese marco el MPP no tendrá a su principal figura y por más que logre catapultar a una figura muy cercana no será lo mismo. Y el otro sector fuerte, el FLS, no presenta renovación porque 20 años después su figura principal sigue siendo la misma y concomitantemente acaba de recibir un golpe muy duro.
—¿Se refiere al caso de Pluna?
—Exacto. Sería muy obvio no reconocerlo. Es un golpe que afecta a todo el gobierno pero más que nada a quienes condujeron el proceso. Fue un tema muy discutido en el Frente. Como Vertiente expresamos nuestras dudas y el propio Mujica cuestionó en su momento a Campiani. Sin duda se está ante una gran oportunidad para aprender y revisar procedimientos humanos y políticos. Afortunadamente esto ya se está notando. Por otra parte está claro que esto viene del período anterior. Lorenzo, de hecho, cargó con una decisión anterior en la que no tengo claro cuánto influyó o fue consultado. Paralelo a esto se da el nuevo empuje del PS que algunas encuestas ya lo ubican primero en la interna frentista y que, es bastante posible, reeditará el esquema “Tabaré 90”. Luego está una cuarta opción, el PCU. Y yo constato un primer y un segundo círculo de frenteamplistas con gran disconformidad que buscan expresarse.
—¿Por qué?
—El tema de cómo se resolvió la candidatura municipal de Montevideo dejó a mucha gente caliente. A esto se suman las dificultades en la estructura, los problemas de gestión nacional y departamental. Las encuestas nos muestran por otra parte que cuando el FA cae crecen los indecisos, o sea que el votante frentista no migra a los partidos tradicionales. Mucha de esa gente terminará votando al Frente. Dentro del Frente lo único nuevo es lo de Raúl Sendic y su grupo. Allí hay más futuro que presente y pasado. También la 5005 es un dato nuevo. Pero lo cierto es que nunca hubo un sacudón grande en el interna. Creo que no lo habrá. Pero los cuatro sectores claramente definidos tienen entre 20 y 100 años de historia, Son espacios duros, instalados y con lógicas propias.
—¿Usted con el Frente Unido quiere capitalizar a esos descontentos?
—Así es. Hay una expectativa latente de que aparezca algo nuevo, abierto, ágil y obviamente con una agenda moderna.
—¿Cuáles son los planes del Frente Unido para el 2013?
—Estamos discutiendo para este año la idea de lanzar ámbitos abiertos de discusión programática especialmente en donde la izquierda tiene ciertos debes. Tenemos claro que en el Frente Unido hay sectores que apoyaron a Rubio en la interna que no están en esto hoy y que deberán definir un camino. Y básicamente me refiero al grupo de Raúl Sendic. Por otra parte no descartamos otras alianzas. Pero igualmente consideramos que el FA debe tener una oferta electoral amplia de más de dos bloques pero, repito, no de 30 grupos.
—¿Es sostenible el nombre “Frente Unido” cuando son tres sectores que las encuestas le dan 3% de la interna frentista?
—El nombre responde al escenario en que se encontraba el FA antes de la interna de mayo. Es un nombre de respuesta a un Frente atomizado. Acá la noticia es que nos juntamos atrás de un proyecto estratégico. Y lo hacemos en un momento en que —estoy persuadido— la polarización terminó. Esta lógica de “unos son lo que saben y otros los que juntan los votos” ya fue. Ya nadie —no quiero abrir heridas bien abiertas— tiene el monopolio del saber y de la buena gestión. En rigor, nunca existió ese monopolio: simplemente se construyó esa imagen. Pero los castillos de naipes suelen caerse fácilmente. En definitiva, hay cinco espacios si, como corresponde, tenemos en cuenta que el PS y el FLS son dos sectores. Es decir, hay cuatro sectores consolidados y nosotros, el Frente Unido. La polarización ya fue. Es hora de que unos cuantos se den cuenta.
Política
2012-12-27T00:00:00
2012-12-27T00:00:00