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Además de ser un exportador de alimentos —carne, granos, lácteos— y otros commodities agroindustriales, Uruguay vende servicios al mundo. Pero, como ocurre con los bienes, también es comprador de algunos, en un flujo comercial de ida y vuelta que se ha visto trastocado por la pandemia de Covid-19.
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Mientras que la evolución del intercambio de productos puede ser analizada mes a mes a partir de las estadísticas aduaneras, en el caso de los servicios los datos surgen de la balanza de pagos que reporta con periodicidad trimestral el Banco Central (BCU). Los datos de julio-setiembre de 2020 fueron difundidos el 30 de diciembre y mostraron cierta recuperación en el flujo comercial de servicios entre Uruguay y el resto del mundo.
En ese trimestre la cuenta de servicios resultó levemente deficitaria para el país (en US$ 22 millones), con exportaciones por US$ 841 millones e importaciones por US$ 863 millones. De todos modos, ese saldo negativo fue menos de la mitad del que se había dado en el segundo trimestre (US$ 48 millones) cuando, además, el intercambio había sido por montos más reducidos en el peor momento de la emergencia sanitaria.
Rubros
El impacto económico del Covid-19 se observa con claridad en el desempeño comercial de algunos rubros. Por ejemplo, en julio-setiembre Uruguay exportó servicios de transporte por US$ 96 millones, apenas US$ 2 millones más que en abril-junio; son los menores montos trimestrales en toda la serie informada por el BCU desde 2012. Algo similar se constató con las importaciones de ese rubro.
En particular, el transporte aéreo tuvo en el tercer trimestre un flujo muy bajo —aunque algo mayor que en el segundo—, con servicios comprados desde Uruguay por US$ 20 millones y vendidos por solamente US$ 1 millón.
Los viajes están siendo de los más afectados ante las restricciones fronterizas. Sin embargo, el intercambio creció levemente respecto a abril-junio, si bien se mantuvo en niveles mínimos en una perspectiva histórica: hubo exportaciones de esos servicios por US$ 42 millones e importaciones por US$ 5 millones.
En contrapartida, los servicios financieros han sido de los menos impactados por la pandemia. Uruguay siguió siendo superavitario en este rubro en el tercer trimestre, con ventas al mundo por US$ 71 millones y compras por US$ 49 millones.
A su vez, los servicios de telecomunicaciones, informática y de información se vieron beneficiados, en términos de volumen de actividad, por el contexto de la pandemia. En julio-setiembre Uruguay exportó por US$ 364 millones e importó por US$ 285 millones, montos máximos en las estadísticas del BCU.
Considerando el déficit de US$ 22 millones en la cuenta global de servicios y el superávit por US$ 553 millones en la de mercaderías, el país registró un saldo favorable de US$ 530 millones. No obstante, dado el “ingreso primario” deficitario de US$ 571 millones (y uno “secundario” por US$ 40 millones), la cuenta corriente arrojó un virtual equilibrio: el resultado negativo fue de US$ 1 millón.
