¡Qué historia la de Gardel!
¡Qué historia la de Gardel!
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLos misterios que lo rodearon durarán hasta que el tiempo lo borre todo.
En general se cree que esos misterios, que aún causan debates, se centran solo en la vida del cantor. Su lugar de nacimiento, su personalidad y hasta detalles cuasi de patético dramón acerca de su trágica muerte en Medellín.
Sin embargo, aunque tal vez sea región de entendidos —historiadores, investigadores creativos o simples buscadores de oro en viejos documentos—, hay algún que otro misterio vinculado a tangos famosos que cantó, grabó y filmó Gardel, que siguen sin ser desentrañados y han adquirido la apariencia de una novela de ficción.
Hoy, por simple capricho, lo confieso, he elegido como ejemplo a Volvió una noche.
—Volvió una noche, no la esperaba, / había en su rostro tanta ansiedad / que tuve pena de recordarle / lo que he sufrido con su impiedad. / Me dijo humilde, si me perdonas / el tiempo viejo otra vez vendrá, / la primavera es nuestra vida / y verás que pronto nos sonreirá…
Pocos no han visto el video de ese tango, filmado en Nueva York en marzo de 1935, aunque grabado y cantado en escenarios desde 1932, que, no obstante, no aparece en ninguna de las películas que tuvieron a Gardel como protagonista. Hay que decir que, para la mayoría de los musicólogos, es uno de los mejores tangos que creó junto con el letrista Alfredo Lepera, quien además escribía todos los guiones para la empresa Paramount. Y vale la pena aclarar que Gardel filmaba aparte, enseguida, en estudio y como si fuera un video clip, cada tema de las películas que se añadía en el montaje final. La única excepción que hizo fue con Volvió una noche, que filmó tres años después de compuesto y difundido.
Y entonces aparecen unas variadas y a mi juicio excéntricas versiones que se contradicen y ayudan a que, a tantos años de distancia, no se sepa la verdad.
Se ha sugerido que Volvió una noche aparecía en el filme El día que me quieras, pero antes del estreno, por razones nunca explicadas, los productores quitaron ese tango y lo sustituyeron por Suerte negra, en un momento clave del desarrollo de la peripecia del protagonista. Esta versión no descarta que el clip de Volvió una noche fuera proyectado —antes o luego de la película— como mera promoción.
Mona Maris —la mítica actriz de la época de oro de la filmografía gardeliana— dejó escrito que el tango estaba previsto para Cuesta abajo, cuyo guion fue el más discutido por Lepera con los norteamericanos, que entendían que la canción “no cuajaba” y por eso fue descartada.
El historiador Harry Waldman, en un libro escrito en París, afirma que Volvió una noche fue compuesto para La casa es seria, una producción muy limitada que tuvo escasa difusión y se mantuvo como video clip a fines de propaganda.
Ruben Pesce, un investigador argentino, asegura que el hermoso tango cercado por el misterio se filmó para una intervención de Gardel en la película Rumba, con Carol Lombard y George Raft, proyecto que se frustró por su inesperado fallecimiento.
Finalmente, varios artículos periodísticos de aquel tiempo dan por cierto que Volvió una noche se hizo para incorporarse a Cazadores de estrellas, una serie de apariciones de artistas importantes, prácticamente sin argumento, donde el tango en entredicho habría llegado a verse en limitadas exhibiciones en Argentina.
Y por si hiciesen falta cinco pesos para los diez, en años mucho más recientes, un dramaturgo argentino, Eduardo Rovner, se sintió inspirado por Volvió una noche y, con el mismo título, creó una obra teatral que fue estrenada en Montevideo en 1993. Luego la representó por gran parte del planeta y obtuvo los premios Casa de las Américas de Cuba, Florencio de Uruguay y Argentores de su país. Pero, cuidado, una cosa es la inspiración y otra la realidad: el argumento escrito por Rovner no tiene nada que ver con lo que describe el tango homónimo, aunque hubo quienes quisieron forzar coincidencias.
El destino parece definitivo. Desaparecidos Gardel y Lepera, a quienes la muerte no permitió inmiscuirse en estas idas y venidas, el misterio perdurará.
—Se fue en silencio, sin un reproche, / busqué un espejo y me quise mirar; / había en mi frente tantos inviernos / que también ella tuvo piedad…
Bellísima melodía y versos con vuelo poético que, sea como fuere y sin averiguar más, uno todavía puede disfrutar luego de buscar en una simple computadora.