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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAlguna parte de la dirigencia del FA cree que cualquier crítica al modelo económico de los gobiernos progresistas implica poco menos que una traición a las creencias y valores de la solidaridad y la búsqueda de equidad en Uruguay. La sociedad uruguaya ha asumido algunos valores esenciales a la convivencia. En su matriz está el respeto a la libertad y la búsqueda de la justicia. O sea, el sistema democrático no esta en negociación, tampoco la rotación en el poder. Algunas fuerzas sectoriales en la FA en su leal saber y entender no creen en los sistemas de gobierno democráticos representativos, lo toman como un dato de su análisis dialéctico, como fase a superar con formas superiores de convivencia social, definidas por la coalición o el partido. Toman como modelos el sistema cubano o el venezolano y asumen explícitamente su apoyo presencial en lo programático y político.
Por sus lógicas binarias se está de acuerdo con este programa o se está en contra. La manifestación de los productores rurales y las cadenas agroexportadoras pueden tener muchos incentivos, y presumirlos puede enriquecer lecturas respetables, entre ellas las de motivación partidaria o electoral. Sin embargo, se pueden escuchar razones de aquellos otros diferentes sin presumir solo “están contra mí”.
Obvio de toda obviedad que en una sociedad de clases existe y existirá una pugna por la renta social. En el imaginario de algunos ideólogos de izquierda esta complejidad puede ser sustituida y resuelta por un poder central único que produzca y reparta luego de haber planificado centralmente todas las fases de una economía. No han aprendido nada del espíritu humano, y de la historia. Es prudente abrir la capacidad de escucha y de discusión.
Si no se puede a pesar de la voluntad presidencial firmar TLC con Chile y el Pacífico para mejorar los precios de venta de nuestros productos, hay que preguntarse quién veta en el gobierno o en las fuerzas sociales asociadas al mismo. No se puede realizar la reforma del Estado porque es vetada dentro del gobierno, aunque el Sr. Presidente la catalogue como la madre de todas las reformas. No se pudo realizar la reforma educativa, porque fue vetada por alguien en el gobierno y su coalición social. No se puede tocar el déficit fiscal por el lado del gasto público —solo incrementando la presión sobre aportantes que es claro pega a trabajadores formales con el IVA e IRPF y en la producción nacional.
Cualquier versión alternativa o alterativa al relato se asume que cuestiona el GPS gasto público social con los más vulnerables. Se olvidó en el período pasado que no pueden administrarse EEPP desde ideologías únicas o particulares por mejor intención que declaren, aunque sea legítimo desde el punto de vista democrático. El sobrecosto energético no puede ser utilizado in eternum como herramienta fiscal encubierta. En fin, apostar a que otros opinen, se organicen y levanten plataformas reivindicativas, diversas, sin demonizarlos, es la apuesta de quienes creemos en la búsqueda de equidad y justicia en el país en libertad.
Marcelo Avellanal
CI 2.939.285-2