• Cotizaciones
    martes 11 de febrero de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    El mundo se complica un poco más

    N° 2032 - 08 al 14 de Agosto de 2019

    , regenerado3

    El anuncio realizado el jueves 1º por el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, de imponer aranceles de 10% sobre unos US$ 300.000 millones de importaciones chinas a partir de setiembre, y la respuesta dada por el gobierno de Pekín el lunes 5 de dejar devaluar su moneda al nivel más bajo en más de una década, marcaron una escalada en la “guerra comercial” entre las dos economías más grandes del mundo, en un momento ya de por sí complicado para la economía global.

    Es que ya aún antes de este nuevo capítulo la economía mundial estaba mostrando inequívocos signos de desaceleración, concentrados básicamente en los flujos comerciales, en la producción industrial y en la inversión por parte de las empresas. Si bien por ahora el consumo y los servicios en general han mostrado un buen comportamiento, si la incertidumbre que genera el tema del conflicto comercial continúa expandiéndose, es cuestión de tiempo para que también la confianza de los consumidores se vea afectada.

    A esta altura, es imposible saber si habrá un final feliz en la disputa comercial entre EE.UU. y China, ya que en el fondo lo que hay es un intento de Trump por frenar —o como mínimo enlentecer— el ascenso del “Reino del Medio” al rol de superpotencia que cuestione y compita por la supremacía estadounidense. Y aunque todavía la mayoría de los analistas internacionales espera que la “sangre no llegue al río”, cada vez son más los que empiezan a considerar al menos la hipótesis de que habrá una escalada mayor en la imposición de aranceles por parte de EE.UU. (hasta 25% o incluso más sobre la totalidad de las importaciones chinas), lo que obligaría a China a responder con medidas equivalentes, sea por la vía de una mayor devaluación del yuan, vendiendo sus tenencias de Bonos del Tesoro americano o, como ocurrió hace algunos años en disputas con Corea del Sur y Japón, “sugerir” a sus consumidores chinos que no compren productos estadounidenses.

    Y, si las cosas van a ponerse peor, el crecimiento de la economía mundial se va a enlentecer más y los precios de las materias primas caerían medidos en dólares, dado el rol de mayor comprador global que tiene China.

    En este contexto, la baja de las tasas de interés resuelta por bancos centrales de diferentes países, tanto para estimular la demanda interna (en aquellos casos en que las monedas locales tienen un rol relevante en el mercado de crédito) como sobre todo para depreciar las monedas y mantener la competitividad de los exportadores, es casi que el único remedio que va quedando disponible a corto plazo para tratar de compensar el impacto de un contexto global más deteriorado. Así, ayer miércoles 7, por ejemplo, el Banco Central de Nueva Zelanda sorprendió con una baja mucho mayor a la esperada en su tasa de interés (de 1,5% a 1%, un cuarto de punto más de lo previsto), generando como consecuencia una importante depreciación del dólar neozelandés. En el mismo sentido se movieron los bancos centrales de India y Tailandia.

    En el contexto que se viene perfilando para la economía mundial, mantenerse como una “isla cara” no es negocio, particularmente si se es exportador de materias primas y el cliente principal es China.

    Para Uruguay, es claro que el deterioro del contexto externo vuelve más insostenible el actual “status quo”, y habría que pegar un drástico cambio de timón en el manejo de la política económica —con una fuerte caída del gasto público que lleve a una situación de equilibrio fiscal global—; una reducción significativa de las tasas de interés en pesos dejando de colocar además deuda en moneda nacional y unidades indexadas (que tampoco sería necesario si se eliminara el déficit fiscal), y una desindexación de la política salarial que permita el ajuste de los salarios reales a la productividad real de la mano de obra nacional. También se vuelven más necesarios acuerdos comerciales que faciliten el acceso a mercados en condiciones preferenciales.

    Dados los tiempos políticos que corren, nada de eso ocurrirá al menos hasta fines de noviembre, y eventualmente hasta el cambio de gobierno. Gane quien gane las elecciones, el próximo período de gobierno será harto complicado, particularmente los primeros dos años, especialmente teniendo en cuenta la situación de arranque y el contexto externo que se perfila como más probable. Lejos de las promesas fáciles que se suelen hacer, como señaló el primer ministro británico Winston Churchill en 1940, los candidatos presidenciales solo deberían prometer “sangre, sudor y lágrimas”.