Nº 2164 - 3 al 9 de Marzo de 2022
Nº 2164 - 3 al 9 de Marzo de 2022
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáNo fue un error. La elección fue meditada, ejecutada y luego justificada en varias oportunidades. No hay improvisación, ni casualidad, ni argumentación alguna basada en el desconocimiento, la urgencia o la necesidad. Lo que hay es una apuesta concreta, un camino preferido. Y esa opción, que se llama Esteban Valenti, dice muchas cosas del pasado, presente y futuro del Frente Amplio.
Valenti tiene más de 70 años y toda una vida dedicada a la militancia. Es alguien muy conocido en el ambiente político y más todavía entre los frenteamplistas. Quizá no lo registren tanto los menores de 30 años, pero de esos hay pocos que elijan la política como forma de vida y muchos menos que estén ocupando cargos importantes. Los otros, la inmensa mayoría, tienen al menos una idea del periplo del Tano Valenti.
Es curioso esto último porque Valenti pocas veces estuvo en la primera línea de batalla. Salvo a la salida de la dictadura, cuando llegó a ocupar algún cargo importante dentro del Partido Comunista de Uruguay, luego lo suyo siempre fue la platea o, mejor todavía, el costado del escenario, con influencia directa sobre los actores principales pero no a la vista del público. Desde ahí es desde donde se ha movido con mayor comodidad en las últimas décadas.
Pero de un tiempo a esta parte fue quedando lejos de los ámbitos de mayor poder y al mismo tiempo aumentando gradualmente sus críticas hacia las principales figuras del Frente Amplio. El punto de quiebre fue la segunda presidencia de Tabaré Vázquez (2015-2020). Algo pasó al comienzo de ese período que provocó un divorcio ruidoso entre Valenti y la fuerza política a la que había abrazado durante tantos años.
Primero fue acusado de ser uno de los informantes de la oposición de entonces sobre algunos detalles poco claros de lo ocurrido en Ancap durante la presidencia de Raúl Sendic. Es más: hasta se señaló a su esposa, Selva Andreoli, como una de las que aportó datos sobre la carrera académica no finalizada por Sendic en Cuba. Haya sido así o no, lo que es un hecho es que se transformó en uno de los principales críticos de Sendic, entonces vicepresidente, aplaudió con convicción su salida del gobierno, y por eso para muchos entró en la odiosa lista de los traidores.
Luego, más cerca de las elecciones nacionales, se sumó a un nuevo movimiento liderado por el Partido Independiente, con la idea de, por primera vez en su vida, votar fuera del Frente Amplio. Andreoli llegó a ser designada como compañera de fórmula de Pablo Mieres pero todo voló por los aires muy poco después, cuando la novel candidata a vice manifestó en televisión no tener una preferencia definida para una eventual segunda vuelta entre los candidatos del Partido Nacional y el Frente Amplio. De todas formas, el paso previo, que implicó la salida de la que fue su casa durante tantos años, ya estaba dado.
Por eso llamó tanto la atención que haya sido el elegido para conducir la campaña a favor del Sí a la derogación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC). Después de la derrota que sufrió el Frente Amplio en las últimas elecciones, parecía que se había abierto una nueva etapa. El menor protagonismo de los líderes históricos José Mujica y Danilo Astori, sumado al fallecimiento de Tabaré Vázquez y la elección de Fernando Pereira como presidente frenteamplista daban esa señal, con posible vuelta de página incluida.
Pero no. No solo porque volvió Valenti sino porque las opciones que manejaron Pereira y su comando antes que él fueron dos y ambas están asociadas con el pasado reciente. El primero, Claudio Invernizzi, jefe de la campaña publicitaria del excandidato presidencial Daniel Martínez. El segundo, Francisco Vernazza, que ocupó ese mismo lugar con Mujica. Hasta Invernizzi se encargó de marcar ese error evidente en una entrevista publicada en El País el domingo 20. “La comunicación por el Sí” debería “liderarla gente joven”, opinó.
Eso no quita que todos ellos tengan muchos méritos en su pasado. Valenti, el elegido, fue uno de los responsables de que el Frente Amplio llegara al poder en 2004 y luego colaboró con éxito durante un largo período primero con Vázquez y después con Astori. También en 2014, con Mujica como presidente, se reunió con él y le sugirió que recorriera el país como forma de terminar de sellar un segundo triunfo de Vázquez, sumando un nuevo logro a su currículum.
Pero todo eso ya pasó, forma parte de las vitrinas. Para algunos, el mérito de Valenti fue jugar sucio y operar en las sombras, de una forma despiadada pero efectiva. Para otros, derrochó profesionalismo y sentido común. Para muchos fue otra época, tan reciente como pasada. Elegirlo de vuelta no parece ser en defensa de lo que puede llegar a venir con un Frente Amplio más renovado, sino en defensa propia, como el slogan a su campaña. Propia de la figura de Valenti, de muchos otros como él, y de todo lo que ellos representan. Propia de otra época, que parecía que ya había quedado atrás. Propia de un esquema político poco atractivo para las nuevas generaciones, que casi nada entienden de la guerra fría que todavía corre por las venas de los que han compartido décadas de batallas con Valenti.
Es la primera campaña que protagoniza el Frente Amplio luego de su derrota en las elecciones nacionales. Era muy razonable pensar que darían espacio a otras generaciones de asesores, publicistas y profesionales para que trabajen en una nueva comunicación e imagen, que parece por demás necesaria. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Ahora habrá que esperar el resultado.
Dos son los escenarios posibles. El más probable, según algunas de las principales encuestas, es un triunfo del No a la derogación de 135 artículos de la LUC. De ocurrir, no será por una gran diferencia, coinciden los analistas. De todas formas, el lunes 28 de marzo llegará la hora de buscar a los culpables de la derrota y se iniciará un período de días difíciles para Pereira y Valenti. Especialmente porque hay muchos frenteamplistas que ahora están en silencio pero que consideran un grave error la elección del jefe de campaña.
También es posible que gane el Sí, lo que aumentará el prestigio y la proyección de Pereira, uno de los principales promotores del referéndum; y lo dejará en una posición inmejorable para los próximos años, que podría terminar incluso en una candidatura presidencial. Pero también puede ser visto como otro éxito electoral de Valenti, lo que seguramente postergará su retirada del rol protagónico que tiene hoy. En ese caso, da la sensación de que habrá Valenti y sus viejos métodos para rato. Será también un triunfo del pasado.
Tendrán sus razones para haber elegido ese camino y hasta pueden llegar a ser justificadas. Solo el tiempo pone las cosas en su lugar en estos casos. El problema es que aquí es el tiempo el que parece haber quedado detenido.