Hoy, el arroyo Valizas, rodeado de tierras bajas de humedales, conecta la Laguna de Castillos con el océano. Hace miles de años, hace 6.000 para ser un poco más precisos, el sinuoso arroyo Valizas no existía porque el nivel del mar era tan alto que lo que hoy es la Laguna de Castillos (en Rocha) estaba unida por un gran corredor de agua con el océano. Esta zona de conexión con el tiempo se fue rellenando y hoy es sitio de producción agropecuaria. Pasó hace miles de años, pero hoy es importante.
, regenerado3
El nivel del mar ha variado mucho en los últimos miles de años y estuvo varios metros por encima del actual. En el caso de Castillos, los científicos estiman que a casi cuatro metros. Estos científicos uruguayos buscan ahora saber qué pasó en aquel momento en este territorio, para poder anticipar qué sucederá si debido al cambio climático y al calentamiento global vuelve a incrementarse el nivel del mar, tal como prevé el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés).
“El estudio del pasado es importante porque brinda un montón de información histórica que podemos utilizar hoy. Si conocemos el pasado podemos anticipar el futuro. Es como un médico que le pregunta a su paciente si tuvo alergias u otros problemas para definir cómo lo debe tratar. Nosotros, para hacer terapia ambiental, también tenemos que conocer el pasado”, dijo a Búsqueda Felipe García Rodríguez, profesor adjunto de la Sección Oceanografía y Ecología Marina en el Instituto de Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias. García es doctor en Ciencias Biológicas e investigador grado cinco del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas.
Urbanización.
“Quizás el mayor problema es que en el desarrollo histórico, los seres humanos hemos transitado un camino cuyas últimas etapas nos llevan a ser vulnerables a la escala de centímetros”, destacó el equipo —formado por Roberto Bracco, Hugo Inda, Laura del Puerto, Carola Castiñeira, Daniel Panario (grado cinco del Instituto de Ecología) y García— en la publicación “El Holoceno en la zona costera de Uruguay” de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República.
Montevideo, Colonia, Punta del Este, La Paloma y muchísimas otras concentraciones urbanas uruguayas fueron edificadas sobre la línea de la costa, frente al mar. No solo ciudades y balnearios de veraneo sino que también hay puertos y plantaciones forestales sobre dunas, como en Cabo Polonio y Valizas.
El mar, los efectos de la erosión y los cambios en la línea de la costa ya han derribado casas tanto en la zona de Valizas como en la boca del arroyo Solís, en Canelones. Es que el funcionamiento de la costa es dinámico y muchas construcciones rígidas no han contemplado ese fenómeno.
“La costa está en permanente cambio. Para la Dirección Nacional de Medio Ambiente y otros organismos la información sobre el pasado —cuando el nivel del mar estuvo más alto— es fundamental para el manejo de la zona costera”, insistió García.
Cambios.
Son muchos los factores que inciden en el incremento del nivel del mar: hay cuestiones biológicas y astronómicas, cíclicas.
“Cuando la Tierra despliega una órbita larga alrededor del Sol, el planeta se dirige hacia una era glacial porque se aleja del Sol y se enfría —y baja el nivel del mar—. En cambio, cuando comienza a desplegar órbitas más cortas se entra en una etapa interglacial, de calentamiento y aumento del nivel del mar”, explicó García.
Hay quienes dicen que “si no fuera por el impacto humano iríamos dirigidos hacia una fase glacial, y en una fase glacial el nivel del mar debería disminuir, pero que por el impacto humano lo estamos evitando”, señaló García para reflejar que existen distintas posturas al respecto.
Tendencias.
Como resultado del trabajo de los científicos, Uruguay cuenta con una curva histórica de cambios del nivel del mar (ver gráfico). Pueden existir pequeñas diferencias entre las curvas de Argentina y Brasil por tormentas locales o cambios regionales, pero “lo importante es que todas presentan la misma tendencia de aumento y luego descenso del nivel del mar”, dijo García.
“Todos los modelos coinciden en que hubo un aumento del nivel del mar desde 7.000 hasta 5.000 años antes del presente (fechado en 1950 como punto de referencia), hasta cuatro metros por encima del actual. Luego vino una fase transgresiva y otra regresiva”, detalló García.
Fue en los últimos 10.000 años —durante el Holoceno— que se crearon las lagunas costeras de Uruguay. En el año 7.000 antes del presente hubo una invasión marina y luego la regresión dejó como resultado un sistema lagunar que integran la Laguna del Sauce, la Laguna de José Ignacio, la Laguna Garzón, la Laguna de Rocha, la Laguna de Castillos, la Laguna Negra y la Laguna Merín.
Para conocer más sobre el pasado del territorio donde hoy está Uruguay, los científicos han concentrado gran parte del estudio en la Laguna de Castillos porque allí se pueden identificar las marcas de cuando el nivel del mar estuvo mucho más alto que ahora.
Observar los datos de la Laguna de Castillos y “su histórica conexión dinámica con el océano, permiten una aproximación a los cambios del nivel del mar para las costas de Uruguay desde el Holoceno Medio a la actualidad”, según la publicación “Niveles relativos del mar durante el Pleistoceno final-Holoceno en la costa de Uruguay” realizada por los investigadores.
Castillos.
Los nuevos resultados, producto del trabajo de la licenciada en Ciencias Biológicas Carolina Segura, demostraron que existe una relación entre las oscilaciones que ha tenido el nivel del mar y los sedimentos que se encuentran bajo tierra en la Laguna de Castillos. Pudo verificar estos cambios del mar debido al análisis del suelo de la laguna y sus alrededores en la investigación titulada “Paleocostas en la Laguna de Castillos como indicador de cambio del nivel del mar”, realizada en el Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Universidad de la República y presentada a fines de 2012 durante la última edición del encuentro Antropicosta Iberoamérica en Montevideo.
Las 33 muestras de suelo de diez centímetros de diámetro y aproximadamente un metro de profundidad de distintos sitios de referencia —como crestas o barras— de la zona de la Laguna de Castillos fueron analizadas al detalle.
Segura estudió los cambios de color del suelo y los sedimentos. Explicó que cuando los sedimentos son arenas, limo, arcilla o grava, según su grosor tienen distintas interpretaciones. Durante el análisis encontró muestras de bivalvos enteros como las almejas, que parecían estar intactas, y otras zonas de conchillas rotas y valvas separadas.
“Cuando usted ve un caracol o un bivalvo que parece intacto, es porque allí había condiciones muy calmas, se depositó y quedó allí —como suele ocurrir en ambientes lagunares—. Pero si encuentra conchillas y valvas separadas, da idea de que se transportó por la energía, podía haber muchas olas y por eso las rompió todas”, dijo Segura a Búsqueda. Segura es ayudante de la Cátedra de Geomorfología en la Facultad de Ciencias.
“Encontré restos de moluscos con edad de 5.000 años” antes del presente, destacó.
Además, la presencia de moluscos marinos o de agua dulce brinda información importante. Cuando una laguna está conectada con el mar tiene salinidad y cuando está cerrada es dulce. Por eso la investigación incluyó el análisis de la salinidad.
Las diatomeas son algas unicelulares que pueden vivir también en colonias. Como son de sílice se mantienen muy bien a lo largo de los siglos. Segura analizó la presencia de estas diatomeas en Castillos. “Cuando hay diatomeas puede deberse a que la energía del ambiente era muy calma, lagunar, y permitió que se sedimentaran. Si hubo mucha energía, no es posible encontrarlas. Sirven para sacar pistas sobre qué pasó allí”, destacó Segura.
“Los microfósiles, que son el polen y las diatomeas, juntos dan más información que un dinosaurio entero a nivel paleontológico, en cantidad y calidad”, afirmó a su vez García.
Etapas.
Fue hace 5.000 años que el nivel del mar en Castillos estuvo más elevado, “cerca de los cuatro metros sobre el nivel actual” y la zona ya presentaba una “joven laguna”, detalla la investigación de Segura. Luego le siguió una etapa de “regresión”, el nivel del mar bajó y la conexión con el mar disminuyó. Pero no se retiró de un momento a otro sino que hubo “pulsos transgresivos que originaron paleocostas”, subidas y bajadas que pueden haber ocurrido por tormentas, hasta que finalmente “en el Holoceno tardío” bajó hasta su condición actual, “donde la laguna se comunica con el océano indirectamente a través del arroyo Valizas y mantiene su conexión abierta periódicamente a través de una barra”.
Este trabajo fue un “insumo inicial” para investigar una zona que presenta “rasgos geomorfológicos excepcionales”, concluyó Segura.
“Las paleocostas —los distintos niveles de costas que ha tenido la Laguna de Castillos— fueron quedando marcadas a medida que el nivel del mar fue bajando. Seguir estudiando esta zona a futuro puede aportar mucha más información precisa sobre cómo sucedieron los cambios”, destacó la investigadora.