La cantidad de vehículos particulares que circula por las calles de Montevideo aumenta día a día. El crecimiento del parque automotor, que se duplicó en los últimos 10 años, generó una saturación en el tránsito de la capital del país que las autoridades intentan combatir al fomentar el uso del transporte público. Los esfuerzos aún no son suficientes y la venta de boletos de ómnibus continúa bajando.
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Pese a que todavía no logró revertir la tendencia, la Intendencia de Montevideo (IMM) mantiene sus objetivos y por eso aplicará a partir de setiembre nuevas medidas para desestimular el uso del automóvil. El director del Departamento de Movilidad, Pablo Inthamoussu, informó a Búsqueda que ampliarán la zona de estacionamiento tarifado y con el dinero que recauden, buscarán potenciar el uso del transporte público. La propuesta es volcar todo el dinero recolectado en la zona extendida para subsidiar a los usuarios frecuentes de la tarjeta del Sistema de Transporte Metropolitano (STM), aquellos que viajan más de 40 veces al mes en ómnibus y pagan con el sistema electrónico.
“La vieja zona azul va a ensanchar su cobertura geográfica. Debido a la saturación y a los pocos lugares para estacionar que existen, la única herramienta que tenemos es generar una mayor rotación. Y para que todos podamos utilizar más democráticamente el poco espacio que tenemos, es que existe el estacionamiento tarifado”, indicó Inthamoussu.
Además, la IMM restablecerá la opción de pagar por media hora de estacionamiento tarifado. El costo del servicio ascenderá de $ 35 a $ 38 la hora debido al ajuste del Índice de Precios al Consumo.
Problemas de congestión.
La idea es que el estacionamiento tarifado extienda sus límites: al sur, en la acera norte de rambla Gran Bretaña, Maldonado (sin incluirla) desde Ciudadela a Martínez Trueba, Soriano, Magallanes y José Enrique Rodó. Y al norte, en Paysandú (sin incluirla) desde Arenal Grande a Ejido, Galicia y rambla 25 de Agosto desde Florida a Pérez Castellano.
Inthamoussu dijo que el objetivo es lograr que los montevideanos dejen de usar su vehículo particular para transportarse, lo que implica también fomentar métodos alternativos. El jerarca dijo que en la intendencia son “conscientes de que hay mucho todavía para mejorar” en el transporte público, pero que eso no es impedimento para tomar “medidas concretas” sobre el sistema.
El objetivo de la IMM es lograr que los montevideanos dejen de usar su vehículo particular para transportarse, lo que implica también fomentar métodos alternativos.
En este caso, la idea es que el dinero que se recaude en la nueva zona tarifada —unos $ 60 millones al año, según estimaciones iniciales— les sea transferido a los usuarios frecuentes del STM. De acuerdo a datos de abril, el beneficio abarcaría a unas 62.000 personas que se toman 40 o más ómnibus por mes. Si esos $ 60 millones se repartieran entre los 3,2 millones de viajes realizados por los pasajeros frecuentes, a mes vencido se les reintegraría $ 1,62 por cada uno de los boletos que compraron.
Según Inthamoussu, el fin es bonificar y estimular a los usuarios frecuentes, para “hacer que se mantengan en el sistema”. “Si seguimos en este proceso de motorización y baja de los otros medios de transporte, se empieza a generar una situación de congestión vehicular que no es buena para nadie”, indicó.
En paralelo a la ampliación del estacionamiento tarifado, la intendencia establecerá unas 31 nuevas zonas para carga y descarga de vehículos utilitarios, así como otros 32 lugares especiales para personas con discapacidad.
Todas las medidas comenzarán a regir a partir del 3 de setiembre, pero la fiscalización empezará el día 17, con el fin de que la población cuente con un período de adaptación.
Mayor control.
En los últimos meses las autoridades detectaron un descenso en el cumplimiento del pago del estacionamiento tarifado. Según el director, casi el 80% del cuerpo inspectivo de la intendencia está abocado a ordenar el tránsito en las zonas donde se desarrollan las diferentes obras viales, algunas de ellas previstas en el Fondo Capital. Como consecuencia, hay pocos recursos para destinar a la fiscalización de la zona tarifada, algo que genera “casi linealmente” que baje la “tasa de respeto” de la norma, explicó.
Anticipándose a posibles críticas, Inthamoussu rechazó la idea de que todas las medidas que toma la intendencia en el tránsito busquen “recaudar”. Sostuvo que “en realidad es absolutamente al revés” y que la intención de la fiscalización es “cambiar una conducta”. Al respecto, añadió: “Por eso damos un período largo de comunicación previa”.
En los últimos meses las autoridades detectaron un descenso en el cumplimiento del pago del estacionamiento tarifado.
Aunque el argumento esgrimido por las autoridades es que su objetivo no es recaudar más dinero, las medidas que ha tomado la administración de Daniel Martínez también tuvieron ese resultado. Según un pedido de informes realizado por Búsqueda, el Centro de Gestión de Movilidad recaudó por concepto de multas en mayo de 2018 un total de $ 32.352.916, mientras que los equipos de fiscalización móviles y los inspectores de tránsito consiguieron entre los dos $ 18.192.310.
“Si ponés cámaras para detectar infracciones de tránsito, es claro que van a aumentar. Antes el punto de comparación eran inspectores parados en horarios limitados y estas cámaras funcionan las 24 horas casi sin margen de error”, justificó el director. Para el jerarca, “se sigue machacando sobre lo mismo”, en lugar de ver que solo 1 de cada 1.000 vehículos que pasan por un punto de fiscalización cometen una infracción.
Círculo vicioso.
Consultado acerca de por qué las personas utilizan cada vez menos el transporte colectivo de Montevideo, Inthamoussu respondió que la intendencia “está fallando como regulador”. Aunque destacó en seguida el trabajo que vienen realizando desde hace más de un año con todos los actores del sistema para mejorar su desempeño.
“Estamos en un círculo vicioso del que tenemos que salir. Porque la otra opción es decir: ‘Yo no voy a tomar ninguna medida para controlar el uso del vehículo particular hasta que no tenga el mejor sistema de transporte del mundo’. Tenemos que ser ecuánimes y saber cuál es nuestro punto de partida”, comentó.
Todas las medidas comenzarán a regir a partir del 3 de setiembre, pero la fiscalización empezará el día 17, con el fin de que la población cuente con un período de adaptación.
La mala percepción de la población sobre el transporte público, según Inthamoussu, es producto de que la comuna no acompasó las mejoras que han hecho con las expectativas de los usuarios, que “tienen la vara cada vez más alta”.
Más allá de reconocer que el sistema público tiene deficiencias que requieren solución, Inthamousussu sostuvo que la mejora también depende de lo que “cada uno está dispuesto a hacer”. Para el jerarca, la situación de saturación actual es producto de que las personas actúan desde un punto de vista de la conveniencia individual.
“Tenemos que empezar a pensar en clave colectiva de ciudad. Si pensás en clave de ciudad, vas a pensar mucho más cuál es el modo de transporte para tu movimiento diario. Si pensás solo en tu persona, seguramente haya decisiones que sean distintas”, argumentó Inthamoussu. Cada persona, añadió, debe “empezar a valorar mucho más la movilidad como un sistema de convivencia” y no desde la movilidad individual.
?? “Palo porque bogas y si no bogas, palo”