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    Intendencia de Montevideo hará llamado a ideas para restaurar el Molino de Pérez, tras varias iniciativas fallidas

    El edificio, uno de los más antiguos de Montevideo, declarado patrimonio histórico en 1975, requiere de costosas inversiones para su mantenimiento

    Al caminar por la rambla O’Higgins hasta la playa Honda, es difícil no mirar hacia el Parque Baroffio, un enorme predio verde entre Malvín y Punta Gorda, que día a día —y más en verano— se convierte en el lugar de encuentro de cientos de personas. Allí, en una parte del terreno, está desde 1790 el llamado Molino de Pérez, una construcción que a pesar de los años, no ha logrado encontrar su función en el barrio.

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    Molino de agua, taller de arte, restaurante, museo, fundación. El Molino de Pérez ha sido utilizado para diferentes iniciativas, pero ninguna logró mantenerse ni ser aceptada por los vecinos. Por eso, con el afán de encontrarle un uso que aporte al ámbito cultural y social de Montevideo, la intendencia capitalina tiene previsto realizar un llamado a propuestas para otorgar su concesión a un proyecto sin fines de lucro.

    Según explicaron las autoridades, nunca se ha llevado adelante una “competencia” para la adjudicación de este tipo de lugares, donde el objetivo no es la generación de ingresos. En ese sentido, esperan llegar a un acuerdo de trabajo entre el Consejo Vecinal, la Comisión de Amigos del Parque Baroffio y el municipio, con el fin de encontrar un proyecto sustentable en términos ambientales, urbanísticos y turísticos que se vincule con el ambiente de convivencia de la zona.

    Evitar otro paso en falso.

    Generalmente, la adjudicación de las concesiones sin fines de lucro se realiza a través de una comisión mixta, presidida por la Prosecretaría General de la Intendencia e integrada por diferentes divisiones, así como por ediles oficialistas y de la oposición. En ella se discuten los proyectos que serán enviados a la Junta Departamental de Montevideo para su aprobación.

    En este caso, luego de que los habitantes del lugar consideraran inconveniente la resolución de la comisión de adjudicarle la concesión a la Fundación Gonzalo Gonchi Rodríguez por entender que las características y el impacto en el territorio no eran las adecuadas, la propuesta fue revocada por la intendencia.

    Por eso ahora el gobierno departamental prevé llevar a cabo un llamado a ideas, luego de establecer previamente las bases a través de un trabajo en conjunto para determinar cuáles serían los proyectos más apropiados para insertarse en el parque y particularmente en el Molino de Pérez.

    “Lo ideal es que tenga que ver con lo cultural, con lo social, con la interacción con el barrio. Que potencie la zona lo más posible desde el punto de vista turístico y se transforme en un paseo tanto para los montevideanos como para la gente que viene del exterior”, indicó a Búsqueda el director de Promoción Económica de la Intendencia de Montevideo, Ricardo Posada. Para el jerarca, es importante que el nuevo proyecto tenga la capacidad de insertarse en la realidad del territorio, por lo que el proceso está siendo acompañado de cerca por arquitectos de la Unidad de Concesiones.

    Por su parte, el prosecretario general de la Intendencia, Christian Di Candia, coincidió en que lo mejor es que la propuesta “tenga un fuerte arraigo vecinal”, ya sea a través de actividades culturales o, por ejemplo, deportivas. “El fin es que genere un aporte a la comunidad y que obviamente sea sin fines de lucro. Las bases aún no están finalizadas, pero tampoco tenemos un apuro muy grande de que salga ya, porque no queremos dar un nuevo paso en falso”, explicó a Búsqueda.

    Esto se debe a que, según Di Candia, las experiencias en el Molino de Pérez hasta el momento no han sido las mejores, debido entre otras cosas a que es un local muy costoso de sostener. Ya sea por su perfil patrimonial histórico declarado en 1975, por las inversiones que requiere para el mantenimiento de la construcción o por la mella que puede generar su ubicación costera desde el punto de vista ambiental, no es de un acceso masivo. “A los que han estado hasta ahora no solo no les fue redituable (porque no debería serlo), sino que tampoco les ha dado para irlo sosteniendo”, puntualizó.

    El edificio, considerado uno de los más antiguos de Montevideo, fue adquirido en 1835 por Juan María Pérez, un reconocido comerciante de la época, y de quien proviene su nombre. Luego de funcionar para la industria productiva, frenó su actividad en 1895, y seis décadas después, el molino fue restaurado por la intendencia. Allí funcionó el Museo Pedro Figari, también fue utilizado por la Asociación de Pintores y Escultores del Uruguay, y como restaurante. Luego se hizo cargo la Cámara Nacional de la Alimentación, que creó el Museo Vivo de la Alimentación, pero debió entregar la llave antes de finalizar el período de concesión por falta de recursos. Y en febrero de 2017 se le entregó la custodia a la Fundación Gonzalo Rodríguez (organización que busca promover la seguridad vial de niños y adolescentes) para que instalara su sede.

    “La mayor dificultad que presenta es quién asume el financiamiento y el costo de estos proyectos, lo cual se complica además porque al tener un marco patrimonial importante, no se puede modificar mucho ni el interior ni el exterior”, afirmó Posada. El director agregó asimismo, que es necesario “encontrar un equilibrio por el lugar tan especial donde está el molino” y que la propuesta deberá contemplar además de los gastos de mantenimiento del edificio, los del área complementaria del entorno como la seguridad y vigilancia.

    Valor ciudadano.

    La primera semana de febrero se llevará adelante una reunión entre el Consejo Vecinal, la Comisión de Amigos del Parque Baroffio y la intendencia, para hacer los ajustes finales a las bases del llamado. De esta forma, se prevé que sean publicadas ese mismo mes, cuando comenzará un plazo de 60 días para presentar las propuestas. “Entre abril y mayo podríamos estar definiendo cuál es la mejor iniciativa para enviarla a la Junta Departamental”, sostuvo Di Candia.

    Según la intendencia, la idea de este diálogo es tener la “espalda ancha” al momento de decidir y que no se tomen resoluciones que después deban echarse hacia atrás. Por ejemplo, este parque público es disfrutado cada día por decenas de vecinos, quienes ponen como una de las principales condiciones que el predio no sea privatizado. Justamente uno de los valores que más se apreciarán en el llamado es que las personas puedan seguir utilizando todo el espacio y que la fuerte movida cultural que se produce en el entorno siga sucediendo.

    “Está bueno sostener la identidad de ese espacio y no dar cabida a proyectos que puedan alterar la mirada morfológica, sociológica y urbanística de esas tres manzanas”, dijo Posada. “Lo que está arriba de la mesa es la sustentabilidad del proyecto en términos ambientales, urbanísticos y turísticos, así como el acoplamiento con la vecindad”, agregó Di Candia.