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La voz femenina más importante de la música brasileña de las últimas tres décadas demoró mucho en sonar en Uruguay. Luego de varios amagues, la ansiada llegada de Marisa Monte se concretó en setiembre de 2014. Dos años después de agotar tres auditorios del Sodre (6.000 espectadores) vuelve al mismo teatro, el domingo 28 a las 19.30, con el mismo espectáculo de cabotaje, que le permite cumplir sus materias pendientes. “Estoy feliz de volver tan rápido. Fue un concierto muy bonito y hubo mucha demanda. Incluso sé que muchos se quedaron afuera. ¡Todo eso después de estar 30 años para ir por primera vez! Siempre tuve la curiosidad por ir a Uruguay y estuve a punto varias veces, pero mis giras siempre han sido montajes muy complejos. Esta vez pude armar un show pequeño, para poder ir a sitios donde nunca había podido llegar”, dijo Monte a Búsqueda desde Río, y mencionó el nombre que nunca falta en las entrevistas a músicos brasileños: “Supongo que esa demanda se debió a todos los años que demoré en ir y al amor que la gente de Uruguay tiene por la música brasileña. Me gustaría poder contribuir a un mayor diálogo entre nuestras músicas. Me gusta mucho Jorge Drexler, lo conocí en Río y lo admiro. Trabajé también con Luciano Supervielle, increíble como todos los de Bajofondo”.
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La cantante carioca, que el año próximo cumplirá 50 años, llama “show de ferias” (show de vacaciones) a esta gira en la que se presenta con cuatro músicos, “mis parceiros de hace muchos años”, y un escenario despojado de pantallas y decorados. “Este es un show muy íntimo donde repaso mi repertorio; es ideal para quienes me ven por primera vez”.
Monte edificó su voz y su sensibilidad en torno al samba carioca desde su niñez, pues creció en contacto con leyendas del carnaval. “Crecí en una casa donde se juntaba la tradición del samba con la música clásica y el jazz. Luego estudié canto lírico. Algunos músicos de la escuela de samba Portela venían seguido a mi casa, a pesar de que mi padre no era músico, pero era portelense y también yo. Aprendí a valorar a esos grandes en mi casa. A los 20 años, cuando empecé a cantar, condensé toda esa información. En mis primeros discos grabé bastante con la Vieja Guardia de Portela y produje un álbum de músicas inéditas de ellos, que implicó una profunda búsqueda en su memoria de músicas inéditas de los años 40 y 50 ¡Rescatamos canciones que solo estaban en sus cabezas!”. Sin falsas modestias, Marisa opina que esos discos ayudaron a renovar el repertorio de las rodas de samba en Río en los años 90.
La consagración internacional de Marisa llegó con Tribalistas, proyecto junto a Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown que se plasmó en un solo disco en 2002, con una muy exitosa gira y un documental. “Los Tribalistas ya existían como parceria. Diez años antes habíamos grabado juntos. Siempre conservamos la amistad y seguimos componiendo juntos. Tenemos muchos temas inéditos”, asegura, pero aclara que no hay planes de reunión: “No lo hemos pensado. Cada uno tiene su carrera y agendas muy llenas. Podríamos reunirnos para un show, pero una gira la veo difícil”.
La cantante explica su forma de entender la música. “Hablar de música brasileña es hablar de mixtura. Brasil es un país enorme, con muchas influencias internas y externas, y con muchos nuevos estilos que surgen de esas mezclas. El brasileño está acostumbrado a la diversidad no solo musical sino en la gastronomía, la religión y en nuestros orígenes diversos y entreverados al extremo. Entonces, la mezcla es natural. No hay casi nada puro en Brasil, todo es híbrido, ¡y eso es muy bonito!”.
Además de mencionar referentes obvios como Gal Costa, Carmen Miranda, Maria Bethânia, Elis Regina, Caetano y Gil, Monte habla de Bob Marley como alguien “fundamental” en su sensibilidad como compositora, igual que Los Beatles. Cree que la música brasileña ha estado siempre dominada por hombres y necesita más mujeres en todos los rubros: “Es bonito poner la sensibilidad femenina al servicio de la música. Es cierto que Brasil está lleno de grandes mujeres cantantes, pero siempre dentro de un universo masculino que es la música. Hay tanta voz femenina porque es lo único que los hombres no pueden hacer. ¡En eso somos indispensables! (ríe). De a poco las mujeres estamos ganando terreno en la composición y en lo instrumental y la producción”.
A contrapelo de varios de sus colegas, Monte es optimista sobre la situación política brasileña: “Estamos en un momento de grandes transformaciones y soy positiva a mediano y largo plazo. Veo más transparencia, vamos hacia una moralización de la práctica de la política, y hay menos tolerancia con la corrupción. Las nuevas leyes han permitido tener grandes empresarios presos desde hace un año y medio, muchas empresas castigadas y grandes “marketeros” en el banquillo. Con estos cambios inexorables creo que la política brasileña va a madurar y tendremos una buena renovación en los dirigentes. Vamos a mejorar”.