Inversiones para combatir la inflación

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REDACCIÓN |

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Con los temores de que la inflación domine el mercado, los inversores sin duda se preguntan dónde dejar su efectivo para protegerse de una posible reducción en el poder adquisitivo del dólar estadounidense. El aumento de la inflación es un riesgo real para los mercados y los inversores deberían incorporar activos que diversifiquen su cartera, para así protegerse contra una posible degradación del dólar y otras monedas soberanas.

Con un debilitamiento del dólar como escenario base, las materias primas tienen buena tracción en la recuperación económica global y los amplios estímulos y expectativas de inflación son terreno fértil para continuar la tendencia alcista. Entre los metales el cobre y el aluminio siguen siendo los preferidos de la industria, en tanto que el lanzamiento de la tecnología 5G impulsa la demanda de plata y por otra parte, el cobre es esencial en la transición mundial a la energía verde o sustentable. En el sector Agrícola los bajos registros en intenciones de siembra de EUU llevaron a un stock mínimo record, mientras que fenómenos climáticos como la Niña aumentan la incertidumbre para la producción agrícola y empujan al aumento de los precios agropecuarios.

Si bien el oro a menudo se promociona como una forma de protegerse contra la inflación, los antecedentes históricos ofrecen reparos, ya que el metal precioso ha registrado también rendimientos negativos para los inversores durante algunos períodos inflacionarios. Algunos inversores comienzan a ver al Bitcoin como una alternativa de reserva de valor, argumentando que su escasez lo convierte en un fuerte candidato para una especie de “oro digital”. Sostienen además que tomando en cuentas algunas consideraciones respecto de su funcionamiento, una posición muy prudente en criptomonedas, puede justificarse en un contexto inflacionario.

Bitcoin SALVAJE

No se puede hablar de Bitcoin sin mencionar el riesgo asociado a esta clase de activos, en donde hay mucha variación de precio de un día para el otro. El Bitcoin ha tenido un viaje salvaje este año, alcanzando un récord de casi 65 mil dólares en abril antes de caer en picada hasta cerca de 30 mil el mes pasado. Actualmente cotiza aproximadamente a 40 mil dólares, reduciendo así 40% su valor máximo alcanzado, pero aún 26% por encima de su valor a comienzos del año.

Probablemente criptomonedas como Bitcoin o Ethereum, ganarán credibilidad y obtendrán una red operativa más amplia en el futuro. De hecho cada vez son más los agentes que incluyen este tipo de valores en sus reservas. Sin embargo, la volatilidad que muestran sus cotizaciones revela que son una clase de activos aún poco madura.

La otra cara de la moneda

Hay quienes argumentan que el Bitcoin, es una burbuja especulativa y cuando estalle no habrá quedado nada. Si bien hay un camino a recorrer con respecto a la integración de las criptomonedas en la economía, así como en la transparencia y regulación de las mismas, es indiscutible que esta clase de tecnología es parte del futuro así como lo fue en su momento internet. Con respecto al valor monetario que les asigna el mercado a estos activos, aún está fresco en las memorias el crash bursátil de las .COM, donde solo algunas sobrevivieron. Un factor de riesgo adicional es el exceso de confianza de muchos inversores en que los mercados se mantengan al alza, ante la continua impresión de dinero y mayor gasto público para incentivar las economías.

Para finalizar estos comentarios, debemos hacer referencia a que en el mercado local se ofrecen entre otros, un conjunto de instrumentos nominados fundamentalmente en Unidades Indexadas, que brindan coberturas al realizar inversiones frente al fenómeno de la inflación en Uruguay. En una próxima nota, nos extenderemos sobre ello.

Tomando en cuenta las incertidumbres que existen por delante, resulta innegable la conveniencia de priorizar estrategias de inversión flexibles y activas, que promuevan la diversificación de las carteras de activos y se adapten a escenarios cambiantes.

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