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En la última década, la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) se convirtió en la organización modelo dentro de la Policía debido a sus operaciones exitosas en su combate al narcotráfico. Ese prestigio provoca que hoy las principales autoridades policiales —el director nacional, el jefe de Montevideo, el titular de Inteligencia, el encargado del 911— sean oficiales que hicieron carrera en la DGRTID.
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Las autoridades del Ministerio del Interior decidieron apoyarse otra vez en la Dirección de Drogas, aunque esta vez para mejorar la seguridad y bajar delitos como las rapiñas. El plan trazado implica que esa dependencia asuma el combate al “microtráfico” de drogas, lo que supone atacar las bocas de venta de estupefacientes, una tarea hasta ahora en manos de las jefaturas departamentales, explicaron a Búsqueda fuentes policiales.
El cambio implicará, por ejemplo, que la Brigada Antidrogas de la Jefatura de Montevideo pase a la órbita de la Dirección. Si bien ese movimiento parece una cuestión burocrática, las autoridades prevén que despierte algunas resistencias debido al “recelo” que existe entre esas dependencias, dijeron los informantes.
“Golpearlos”.
En marzo asumirá como nuevo director de la DGRTID el actual encargado de la zona operacional II de la Jefatura de Montevideo, Walter Menéndez, un oficial de extrema confianza del titular de la capital, Mario Layera, desde la época en que ambos trabajaban en Drogas.
La Dirección de Drogas hoy se encarga de atacar a los grandes traficantes, a quienes abastecen a las organizaciones locales, pero no los puntos de venta. Esto ha provocado críticas de vecinos y de algunos dirigentes políticos, que cuestionan que no se cierren las bocas de venta de drogas cuando son denunciadas.
La lógica de la Dirección, según las fuentes consultadas, es que si se cierra una boca, abrirá otra casi de inmediato para sustituirla, y que lo fundamental es desarticular la organización que provee de sustancias a esos puntos de venta.
“Hemos trabajado en una política que implica que cada vez que vemos que un narcotraficante está sobresaliendo, tratamos de neutralizarlo rápidamente para que no llegue a un nivel que después sea inalcanzable”, declaró el director de la Policía Nacional, Julio Guarteche, en una entrevista publicada el jueves 15 por la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior. “Trabajamos en una política de neutralizar blancos, blancos sensibles, individuos que están manejando realmente el mercado. Atacarlos rápidamente para evitar que se organicen es nuestro objetivo”.
Filtraciones.
Cuando se produzcan los relevos decididos por el Ministerio, las autoridades de la Policía prevén que la DGRTID amplíe sus tareas. A partir de ese momento, no se va a encargar solo de las “grandes operaciones”, sino también “del microtráfico”, explicó Guarteche, que dirigió Drogas durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010).
Según el director de la Policía Nacional, esa decisión se debe a que la DGRTID desarticuló “centenares de grupos” y que “en los últimos años, algunas decenas de ellos (están) dedicados a otras cosas que no son drogas”, como rapiñas “más estructuradas” y otros delitos “con más violencia”, que afectan “muchísimo” a la población. “Cada vez que vemos las rapiñas, cada vez que vemos los homicidios, los ajustes de cuenta, detrás está la droga y no la droga con grandes cargamentos sino que generalmente, el microtráfico”, añadió.
Los oficiales consultados por Búsqueda dijeron que durante su lucha contra el narcotráfico, la Dirección ha recabado mucha información sobre los grupos criminales, su distribución territorial y sus principales integrantes. Por eso les puede resultar más fácil combatir sus actividades en los barrios más complicados del área metropolitana.
La medida será adoptada, además, porque las autoridades ministeriales tienen presente el compromiso asumido por el futuro gobierno de bajar 30% las rapiñas (robo con violencia o amenaza de violencia), uno de los delitos que más afectan la sensación de inseguridad de la población y que más preocupan al Poder Ejecutivo.
El combate al “microtráfico” está hoy en manos de las Brigadas Antidrogas de las jefaturas departamentales, en las que los oficiales de la Dirección de Drogas no tienen confianza. Es poco habitual que esa dependencia comparta información sobre las operaciones en las que está trabajando con otras áreas de la Policía “por miedo a las filtraciones”, dijeron varios ex oficiales de la DGRTID.
Además de por sus operaciones exitosas, la Dirección de Drogas es tomada como modelo dentro de la Policía por los sistemas de control interno que aplica para impedir que las organizaciones de narcotraficantes logren infiltrarse en sus filas. La DGRTID fue la primera organización policial en obligar a sus integrantes a realizarse análisis de orina para evitar que consuman drogas. Esa medida se aplica ahora, de manera sorpresiva y aleatoria, en el resto de la Policía.
Los jerarcas consultados entienden que el histórico “recelo” al resto de la Policía supondrá una dificultad que las autoridades deberán superar si quieren que funcione la nueva estrategia de combate al “microtráfico”.
Sobre los riesgos de “filtraciones” una vez que se sumen equipos y aumenten las tareas de la Dirección, las fuentes dijeron que la idea es que las unidades encargadas del “microtráfico” aporten datos a las que combaten las organizaciones más importantes, pero que “el recorrido de información no sea bidireccional”.
Las autoridades policiales prevén que Menéndez esté acompañado de un equipo de oficiales “fuerte y con experiencia”, dijeron los informantes. Además recordaron que será “clave” el apoyo que tendrá de Layera desde la Jefatura de Montevideo, y del actual director de Información e Inteligencia policial, Williams García, otro ex oficial de Drogas.