N° 2031 - 01 al 07 de Agosto de 2019
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa reunión del Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal (Fed, por su sigla en inglés) de Estados Unidos (EE.UU.), que culminó ayer miércoles, era esperada con un interés muy superior al normal, debido a la posibilidad de que decretara la primera reducción de su tasa de fondos federales en más de una década. La incógnita estaba en si la reducción sería de 25 o 50 puntos básicos, y sobre todo en si la Fed daba indicios respecto a la magnitud futura de eventuales nuevos recortes, así como en la evaluación que la institución y su presidente, Jerome Powell, harían de la marcha de la economía estadounidense.
Finalmente, y como esperaba la mayoría de los analistas, la Fed redujo en 25 puntos básicos la tasa de fondos federales a un rango de 2% a 2,25%, y dejó abierta la puerta a alguna baja adicional en el resto de este año, dependiendo de la evolución de los indicadores económicos, en un contexto donde se mantiene un elevado nivel de incertidumbre. La decisión no fue unánime, con dos miembros del comité (los presidentes de los bancos de Kansas y de Boston) votando por mantener las tasas de interés. También la Fed anunció que estaba terminando dos meses antes (a partir de hoy, 1º de agosto) su programa de reducción de activos.
En su conferencia de prensa, Powell señaló que la economía estadounidense sigue sólida (de hecho, casi todos los indicadores que se conocieron durante julio mostraron un panorama positivo, en particular en materia de empleo, gasto de los consumidores y recuperación de su confianza, si bien se mantiene una retracción en la inversión tanto en maquinaria y equipo como en el sector inmobiliario), y que la baja de tasas decretada básicamente busca compensar por los riesgos del muy bajo crecimiento en el resto del mundo (particularmente en Europa y en China), así como por la incertidumbre causada por la guerra comercial. Esencialmente, el presidente de la Fed señaló que el comité pensó en la disminución de las tasas como un típico ajuste de “mitad de ciclo”, y no como el comienzo de una “prolongada serie de bajas”.
Seguramente, estos comentarios no gustaron en los mercados financieros, que aparecían posicionados para al menos tres bajas de la tasa de fondos federales hasta enero del año que viene. Así, los precios de las acciones registraron fuertes caídas, las tasas de corto plazo subieron y las de largo bajaron, con lo que se “aplanó” la yield curve. Además, el dólar se fortaleció frente al resto de las monedas y el oro terminó con una ligera baja, luego de las fuertes subas que ha tenido desde mediados de junio. Las acciones, bonos y monedas de países emergentes, como es natural ante la perspectiva de que el descenso de tasas no sea tan fuerte como estaba descontando el mercado, también mostraron caídas.
Claramente, analizando la coyuntura de la economía estadounidense, era virtualmente imposible pensar en que la Fed fuera a iniciar un ciclo prolongado y fuerte de bajas de tasas de interés, como muchos operadores del mercado parecían esperar. De hecho, ha sido la primera vez en la historia que el organismo decide bajar las tasas de interés con la tasa de desempleo a niveles tan bajos como en la actualidad (3,7%). El problema es que los mercados financieros parecen demandar cada vez más estímulo monetario para continuar marcando nuevos récord, sin que ello se haya trasladado a una mejora sustancial de la economía real, creando una situación extremadamente peligrosa hacia el futuro.
Por ahora, y más allá de la reacción inicial negativa de los mercados financieros, la decisión del comité monetario de la Fed continuará generando condiciones financieras favorables para los mercados emergentes, la región y para Uruguay. Al menos hasta que eventualmente la economía de EE.UU. comience a mostrar señales de “recalentamiento” y de repunte de la inflación, las tasas de interés continuarán en niveles muy bajos, y el financiamiento seguirá siendo abundante, al menos para aquellos países con fundamentos sólidos que atraigan a los inversores del exterior.