No. No se trata de san Pedro. No es un error de ortografía ni de tipeo.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLo que pasa es que en nuestro país hay un culto a otro santo, que se llama san Pero, el cual se profesa en los más diversos lugares. Puede ser en hogares, instituciones, comités de base, plenarios, cónclaves veraniegos en playas del este, movilizaciones, protestas, manifestaciones, declaraciones a la prensa, encuentros casuales.
Hay predicadores de san Pero que llevan la divina palabra por doquier, seminaristas, sacerdotes (hace un par de semanas les presenté a dos de ellos, el senador Daniel Molester y la senadora Sandra Bolazo), hay candidatos a cardenal, y hasta algún “papábile” que se anda luciendo por ahí demostrando su profundo conocimiento de la liturgia.
Los fieles de san Pero tienen una innata facilidad para mentar al santo cada vez que se les presenta la ocasión, y si no se les presenta, la inventan.
Son muy creativos.
El país entero estuvo unas cuantas semanas en ascuas, sin saber cuáles serían las vacunas que nos iban a proteger del maldito coronavirus ni, mucho menos, cuándo empezarían a vacunarnos.
Las informaciones se fueron filtrando con cuentagotas, hasta que el gobierno las dio con su habitual amplitud y transparencia hace unos pocos días.
Los devotos de san Pero decían que estaba bien que se estuviera negociando por las vacunas… pero que era necesario saber de cuáles se trataba y cuándo iban a llegar.
Ahora ya sabemos que vienen la de Pfizer y la china, que llegan a fines de febrero o comienzos de marzo, y que, ni bien estén, se empezará a vacunar.
Primero al personal de la salud, a los viejitos de los hogares de ancianos, a los docentes, y después, bueno, ustedes ya saben. Todos lo sabemos.
Muy bien, dicen los fieles del culto al santito… pero ¿cuál de las vacunas va a llegar primero? Porque es necesario programar un posible retraso en los vuelos, y si iba a llegar primero la de Pfizer… pero no llega, y la de Sinovac se la iban a dar a los más jóvenes, ¿cómo se altera el orden de la inoculación?
Muy bien, Salinas dice que el plan es flexible, y que se adaptarán los tiempos según se vayan sucediendo los acontecimientos… pero no está claro si las que requieren el enfriamiento a 70 grados bajo cero podrán conservarse en buen estado mientras se reprograma el plan, readaptándolo a las nuevas circunstancias.
Y hablando de refrigeración, se está mandando a uno de los aviones españoles esos que todavía no está claro cómo se compraron, porque está muy bien que hagan falta… pero todavía no está claro si no los van a detener en alguna escala porque el certificado de adquisición está pendiente del sello del Consulado uruguayo en Cádiz, donde estuvieron depositados esos cacharros voladores hasta que el gobierno decidió adquirirlos, dicen que en una licitación… pero todavía no se han exhibido las pruebas que hemos solicitado.
¿Y a qué fue el Hercules antediluviano ese? ¡A buscar los freezers para las vacunas de Pfizer! Sí… pero ¿hay que ir a buscar los contenedores antes de que lleguen las vacunas? Salinas dice que sí, así cuando llegan ya las meten en los refrigeradores… pero entonces ¿para qué se instalaron unos supercongeladores en el aeropuerto? ¡No hay evidencia de que sea necesaria una acumulación de refrigeradores! ¡El gobierno está duplicando el gasto en heladeras en vez de decretar la renta básica universal para hacer frente a las necesidades de la población más desfavorecida! ¡Gastan en refrigeradores seguramente para hacer los cubitos de hielo para el whisky, mientras el pueblo se muere de hambre!
Hay otro tema que los tiene angustiados a los fieles de san Pero: el gobierno firmó los contratos con las proveedoras de vacunas… pero ¿qué responsabilidades asumió si llegaran a suscitarse casos extremos de reacciones no previstas con la administración de los fármacos? ¿Qué pasa si a una madre embarazada le nace un bebé con dos cabezas o tres brazos? ¿Quién se hace cargo de ese desastre? ¿El gobierno o los fabricantes de las vacunas? ¡No está claro, señores! ¡Y hacen gárgaras con la transparencia! ¡Ocultan información clave!
Y la última novedad es que el embajador ruso le fue a ofrecer al gobierno la vacuna Sputnik V, y hasta se especula con que se pueda fabricar localmente… pero el SMU había “cantado primero” que había reservado un millón y medio de vacunas rusas seguramente porque todavía sus dirigentes mantienen contactos con los herederos de la KGB que eran amigos del papá de la tía Marina en los gloriosos tiempos de la URSS… ¿Quién tiene la preferencia? ¿El diplomático ruso o el Dr. Grecco, que es mucho más ruso de alma que el embajador?
Las vacunas serán efectivas… pero no llegan a cien por ciento. Entonces, ¿quién se hace cargo de los desgraciados que se contagien aunque los hayan vacunado? La vacunación se tendrá que hacer en los centros poblados, porque se trata de un producto que se debe controlar mientras se aplica… pero ¿quién traslada a los pobres paisanos perdidos en el campo hasta las ciudades donde se vacuna? ¡Ah! ¡Las Fuerzas Armadas y la Policía! Pero ¿qué pasa en las áreas en las que hay que distraer a los uniformados para que lleven a vacunar a la gente? ¿Aumentará el contrabando fronterizo y el abigeato mientras se vacuna a la gente? ¿Esta es la seguridad que nos ofrecen el Dr. García y el Guapo Larrañaga? ¡Queremos información!
Los devotos de san Pero seguirán sembrando “peros” en cada ocasión posible, porque no hay nada que les venga bien, sin poner un ratito el palo en la rueda.
Así nacieron, y así son. Rezándole a san Pero… pero con fe y con devoción.