En cuanto a los precios de la carne para las fiestas de fin de año, el titular de la Adifu consideró más posible una rebaja que una suba en los valores que pagarán los consumidores locales.
Esa gremial nuclea a las plantas de faena pertenecientes a los grandes grupos de Brasil, como JBS y Marfrig, además de otras empresas de capitales uruguayos y argentinos.
A continuación un resumen de la entrevista.
—¿Cuál es la evaluación de este año para el sector de los frigoríficos y cuáles son las perspectivas para el futuro?
—La industria frigorífica cierra un año que no es satisfactorio, por menor actividad a la prevista. No fue un buen año. No sé si llegaremos a los dos millones de cabezas de ganado faenadas. Pero las perspectivas son muy buenas, porque la ganadería está creciendo y la demanda internacional tiene un comportamiento favorable. Lo que nos faltó este año fue materia prima en cuanto a cabezas de ganado para poder acceder a los mercados. Si la parición de animales viene bien y el clima ayuda a la producción pecuaria, hay expectativas de crecer en volumen de faena y en la exportación de la carne uruguaya.
—¿Qué factores incidieron en ese cierre desfavorable y esa menor faena en comparación a años anteriores?
—Por las ventas de carne en el mercado local como en el exterior, el año fue bueno en cuanto a los valores en promedio si se compara con lo que pasaba en otros años. El problema del año malo ha sido la caída de la faena, un costo del ganado totalmente atípico comparado con las paridades exportadoras de los países competidores en el mercado internacional. Arrancando por Australia y Nueva Zelanda, al igual que en Brasil y en Paraguay. Los frigoríficos en Uruguay tenemos costos mucho más grandes para acceder a mercados similares o en algunos casos en peores condiciones. Como por ejemplo, Australia y Nueva Zelanda, que tienen cuotas de exportación de carne (con el pago de aranceles reducido) que son ilimitadas en Estados Unidos, lo que Uruguay no tiene. Y además pueden vender carne con hueso a todas partes, algo que tampoco los exportadores uruguayos pueden hacer.
La suma del costo de la materia prima, lo poco que se faenó y los costos en dólares que se incrementaron sensiblemente, por recuperación salarial, han hecho que el año no sea bueno.
—Pero en los últimos meses hubo una baja en el precio del ganado en Uruguay. ¿Eso permitió mejorar la situación del negocio de los frigoríficos?
—Sin duda que la tendencia a la baja en el valor de la hacienda incide, como lo mencionaba en esos factores de la situación del sector. La materia prima tiene un 80% de participación en los costos de los frigoríficos, por lo tanto eso ayudó. Pero de todas maneras estamos por encima de los valores del ganado de los países competidores en el mercado externo.
En Australia el kilo de novillo cuesta cerca de U$S 2,90, hablando de una carcaza de más de 300 kilos. En Uruguay todavía estamos por encima de esos valores. Para la industria frigorífica la situación cambió. Hoy estamos mucho mejor de lo que estábamos hace algunos meses. Pero tenemos que seguir con producción y con productividad en todos los sectores para tener números (precios) que sean buenos para toda la cadena cárnica.
—¿Cómo incidió la apertura de algunos mercados para la carne bovina uruguaya, como Corea del Sur y otros?
—Eso nos sigue dando una protección en cuanto a tener muchos mercados abiertos. Ese es el gran capital que tiene Uruguay. El problema es que esos destinos para la carne son los mercados a donde llega Australia, que está más cerca de Corea. Ese competidor llega con su carne al mercado coreano más rápido que el exportador uruguayo, y con un producto que tiene una calidad similar o superior a la nuestra y con precios más baratos.
Por eso competitivamente se nos hace muy difícil llegar a esos mercados.
—¿Debido a esos problemas de competitividad que menciona, es posible que cierre algún frigorífico?
—No. Hoy no lo veo. El 2013 es un año bisagra. Llegamos a una faena inferior a la de años normales de actividad. De acá en más, habiendo mayor producción de ganado, habrá posibilidad de aumentar las horas de trabajo en los frigoríficos. Y eso permitirá incrementar el ingreso de dólares al país.
La faena superará los dos millones de cabezas y será sensiblemente superior a la de este año.
—¿La política del gobierno aplicada por el Instituto Nacional de Carnes, de publicar más información sobre el negocio cárnico, favoreció la relación entre el ganadero y el frigorífico?
—La relación entre el productor y la industria es muy buena. Todo lo que sea brindar más información, dentro de lo que sean parámetros normales de una relación de compra y venta de cualquier rubro, nos parece bueno. El productor tiene mucha información y depende del que la recibe si está satisfecho con eso. La industria, por distintas vías, ha tenido que dar casi que toda la información posible para que el negocio sea totalmente cristalino. Uruguay debe ser el país en el que el ganadero accede a la mayor cantidad de información dentro del planeta cárnico.
Hoy ya no hay más información para darle al productor.
—¿En los años recientes el productor ganó margen en la puja de precios entre el ganadero y el frigorífico?
—Más que ganar o perder, porque esto no es una batalla, el ganadero uruguayo se tiene que sentir muy contento con su gestión, ya que ha vendido sus animales a precios que están muy por encima de los que recibieron los productores de otros países competidores. Eso creo que debe conformar. Otra cosa no hay para hacer.
—¿La competencia de la agricultura perjudicó a la producción de carne?
—Parte de la poca actividad de faena registrada en este año es por ese motivo. Las mejores tierras de Uruguay, que tradicionalmente se destinaban a engordar ganado, pasaron a la agricultura. Eso desplazó a la ganadería.
Pese a ello el rodeo vacuno uruguayo alcanzará registros de los más altos en este año. Y con el plan de uso y manejo de suelos, que implica la rotación de los cultivos y praderas, la agricultura debería ser un componente que ayude a crecer la ganadería. Si bien el primer impacto ha sido negativo, con el tiempo tendremos una agricultura fuerte y también una pecuaria más fortalecida.
—A pocos días de las fiestas de fin de año, ¿qué pasará con el precio de la carne en el mercado interno?
—El precio de la carne registró una baja hace unos días y para el resto del año no hay expectativa de suba. En un contexto de mayor oferta de ganado, es más posible una rebaja en los precios de la carne que una suba.
—El gobierno ha insistido en que siempre haya una oferta de cortes a precios accesibles para los consumidores locales. ¿Qué opina de esa política?
—El gobierno manejó los momentos en que la carne estaba muy cara tratando de tener un cuidado con el mercado interno. Pero también vemos que el gobierno quiere que los productos uruguayos alcancen losmejores precios en las exportaciones. Es muy difícil tener las dos cosas a la vez.
El mercado interno es el principal cliente, tomándolo como país, y entonces al mejor cliente uno lo trata de cuidar lo mejor posible.
Fueron momentos puntuales y siempre defendimos la libertad del negocio como algo fundamental. Hemos tratado de contemplar el interés de todos los actores.
—China es el mayor cliente de la carne bovina uruguaya. ¿Existe algún problema potencial en ese mercado o continuará creciendo la demanda de ese gigante asiático?
—Al igual que lo fue para los productos agrícolas, como la soja, vemos a China como una potencial compradora de carne tanto bovina como ovina. Y que la corriente exportadora de carne a ese país ayudó a tirar de la cadena ganadera local.