Nº 2268 - 14 al 20 de Marzo de 2024
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl sistema de investigación y transferencia de tecnología en el agro uruguayo requiere un debate para replantear las estrategias y potenciar su funcionamiento a futuro. Tanto en el sector público como en el privado hemos estado omisos en encarar la formulación de un sistema lo más potente posible. En esta columna me centraré en la visión sobre el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), por representar un engranaje central de este sistema, reconociendo que existen otros institutos y organizaciones públicas y privadas que forman parte y determinan los resultados en esta materia.
La inversión en ciencia y tecnología incide sobre la competitividad de los sistemas de producción. Brinda soluciones a los problemas que se van planteando y abre nuevos enfoques y posibilidades, contribuyendo a la propia evolución de las formas de producir, tanto desde el punto de vista de la productividad como de la sustentabilidad de la producción en su conjunto.
Se debe considerar que ha habido cambios importantes en la dinámica de la generación de conocimientos y paquetes tecnológicos asociados, el avance de la tecnología y de las comunicaciones ha provocado que el desarrollo de conocimientos se pueda dar con gran eficiencia en el ámbito privado y en instituciones internacionales.
Hoy la producción de conocimiento no es limitante. Mientras exista una demanda por los productos, se crean los paquetes tecnológicos asociados para producir lo que esa demanda pide.
En este escenario, el INIA tiene atributos que debe resaltar para ubicarse en la nueva realidad. Ya no es simplemente la generación de conocimientos, como lo fue en la década del 90 o principios de los 2000, ahora se deben resaltar otras características que complementan los empujes privados.
La investigación objetiva e independiente es uno de los atributos diferenciales de INIA. El instituto tiene la responsabilidad de investigar y generar conocimientos de forma independiente, priorizando las necesidades del país en materia de investigación.
Otro atributo es la investigación en intensificación sostenible. El INIA incorpora esta dimensión a sus conocimientos y mensajes. Esto es muy importante en la visión de sostenibilidad productiva que requiere el país, y si queda librado solo a la investigación privada esto no se considera.
INIA cuenta con ensayos de largo plazo en diferentes zonas del país y en diferentes rubros. Estos son muy importantes, ya que forman coeficientes para aplicar diferentes manejos con gran certeza de sus consecuencias, muchas veces incidiendo en el desarrollo de políticas públicas específicas. Estos ensayos no existirían sin un marco institucional que los produzca y mantenga.
Además, hay productos o ciertas condiciones locales que demandan la generación de conocimientos específicos. Muchas veces no cuentan con una dimensión tal que atraigan a sectores de investigación y desarrollo (I+D) de actores privados. Por lo tanto, deben ser atendidos por el INIA para tener las respuestas a esas cuestiones.
Asimismo, está la investigación complementaria. Hay situaciones o rubros en que la investigación en el ámbito privado o internacional es potente, pero tiene algunas falencias en ciertos aspectos puntuales. En ese caso se puede promover una sinergia que complemente, y de esa forma potenciar los paquetes tecnológicos predominantes.
También está la investigación con integración entre rubros. Este es un gran diferencial del INIA, porque entre los privados el interés siempre está en el desarrollo de determinado producto. Sin embargo, en el sector primario existe integración entre rubros, diversificación productiva. La investigación con enfoque de sistema de producción es clave para el sector productivo.
Hay que considerar también la integración interinstitucional, otra fortaleza del INIA. Se trata de la capacidad de coordinar con otras instituciones, tanto públicas como privadas, buscando complementar y potenciar sus propias capacidades.
Los proyectos FPTA (Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria) deben ser ejecutados obligatoriamente por terceros. INIA no puede abarcar todo, y con esta herramienta se puede buscar generar los conocimientos necesarios, financiando proyectos fuera de la institución. También se usan estos proyectos para transferencia de tecnología y validaciones.
Al mismo tiempo, la captación de talentos es muy importante. Esto es: contar con un sistema de generación de conocimientos potente, para dar oportunidades a los científicos que se forman en el país o para captar talento extranjero. Formar científicos para que se vayan es muy malo para el futuro del país.
Estos argumentos me llevan a pensar que INIA es necesario, con el mayor dinamismo posible e integrado al sistema productivo. Un país productivo y sustentable necesita un buen INIA.
En este momento se está realizando una evaluación de impacto de INIA por parte de consultores externos especializados. De todas formas, se pueden adelantar algunos conceptos que vale la pena considerar.
El impacto es muy diferente de acuerdo al rubro que se analice. En arroz, citricultura y lechería hay una integración entre el INIA y el sector productivo tal que se crea una sinergia de alto impacto. En otros rubros los impactos son más puntuales en determinados proyectos o en determinadas zonas.
Generalizando más a escala nacional, en los últimos 15 años los grandes cambios productivos estuvieron en la forestación, la soja y los corrales de engorde. En cualquiera de los tres casos se puede afirmar que la participación de INIA ha sido muy escasa, ya que fueron desarrollos que se realizaron con paquetes tecnológicos importados, adaptados a nuestras condiciones por el sector productivo.
INIA actualmente está en una situación de letargo, funciona por inercia. Tanto el sector político, que le viene recortando recursos en forma importante y persistente desde el 2012, como el sector productivo, que se ha mantenido distante del instituto, sin exigir mejores resultados, han facilitado esta lógica dentro del mismo.
Se debe reformular el sistema, establecer un debate lo más amplio y sincero posible. En la práctica, las grandes líneas son: seguir igual, cambiar la financiación y gobernanza, y la integración del instituto a nuevos formatos institucionales.
La línea más interesante parece ser la del cambio en la financiación y gobernanza del instituto, ya que mantiene la posición estratégica del mismo, pero se logra un mayor compromiso con cambios en la interna del instituto.
Esta conclusión debe ser fruto de un debate abierto, en el marco de una discusión más amplia de la institucionalidad en el agro uruguayo.
* El autor es productor agropecuario y asesor, ingeniero agrónomo (MAA), director de INIA y secretario de la Federación Rural.