Uruguay había dejado afuera al Portugal de Cristiano Ronaldo. Fortunato tenía encendida la tele para volver a ver los goles de Cavani antes de irse a dormir, uno, dos, tres, mil replays.
, regenerado3Uruguay había dejado afuera al Portugal de Cristiano Ronaldo. Fortunato tenía encendida la tele para volver a ver los goles de Cavani antes de irse a dormir, uno, dos, tres, mil replays.
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El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAl igual que los otros tres millones, cuatrocientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve uruguayos, Fortunato no dejaba de aplaudir y gritar los goles, intercalando oraciones a San Expedito para que el Edi pudiera curarse de su lesión antes del viernes, cuando nos toca con los franchutes.
Sentado en su confortable sillón, con la segunda copa de vino en la mano, con la que ya había brindado por el triunfo, Fortunato oyó anunciar la conferencia de prensa del Maestro Tabárez y se dispuso a escuchar al artífice del “proceso” con la misma unción con la que escuchaba, en aquellos tiempos de su niñez, a su maestro de sexto de escuela, que, cuando hablaba, no se oía volar a las moscas.
—Ja —barruntó Fortunato para su interior—, igual que ahora. Ni pelota que les dan a los maestros y a las maestras, y todavía encima de vez en cuando alguna de ellas se liga unos tortazos de alguna madre enojada.
Empezó a hablar el Maestro, que es medio monótono en su fraseo, y Fortunato lentamente sentía que el sueño se le acercaba. Hizo un esfuerzo, porque quería escuchar los comentarios del nuevo prócer de los orientales, que tan bien viene llevando la conducción de la gloriosa Celeste.
Tabárez elogió el juego de grupo, destacó algunas individualidades, y las preguntas de los periodistas llovían de un lado y de otro, buscando la explicación de aquella hazaña del juego de equipo, donde cada uno parecía que daba más que el otro, y todos juntos llevaban a cabo la hazaña.
Entonces, el Maestro dijo (no es broma, y espero que alguno de ustedes lo haya escuchado) que al salir a la cancha antes del partido, algo retrasado, había pasado junto al grupo de los jugadores uruguayos, en la ronda de todos abrazados en la que el capitán los arengaba antes del encuentro.
—Yo no suelo espiar a mis jugadores —dijo Tabárez, palabras más, palabras menos— pero tuve la oportunidad de escuchar lo que Godín les decía a sus compañeros. Era algo así como “ahora salimos a jugar todos juntos, y ¿por qué jugamos? ¡Jugamos por la madre, por el padre, por los hermanos, por la familia, por los amigos, por los vecinos, por todos los que esperan que nosotros salgamos a ganar y demos todo en la cancha, acá afuera y en Uruguay!”.
Fue lo último que Fortunato creyó escuchar, emocionado por esa arenga a darlo todo en un esfuerzo mancomunado, y mientras sus ojos se iban cerrando, creyó escuchar al informativista diciendo que las palabras del Maestro habían calado muy hondo en el pueblo uruguayo.
—Por ejemplo —decía el periodista desde la tele—, el intendente Martínez se reunió con la presidenta de Adeom, Valeria Ripoll y juntos salieron al balcón del despacho del jefe comunal a decirle a toda la gente que poblaba la explanada que los municipales saldrían ya mañana a la calle a recoger toda la basura, con la cooperación de los directores de las distintas reparticiones de la Comuna, que se habían ofrecido a manejar los camiones recolectores, de manera de agregar más operarios en la operación Montevideo Celeste y Limpio, todos hermanados y abrazados por la causa común—. Asimismo —continuó el informativo—, los operarios de Conaprole han resuelto hacer horas extra para ir a buscar la leche a los tambos, de manera que no haya que tirarla, y los tamberos han abierto los tambos las 24 horas del día, para poder hacer varios viajes transportando la leche a la planta pasteurizadora, y ¡escuchen, estimados telespectadores! Constanza Moreira y Juan Castillo se han reunido con Danilo Astori y Nin Novoa, y les han asegurado el apoyo de Casa Grande y del Partido Comunista no solo al TLC con Chile, sino también a los TLC con China y con los Estados Unidos.
Fortunato no sabía si lo que creía escuchar era cierto, o si ya estaba soñando, pero mientras se restregaba los ojos, el informativista agregó que más fenómenos, reflejo de la actuación de la Celeste, y de la profundidad de la arenga del capitán, se seguían registrando.
Fue así que se informó que los “autoconvocados” habían sido invitados por el presidente Vázquez a una reunión con el Consejo de Ministros en la que se les pondría en conocimiento de la aprobación de todas las propuestas que habían formulado, que los jefes de las barrabravas de Peñarol y Nacional se habían reunido, decidiendo que compartirían tribunas en el Estadio y caravanas de festejo posteriores, cualquiera fuera el resultado de los clásicos, sellando su encuentro con un abrazo gritando: ¡Que gane el mejor! Por su parte, Bordaberry, Amorín, Sanguinetti, Talvi, Novick, el Guapo Larrañaga, Lacalle Pou, la senadora Alonso y el pastor Márquez se habían reunido con el ánimo de proponer un candidato común, que podría ser Mieres, así el senador del PI lograba el sueño de ponerlos a todos de acuerdo.
Más noticias de armonías, esfuerzos mancomunados y sacrificios por la patria siguieron llegando, lo que provocó que Fortunato abriera un ojo y le gritara a su esposa que gracias al Maestro Tabárez, el Uruguay volvería a ser una nación pujante y solidaria, con espíritu ganador, donde todos trabajarían en equipo, como nuestra Selección.
Pero esta vez la señora ya dormía también, y él se tuvo que ir a la cama sin saber si lo que había visto y oído era cierto.
—Ya lo veremos en los diarios de mañana —reflexionó mientras se metía en la cama para volver a soñar con los goles de Cavani, por las dudas.