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Un hecho histórico conmovió esta semana a los uruguayos. El vicepresidente Raúl Sendic, que había sido electo en el 2014 completando la fórmula con el presidente Tabaré Vázquez, renunció a su cargo luego de que su propio partido le reprochara conductas “inaceptables”, reñidas con la ética, en el manejo de dineros públicos.
Sendic había dicho que resistiría y que no dimitiría, dado que los ciudadanos que lo pusieron en esa posición de alto relieve institucional eran los únicos que lo podían desplazar de su cargo. Pero, como tantas cosas que ha manifestado el exvicepresidente en los últimos dos años, no cumplió con su ya más que devaluada palabra.
Hubo, claro está, un terremoto en el gobernante Frente Amplio, pero no una crisis institucional. Tal como lo prevé la Constitución de la República, el vicepresidente renunciante fue sustituido por el senador más votado del sector principal del partido gobernante. Ese era el expresidente José Mujica, pero como en Uruguay está prohibida la reelección inmediata, asumió su esposa, la senadora Lucía Topolansky.
Teniendo en cuenta que Vázquez y Mujica son los principales líderes del Frente Amplio, que Topolansky es la nueva vicepresidenta y que su sector, el Movimiento de Participación Popular (MPP), tiene ahora un senador más en la Cámara Alta, algunos podrían pensar que hasta febrero de 2020 el Uruguay tendrá un gobierno con dos cabezas: Vázquez y Mujica.
El miércoles 13, en El País, el diputado Gonzalo Mujica (otro que dejará su banca en los próximos días, aunque por razones muy diferentes a las de Sendic), declaró que para José Mujica “era muy importante poner a Lucía, porque para Vázquez es mucho más difícil manejarla y pasa a ser la presencia de ‘Pepe’ dentro del gabinete”. Conocedor de las batallas internas dentro del Frente Amplio, Gonzalo Mujica opinó que “cuando el MPP resolvió su problema, que era a quién dejar de vice y cómo jaquear a Vázquez, se terminó la discusión. Todo el mundo le hace entrevistas a Mujica, porque todo el mundo percibe que pasó a ser el patrón de la cancha”. Añadió que “el Frente Amplio es cada vez más el MPP y sus aliados” y “no se mueve una hoja sin que ‘Pepe’ determine que se mueva”.
Este análisis no ha de haber sido del agrado del presidente Vázquez. Y, sin embargo, los primeros indicios de esta nueva realidad política muestran una aparente sintonía fina entre Vázquez y Topolansky, donde cada uno parece saber qué papel le está reservado en el diseño institucional previsto por la Constitución. Sobre esto, el tiempo dirá.
