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“Asco”, “espantoso”, “inmundo”, “vergüenza”. La sesión en régimen de comisión general del Senado para tratar la sobrefacturación de la empresa de limpieza Buena Estrella y el procesamiento del ex representante de los trabajadores en la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Alfredo Silva, fue efervescente y pródiga en exclamaciones de indignación por parte de la oposición.
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Todas las palabras mencionadas arriba las dijo el senador blanco Luis Alberto Heber para graficar lo que le producía la trama de corrupción en los hospitales públicos que quedó al descubierto por la Justicia. Los senadores de la oposición reclamaron airosamente la renuncia de la ministra de Salud, Susana Muñiz, y de la presidenta de ASSE, Beatriz Silva. Los legisladores del Frente Amplio intentaron aislarlas del foco de conflicto.
En más de una oportunidad se insistió en que se trató de “dos casos” (por Silva y por Heber Tejeira, el dirigente gremial encarcelado por coimas) en una dependencia que tiene más 27.000 funcionarios. “No vamos a dejar que se involucre a la ministra”, dijo en un tramo de la sesión el senador frentista Rafael Michelini. En el otro punto en que insistió el oficialismo fue en señalar que la oposición “exageró” al calibrar la dimensión del asunto. “Estos hechos los valoramos como graves, pero no estamos de acuerdo en construir una realidad de caos, asco, inmundicia, que ahí opera la Gestapo…”, afirmó el senador del Frente Amplio Ernesto Agazzi. Muñiz y Silva se defendieron apelando a datos técnicos de sus respectivas gestiones. Reivindicaron la participación social y destacaron la colaboración con la Justicia para investigar los casos denunciados.
La sesión, que se extendió por casi nueve horas, quizá porque varios senadores se fueron de tema trayendo a luz viejas cuentas, terminó sin mayores consecuencias ni anuncios. De un lado, la indignación y el pedido de renuncias. Del otro, la defensa de la gestión y el compromiso de incrementar los controles.
“Sobres, coimas”.
El primero en hablar en la sesión fue el colorado Alfredo Solari. El legislador criticó que no se tomen medidas para evitar que sucedan este tipo de hechos y advirtió que pueden volver a ocurrir. “En general si alguien me estafa trato de no tener más negocios con esa persona”, dijo, y explicó que ASSE tiene contratos con las empresas que usan el mismo “modus operandi” que en el caso de Buena Estrella. “Las condiciones están dadas para que esto ocurra en el futuro”, señaló.
En varias intervenciones, Solari dijo que se estaba frente a una “confabulación mafiosa para el enriquecimiento ilícito” y que no se había “controlado con el celo adecuado” y se “reaccionó con los hechos consumados”.
“¿Por qué ASSE y el Ministerio de Salud Pública miraron para el costado? ¿Por qué no cortaron con la corrupción? ¿Por qué no removieron a Alfredo Silva?”, preguntó el senador de Vamos Uruguay.
Solari sostuvo que Silva no fue removido de su cargo porque el gobierno quería “paz sindical” o se sometió al “chantaje”. Agregó que para él, en ASSE mandaba una “dictadura sindical”. Sobre Silva dijo que es un “acosador laboral” y relató denuncias de maltrato de funcionarios. También sumó denuncias sobre muertes evitables y otras irregularidades en los hospitales públicos.
Heber fue uno de los vehementes en su exposición. Recordó las veces que la oposición reclamó que se investigara la situación. Dijo que lo “único” a lo que accedió el oficialismo fue a enviar los antecedentes a la Junta Anticorrupción. Este organismo hizo un informe, leyó Heber, donde se pidió agilizar las investigaciones y que se debía realizar cursos de capacitación en ética. “Esto se cumplió. ¿Saben quién lo hizo? Tejeira, que está procesado por corrupto, por coimero. ¿Se dan cuenta de lo que estamos hablando?”, dijo Heber mientras sus compañeros de bancada reían aparatosamente y alguno decía: “No te puedo creer”.
“Da vergüenza esto. Les debería dar vergüenza a ustedes que son los responsables”, dijo mirando a Muñiz y la presidenta de ASSE, Beatriz Silva. Minutos más tarde, Silva, visiblemente molesta, desmintió a Heber sobre la denuncia de Tejeira.
El senador siguió con sus críticas. “Sobres, coimas, ¿ustedes se dan cuenta frente a lo que estamos? ¿No sabían nada de lo que estaba pasando? ¿Nadie les informó? Si sabían deben irse y si no sabían también, las dos: la presidenta de ASSE y la señora ministra. Había una organización ¿y ustedes no sabían nada? Se tienen que ir. Fueron incapaces de averiguar y saber. Estoy diciendo que se tienen que ir. Todo esto es espantoso. Todo esto es inmundo, nos da asco y esa misma reacción debería tener la señora ministra y la señora presidenta de ASSE, porque nos han estafado a todos los uruguayos”.
Luego, dirigiéndose a los senadores del oficialismo, Heber dijo que en el Ministerio de Salud Pública y en ASSE los “engañaron”. “No hubo investigación, se rieron de su confianza”, expresó.
Antes de darle la palabra a la ministra Muñiz, habló Agazzi. Dijo que no le gustaba hablar de sobrefacturación, que no se sentía cómodo con el término. “Hubo inconsistencias entre las horas trabajadas”, matizó. El senador frentista fue de los que intentaron quitarle drama al asunto. “No estamos de acuerdo en decir que todo está mal”. También insistió en que se trata de dos procesamientos en 27.000 funcionarios, pero advirtió: “Debe haber muchos más delincuentes que trabajan en ASSE, y que no aparecen. Con la tasa media delictiva que hay en la sociedad, si fueran solo dos, ASSE sería un paraíso”. Agazzi concluyó entregándole 11 preguntas a Muñiz sobre la investigación del caso y otras cuestiones más generales, como el proceso de destercerización o el desempeño de los directores de los hospitales.
Muñiz y Silva.
Sentada al lado del senador Agazzi y del subsecretario Leonel Briozzo, la ministra de Salud comenzó su exposición luego de escuchar unas cuatro horas de oratoria de los senadores.
Una de las primeras cosas que hizo fue desvincularse del caso Buena Estrella y del ya famoso mail enviado a la dirección del hospital de Rivera. Insistió que en ese correo “no aconsejó ni sugirió” la contratación de la empresa de limpieza. Agregó que espera ser convocada “a la brevedad” por la Justicia para aclarar la situación. Su exposición se centró en cuatro pilares: la participación social, los controles ejecutados, las investigaciones administrativas ordenadas y las “debilidades institucionales”.
Aclaró que hacía “autocrítica” y subrayó que su cartera “no tolerará a los que actúan afuera de la ley”. De todas formas dijo que se trató de una “excepción y no de la regla”. Para hablar sobre el estado de situación tras los procesamientos, le dio la palabra a Silva. La presidenta de ASSE informó que ya se vencieron todos los contratos con la empresa Buena Estrella, anunció que se le iniciaron sumarios a Silva y Tejeira y que estará en marcha una auditoría externa de todas las empresas tercerizadas que tienen contratos con los hospitales públicos. Recalcó que “no hubo pérdida patrimonial para el Estado”, porque la sobrefacturación se detectó a tiempo y el hospital retuvo los pagos. Silva terminó leyendo una carta de un usuario del hospital de San Carlos que la felicitaba por la gestión de ASSE.
Disconformes.
Cuando las jerarcas terminaron su exposición, llegó la hora del debate, de las acusaciones y las defensas. El senador comunista Eduardo Lorier, que abundó en referencias a casos de corrupción de anteriores administraciones de la oposición, destacó que el asunto en cuestión quedó al descubierto gracias a la investigación de los juzgados de Crimen Organizado “creados” por el Frente Amplio. “Muy bien, muy bien”, le acotaba irónicamente el senador blanco Luis Alberto Lacalle desde su banca.
Los senadores nacionalistas Gustavo Penadés, Carlos Moreira y Francisco Gallinal, se quejaron de las respuestas ofrecidas por las autoridades sanitarias y volvieron a reclamar las renuncias. Lo mismo hicieron los senadores colorados Ope Pasquet y Solari. Los legisladores de la oposición se retiraron con un nivel de indignación superior que con el que habían llegado, mientras que en la antesala, Muñiz y su equipo hablaban a la prensa. “Quedó claro que quien tiene la autoridad en la salud no es una persona”, dijo, desmarcándose una vez más de Alfredo Silva.