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    La tasa turística

    Sr. Director:

    , regenerado3

    Me opongo a la propuesta de crear una tasa turística. Por la prensa me entero de la iniciativa de la Intendencia de Montevideo de crear una tasa turística para quienes visitan Montevideo. No tengo conocimiento preciso de la norma en cuestión, por ello me voy a valer de la información que se publicó (El País 13/7/18) a partir de la conferencia de prensa convocada por la Intendencia de Montevideo el pasado viernes 13 de julio, donde se explicó por qué se decidió crear una tasa turística para los visitantes que lleguen a la ciudad desde el extranjero, al tiempo que se defendió la creación de esta herramienta, apresurándose a decir que no se les aplicará a los uruguayos. La iniciativa fue incluida en el Mensaje de modificación presupuestal 2019.

    Desde ya anticipo que no la considero ni oportuna ni conveniente.

    “La tasa turística forma parte de la costumbre de quienes visitan el exterior, distintas ciudades de otros países, de otros continentes, y quien asiste a la misma está acostumbrado a pagarla con total normalidad”, dijo el director de Desarrollo Económico del gobierno departamental, Óscar Curutchet. Quien haya viajado por el mundo podrá comprobar que ello no es así, sin entrar a analizar si esta propuesta tiene punto de contacto con alguna de las mínimas existentes.

    Sobre cuál es el objetivo de esta tasa, el referido director expresó que se trata de “Dotar de sostenibilidad el proyecto turístico para la ciudad de Montevideo”. Montevideo, desde hace muchos años, se destaca por ser el destino más importante en cuanto a la afluencia de visitantes anuales. Por lo tanto, no es un destino que no esté en un proceso de desarrollo. Según el Anuario 2017 del Ministerio de Turismo, Montevideo fue el destino principal de los visitantes ingresados en 2016 a Uruguay según destino principal de viaje, con 950.000 visitantes en el año (sin tener en cuenta los visitantes de cruceros y los provenientes del turismo interno). Luego lo sigue la zona Punta del Este con más de 689.000 visitantes, que se concentran en la temporada estival, en tanto los de Montevideo se distribuyen durante todo el año.

    Es notorio el incremento de nuevos hoteles en Montevideo, hasta excesivamente, a nuestro entender, y no creo que los inversores hayan elegido este destino si no valoraron la sostenibilidad del destino. Me parece que la sostenibilidad del proyecto turístico para la ciudad debería pasar por otras cosas: por ejemplo, seguridad, limpieza, cuidado de espacios públicos, equipamiento urbano acorde con la demanda, preservación de atractivos, transporte colectivo, etc.

    Por su parte, la directora de Turismo de la comuna, Elizabeth Villalba, agregó que el dinero que se recaude por esta vía “no va directamente a las arcas de la Intendencia de Montevideo”, sino que “Va en principio a una cuenta extrapresupuestal y luego se definirá un fideicomiso para que el manejo de este fondo sea de alguna manera lo más transparente posible”. Sobre el particular también me surgen cuestionamientos. ¿Por qué tiene que intervenir la intendencia en la recaudación y posterior manejo de los mismos? Se habla de que con ello se ganará en transparencia, pese a que al tratarlo como fondo extrapresupuestal queda fuera de los controles que para el resto de los fondos tiene la intendencia. Por allí escuché que esa garantía la daría la Cámara Uruguaya de Turismo, que, de alguna forma al avalar el proyecto, se la incluiría en dicho manejo. La verdad, y que me disculpen los dirigente de esa Cámara a quienes mucho respeto, “mala tos le siento al gato”.

    También me pregunto: ¿se hizo algún estudio previo para saber la reacción de los turistas frente a la aplicación de esta tasa o se aplicará y luego se verá? Qué explicación se les dará a los huéspedes sobre el destino de la tasa que se les quiere cobrar, que va a un fideicomiso. ¿Se pensó el efecto búmeran que puede producir el cobrar una tasa con la insatisfacción de algún servicio?¿Por qué son los hoteles los que deben cobrar esa tasa? Y al resto de los operadores turísticos, ¿por qué no se los tuvo en cuenta? Como se observa, el tema tiene más complejidad que la mera creación de una tasa.

    En el medio de todas estas situaciones se encuentra el hotel, ya que intervendrá en el cobro y será el receptor de las quejas ¿Y la intendencia?

    En un momento en el que toda la región vive un proceso de revalorización del dólar americano no es oportuno, por pequeño que sea, agregar ningún elemento sobre una tarifa. El turista, estoy seguro, no quedará conforme.

    La inconveniencia, a mi entender, es doble. Por un lado, la intervención de la intendencia implicará todo un sistema burocrático (recaudación, control, inspección) que seguramente deba financiar este fondo; y, por otro, me imagino muy difícil la compatibilización de los intereses del sector privado a través de la Cámara Uruguaya de Turismo con los de la intendencia. Otra vez, “mala tos le siento al gato”.

    Espero que los ediles no apoyen esta iniciativa. Me alegro de que el Ministerio de Turismo ya se haya opuesto y nos comunique que ellos no intervinieron en este proceso.

    Por último, mi opinión. Los privados deben fomentar formas de contribución a los planes de promoción del destino, pero no intervenir en temas de infraestructura que son de total responsabilidad de la intendencia, que tiene medios para hacerlo (tasas e impuestos que aplica a los empresarios turísticos). Téngase en cuenta que la intendencia recauda diariamente dos millones de dólares. Y a nadie le queda duda de que son muchos los retornos del turismo montevideano, directos e indirectos.

    La intendencia, que me alegro que tenga interés en desarrollar la actividad turística departamental, debería demostrar ese interés jerarquizando al organismo dentro de su organigrama (hoy es una División del Departamento Desarrollo Económico e Integración Regional) y disponer de más fondos en su presupuesto para desarrollarlo sustentablemente.

    Y si quiere buscar algún fondo extra, ¿por qué no procura cobrar el ingreso de algún atractivo (museos, parques, etc.) con el compromiso de que esos ingresos se reinviertan para jerarquizarlo?

    Fernando Mier