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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáQuiero mucho a la República Argentina y a su pueblo, del cual he recibido múltiples distinciones y reconocimientos entre los cuales destaco el hecho de que, por disposición del presidente teniente general Juan Domingo Perón, fui condecorado con la Orden de Mayo al Mérito en el Grado de Gran Cruz por la participación que tuve en las negociones que culminaron con el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo. Por ello, me han sorprendido las declaraciones que el señor embajador de Argentina, Alberto Iribarne, efectuó recientemente a este semanario respecto a los emisores de aguas cloacales de Buenos Aires.
Después de afirmar que es beneficioso que los residuos que se tiraban en crudo, tengan un tratamiento previo, en opinión que compartimos, agregó: “Además dada la distancia que hay desde donde desembocarían los emisarios hasta la costa uruguaya, dicho por alguien que sabe, para que eso afecte la costa uruguaya debería cambiar el eje de rotación de la tierra”.
Considero muy infelices estas declaraciones: a) Porque no se trata solo de una eventual contaminación de las costas, puesto que la contaminación del cauce del río puede tener efectos muy nocivos para los recursos ictícolas, por ejemplo. b) Porque la persona que dijo lo de la rotación de la tierra, intentando ridiculizarme por mis planteos al respecto, fue el presidente de la Delegación Uruguaya ante la CARP, que no solo no sabe, sino que, lamentablemente, habla como si supiera, ignorando aspectos fundamentales del ámbito fluvial donde ejercita competencia. Si este señor hubiera leído el Estudio de la Dinámica Hidro-Sedimentológica del Río de la Plata. Proyecto Freplata RLA 99/G31( pág. 25), habría apreciado, que “El viento es el principal forzante de la circulación en el Río de la Plata” y que “aproximadamente el 90% de la varianza en la circulación barotrópica es debida a la variabilidad del viento en escala sub anual” (pág. 27) y que “debido a la baja profundidad del Río de la Plata, las corrientes en la parte estratificada responden rápidamente a los cambios en el viento en todos los niveles”.
En cuanto a la rotación de la tierra, refiriéndose al efecto Coriolis, ese informe expresa: “Evidentemente, la circulación gravitacional es muy pequeña en comparación con la señal dominada por el viento y la marea que ocurre en este sistema” (pág. 30)
Lamentablemente, el señor embajador de Argentina se hace eco de lo que dice este señor y no ha atendido a la posición de aquellos que no nos oponemos a estos emprendimientos que van a arrojar, diariamente, más de 5 millones de metros cúbicos de aguas cloacales al Río de la Plata, pero que estimamos necesario que se determine, por una consultoría independiente, si el sistema de tratamiento de esas aguas es eficiente o no, para aventar el riesgo de un severo impacto ambiental que puede afectar no solo las aguas y costas uruguayas, sino también a las argentinas.
Nuestro planteo se basa en opiniones como la del Dr. Pablo Luis Caballero, que es un científico e investigador argentino integrante la Fundación Integradora Latinoamericana Ambiental; la del Dr. Raúl Estrada Oyuela, que fue representante especial para Negociaciones Ambientales Internacionales de la Cancillería Argentina, y en el Uruguay, nada menos que la del profesor grado 5 de Ambiente y Ecología de la Facultad de Ciencias de la Udelar Dr. Daniel Panario. Estos científicos consideran que el sistema de tratamiento de esas aguas no es eficiente y que no elimina elementos nocivos como los coli fecali, el nitrógeno y el fósforo, estos últimos, caldo de cultivo de las cianobacterias que, por poseer vesículas gaseosas, pueden ser transportadas por el viento.
Dr. Edison González Lapeyre