Allí, al igual que en el Centro Regional de Profesores (CERP) del Sur de Cerro Largo, la discusión sobre los baños sin género “se resolvió naturalmente”, en general a partir de planteos de los gremios de estudiantes y en acuerdo con la comunidad educativa local, explicó a Búsqueda Luis Garibaldi, integrante del Consejo de Formación en Educación (CFE), máximo órgano del gobierno de la formación docente.
Sin embargo, en otros centros educativos del país el cambio en la distinción de género de los baños provocó reacciones diversas. Es el caso del Instituto de Formación Docente de Paysandú, donde el centro de estudiantes resolvió en asamblea la supresión de las etiquetas de género en los baños de esa institución.
Primero el gremio estudiantil organizó “jornadas de sensibilización”, colocó una cartelera y pegó folletos por todo el instituto para informar sobre el tema. También planificó una charla con el docente José Ramallo, representante del colectivo Ovejas Negras, quien recomendó a los estudiantes contar con un baño neutro. Los gremialistas tomaron la iniciativa y aplicaron iconos adhesivos de inodoros para sustituir las etiquetas de género en los baños.
Pero algunos docentes, funcionarios y también otros alumnos no gremialistas se sorprendieron por la adopción de medidas que causaron “mucho revuelo” interno. “Varios empezamos a ir a los baños de forma indistinta y se generaron conflictos hasta en los pasillos”, contó una fuente del gremio.
El malestar llegó a la dirección del instituto, que entendió que el gremio había actuado de forma “unilateral” e “inconsulta”. La directora de la institución, Silvia Grattarola, informó el caso al Consejo de Formación en Educación, en busca de una solución ante la falta de una reglamentación. Consultada por Búsqueda, no quiso hacer declaraciones sobre el tema.
A su vez, los estudiantes agremiados difundieron en Facebook una carta abierta en la que pidieron a las máximas autoridades institucionales que se expidan sobre la situación planteada. “Es imperioso desterrar el supuesto de ‘normalidad’ que tiene un gran arraigo cultural en nuestra sociedad, y más aún en la matriz de formación docente”, expresaron los futuros profesores en la carta fechada el 26 de junio.
“Hay baños sin género en el IPA (Instituto de Profesores Artigas), en el liceo IAVA (Instituto Alfredo Vázquez Acevedo) y en la planta baja de Facultad de Psicología de la Universidad, entre otras instituciones educativas del país, y todos funcionan normalmente”, comentó otra fuente gremial.
Explicó que la situación es “más compleja” en el Instituto de Formación Docente de Paysandú, porque “arrastra una historia de Instituto Normal de Señoritas Maestras”, que durante tiempo fue símbolo de “buenas costumbres” y de “ciudadanas modelo”, una “moralidad hegemónica patriarcal y patricia” que pervive.
“Hay algunas características de esa moralidad anacrónica que aún se visualizan y se viven en nuestra institución”, según el informante.
La carta del gremio ahonda en ese punto: “Persisten ideas conservadoras de que los humanos deben ser etiquetados según el sexo biológico con el cual nacieron, hablamos del binomio macho-hembra, o, en su defecto, damas-caballeros” y “deja por fuera a muchas personas, relegándolas a una anormalidad imposible de asumir desde las instituciones”.
El CFE respondió que el asunto debe resolverse a la interna del centro, porque “no hay una normativa ni una política común sobre la instalación de baños para todos”.
“Sabemos que en el IFD de Paysandú no existe una posición unánime, pero ya les hemos planteado que estos asuntos se tienen que acordar y definir en la comunidad educativa. No es el consejo el que va a dirimir si allí deben tener o no baños inclusivos”, dijo Garibaldi.
El consejero opinó que “en el fondo se trata de un cambio cultural”. “La concepción general del planteo es compartida, está bien que se promueva y se trate de convencer. De hecho, nuestra intención es construir más baños con ese criterio”, afirmó.
“Pero hay que analizarlo de un lado y del otro, porque también hay gente que se puede sentir invadida”, añadió. “Una alternativa es que unos baños se mantengan para mujeres y varones, y que haya otros indistintos. Pero las modificaciones de usos y costumbres de un lugar corren por cuenta de cada comunidad. Esto no se puede decretar por una resolución educativa. Esa es nuestra respuesta”, dijo.
El tercer baño.
En marzo de 2016, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) presentó oficialmente su Política de Género como Línea Transversal para la Promoción de los Derechos Humanos destinada a fortalecer durante este período de gobierno la integración social en escuelas, liceos, centros de UTU e institutos de Formación en Educación (Búsqueda N° 1.857).
Ya en el mensaje presupuestal enviado al Poder Ejecutivo en 2015, la ANEP dedicó todo un capítulo a esa política de género, que engloba una serie de acciones transversales a aplicar al sistema educativo durante el quinquenio.
En ese marco, el órgano rector de la educación habilita la instalación en los centros educativos de baños inclusivos, espacios con accesibilidad universal y libre ingreso para mujeres, hombres, personas trans y discapacitados.
“No son políticas aisladas ni están destinadas a crear en todos los centros baños inclusivos. En cada uno de los consejos se procesa paulatinamente, porque no se puede hacer al barrer, sino a medida que la comunidad educativa lo reclama y que existan las posibilidades edilicias”, comentó a Búsqueda Laura Motta, integrante del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP.
Motta destacó, además, que en Uruguay hace tiempo que existen centros educativos con estas características, y citó el Centro Regional de Profesores del Sur, ubicado en Atlántida, del cual fue su primera directora en 1999. “Ya en aquellos años teníamos baños inclusivos, en acuerdo con todos y a propuesta de los estudiantes”.
Preguntada sobre el problema generado en el Instituto de Formación Docente de Paysandú, la jerarca sostuvo que “cada comunidad educativa tiene que procesar su discusión y buscar las soluciones con una mirada de género. La ANEP no puede tomar definiciones que abarquen a todos”.
No obstante, la consejera aseguró que la ANEP reformará normativas que “garanticen una efectiva igualdad de género” en el ámbito educativo y creará “instrumentos” para intervenir en los centros cuando haya conflictos generados por la discriminación.
La idea es no dar órdenes de arriba para que las cumplan los de abajo, resumió el presidente de la ANEP, Wilson Netto, al ser consultado.