Si se van de Uruguay a otro país de la región, los vecinos de Carrasco “no van a estar mejor” salvo que se muden a Puerto Madero, en Buenos Aires, afirma el ministro del Interior, Eduardo Bonomi
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáA medida que el taxi se alejaba de Carlos María Ramírez y avanzaba por Pedro Gilart hacia el oeste, las casas de barrio daban paso a ranchos, la calle se angostaba y sus veredas eran sustituidas por cunetas. En la tarde del viernes 17 el paisaje de la zona, salpicado por una iluminación esporádica, tenía un elemento atípico: una carpa gigante instalada en la plaza de deportes del barrio Tres Ombúes.
En su interior, los ministros Daniel Olesker (Desarrollo Social) y Eduardo Bonomi (Interior), acompañados por dirigentes del Frente Amplio (FA), anunciaban a vecinos y militantes varias medidas que el gobierno prevé aplicar en ese barrio, una de las áreas de la ciudad con mayor índice de marginalidad y pobreza, para mejorar “la seguridad y la convivencia”.
A la misma hora, centenares de vecinos de Carrasco y algunos dirigentes de la oposición se reunían en la otra punta de la ciudad para pedir la renuncia de Bonomi. Ese barrio tiene bajos índices de homicidios, pero mayor cantidad de robos.
Para el ministro, el planteo en esa marcha es paradójico porque los barrios de Carrasco, Punta Gorda, Malvín, Buceo, Pocitos y Punta Carretas tienen “niveles de seguridad similares a los de Europa” previo a la crisis económica actual.
Incluso, el ministro opinó que los vecinos de Carrasco que se quejan de la seguridad deberían tener en cuenta que hay otras zonas de la capital con índices de delincuencia peores que los de México, y que dentro de la región, solo en Puerto Madero, Buenos Aires, pueden estar “mejor” que en su barrio.
La presidenta del FA, Mónica Xavier, abrió el acto ante cerca de 300 personas que se acercaron a la carpa para escuchar los planes del gobierno en ese barrio. La Cantera del Zorro integra el plan piloto del Poder Ejecutivo para “restablecer la presencia del Estado” en siete zonas, cuatro de Montevideo (Cantera del Zorro, Marconi, Chacarita de los Padres e Ituzaingó) y tres de Canelones (Vista Linda, Villa Manuela y Obelisco).
Para elegir la Cantera del Zorro y las otras seis zonas, el gobierno recurrió a la información del censo, otros estudios del Instituto Nacional de Estadística y a los datos de criminalidad del Ministerio del Interior. “Se identificaron zonas de 10 manzanas por 10 manzanas, áreas relativamente pequeñas, donde se registran los niveles más altos de exclusión, vulnerabilidad y delincuencia”, explicó a Búsqueda el asesor del Ministerio del Interior Gustavo Leal.
En la Cantera del Zorro, por ejemplo, viven 1.995 personas. El 49% de los jóvenes entre 15 y 17 años no asiste a centros educativos y el 24,7% de los jóvenes entre 15 y 24 años no estudia ni trabaja. Además el 42% de los hogares no tiene acceso a saneamiento y el 22% carece de cualquier tipo de mecanismo de calefacción.
A los datos estadísticos se suma el hecho de que varias calles de la zona están cerradas y no permiten el paso de los camiones recolectores de basura, la iluminación pública es mala y la Policía ingresa con grupos especiales de patrullaje.
La “ausencia del Estado” en esa zona, según Leal, se refleja en un episodio ocurrido en julio de 2012. En esa oportunidad la Policía retiró los restos de más de 800 autos de un desarmadero que había en la Cantera del Zorro. Entre los vehículos había una camioneta de la Policía cuya desaparición nunca había sido denunciada.
“Hay un nuevo Uruguay que se está cristalizando” y aparecen “problemas sociales” que la izquierda “necesita registrar”, dijo Bonomi durante el acto. “Por ese motivo, es clave por un lado reconocer que el tema de la seguridad pública es parte ineludible de la agenda política pero también darse cuenta que no es posible mirar el mundo desde la rejilla del control social”.
“Cuando se habla de barrios peligrosos lo primero que se viene a la mente de las personas es la cantidad de delitos que se cometen. En esa lógica, la solución se observa desde la eficacia policial. Pero solo una respuesta policial es efímera, porque no existe estrategia de seguridad pública en una ciudad que sea sostenible basada en la saturación permanente de zonas bajo control policial”, dijo Bonomi.
La fundamentación teórica y el diseño del plan de “siete zonas” llevó al menos seis meses de discusión en la interna del gobierno. Según Olesker, “es una iniciativa que se propone mirar el territorio como el lugar de las políticas públicas”.
Para atender los problemas de trabajo, educación, vivienda, salud y cuidado de los niños que hay en esas zonas, el gobierno decidió apelar a un plan que tiene “tres ejes”: la seguridad, el espacio público y el territorio. “Hasta ahora la izquierda había tenido una visión de la pobreza muy vinculado a la economía”, dijo Leal, y agregó: “A la pobreza se ha sumado un factor territorial muy potente que tiene la capacidad de congregar y reabsorber a los excluidos” por lo que “no podés basar tu estrategia solo en las transferencias monetarias”.
Luego de las exposiciones de Olesker y Bonomi, Leal presentó a los vecinos que se acercaron a la carpa el viernes 17, las “intervenciones” que el gobierno planea desarrollar en el barrio. Mientras aparecían imágenes de los bocetos en una pantalla gigante, el asesor del ministerio relató que se iluminarán 40 cuadras del barrio, se abrirán calles, cuadrillas de presos limpiarán los basurales, se construirá un paseo peatonal y la primera cancha de fútbol de césped sintético pública. Pero lo que se robó los aplausos de los presentes fue el anuncio de un “centro cívico” con oficinas de UTE, Antel, OSE y un cajero automático.
Cuatro días después del acto, Bonomi anunció medidas para el Marconi. Entre otras cosas, se resolvió trasladar la seccional 17 al medio del barrio. Desde hace semanas esa zona es testigo del enfrentamiento entre bandas de narcos, lo que produjo varios homicidios —entre ellos el asesinato el martes 21 del hijo de un traficante— y tiroteos.
Mientras se construye la comisaría, aumentará la presencia de grupos especiales de patrullaje y de la Guardia Republicana.
Casi a la misma hora en que los ministros hablaban en la Cantera del Zorro, la canción Give Peace a Chance de John Lennon surgía de los parlantes dispuestos en la parte trasera de un camión estacionado en Juan Bautista Alberdi y avenida Bolivia.
A las 19 horas el primer orador se subió al camión y se dirigió a las más de 700 personas que se acercaron a la manifestación organizada por vecinos de Carrasco para exigir mayor seguridad. Un niño portaba una cartel que decía “Quiero ir en bici al cole” y un grupo de mujeres llevaba otra que las identificaba como “Guerreras de ley”.
“Estoy harta de que mi hijo de 14 años tenga que vivir en esta situación. Hoy tuve una pelea con él porque me dijo de ir a ver una banda en el Centro y le dije que no. Todos estamos hartos. No quiero pensar cómo será la situación cuando mis otros hijos se hagan adolescentes, espero que esté resuelta y para eso estamos acá”, dijo Karen De Tenyi.
A continuación, Diego Fau dijo que existe una “inoperancia” en el Ministerio del Interior. “Somos víctimas del mayor desastre en materia de seguridad de la historia del país”.
“Tenemos miedo a que nos maten, a nosotros y a nuestros seres queridos”, agregó.
“La pésima gestión de las autoridades nos está embretando indefectiblemente en un enfrentamiento de gente bien, trabajadora de buenas costumbres, y los otros”, dijo.
Cada intervención fue interrumpida por aplausos, cánticos contra el ministro Bonomi (“que se vaya, que se vaya”) y otros gritos como “yo no los voté” y “queremos transparencia”.
Roberto Canessa, sobreviviente de la tragedia en la cordillera de los Andes, fue el último orador. Criticó la gestión del gobierno en el área seguridad y propuso una serie de medidas que los ciudadanos podrían tomar para estar más seguros: que los motociclistas tengan el número de matrícula grabado en el casco, que todos los sábados los vecinos “solidarios” usen un pañuelo blanco como forma de poder reconocerse, pagarle a una persona para que vaya todos los días a la comisaría para ver en qué están las denuncias y generar una red de auxilio por celular que cuando uno esté en peligro el resto pueda ir a socorrerlo.
“Hay que identificar al enemigo. ¿Y ese auto por qué está estacionado ahí? ¿Quién es esa señora gorda que va con dos niños marcando casas que luego serán robadas?”, dijo Canessa, quien integra el equipo de asesores del precandidato presidencial Sergio Abreu (Partido Nacional).
El acto en la Cantera del Zorro terminó menos de una hora después que el de Carrasco. Mientras Olesker respondía preguntas en una rueda de prensa, detrás suyo Bonomi firmaba autógrafos y se sacaba fotos con los vecinos.
Consultado por la prensa acerca de la marcha en Carrasco, Bonomi respondió que “hay barrios que tienen mucha menos seguridad que Carrasco, que tiene niveles europeos” y argumentó que 'hay otros barrios que están muy por debajo de la media nacional”.
El lunes 20, en su despacho en la sede de la Secretaría de Estado, Bonomi dijo a Búsqueda que “a nivel internacional la seguridad se mide en cantidad de homicidios por cada 100.000 habitantes; Carrasco, Malvín, Buceo, Punta Gorda, Pocitos, Punta Carretas tienen niveles europeos y de antes de la crisis” que afecta ese continente.
El ministro explicó que si bien la tasa de homicidios pasó de 6 a 8 casos por cada 100.000 habitantes —el 2012 fue un año récord de asesinatos— Uruguay se mantiene “por debajo de la media mundial” y está “entre los dos o tres países del Caribe para abajo que tienen una tasa inferior a los 10 cada 100.000”.
“Y ese es el promedio del país, que está integrado por distintas realidades según los barrios”, añadió.
Para apoyar su explicación, Bonomi recurrió a datos estadísticos y mapas que elabora el Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio a partir de las denuncias recibidas por la Policía (ver recuadros).
Del primero de enero al 30 de abril hubo un homicidio en la seccional 14 (Carrasco), mientras que en la seccional 17 (Casavalle) se denunciaron ocho asesinatos.
“En Carrasco tienen niveles europeos en cuanto a asesinatos”, están mejor que otros barrios al medir las rapiñas (robos con violencia o amenaza de violencia) denunciadas, pero peor en materia de hurtos, dijo. “En La Teja la cantidad de homicidios y rapiñas es mucho mayor. Son niveles muy por arriba de la media uruguaya, muy por arriba de la media Latinoamericana y por arriba de la media de países que la tienen muy complicada como México”.
“La gente de Carrasco, si se cambia de país dentro de la región, salvo que se vaya a Puerto Madero, no va a estar mejor que en Carrasco”, concluyó.