Aumentó “sorpresivamente” el precio de los granos —en especial el de la soja— en febrero y se proyecta “estabilidad” o “leve baja” en los valores de las materias primas para este año y el próximo.
Aumentó “sorpresivamente” el precio de los granos —en especial el de la soja— en febrero y se proyecta “estabilidad” o “leve baja” en los valores de las materias primas para este año y el próximo.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa soja comenzó cotizando en el entorno de los U$S 490 la tonelada al principio de febrero, pero en las semanas siguientes llegó a superar los U$S 530, según los precios de Chicago.
Estos valores “fueron algo inesperado” y representaron una “sorpresa” para los analistas y los productores, dijo a Campo el analista de mercado, Gonzalo Souto.
“Lo que sucedió no fue muy común en esta época”, donde “normalmente bajan los precios”, coincidió el especialista en granos de Zambrano & Cía., Alberto Cruces. En este período, China generalmente cancela compras, y este año “eso no sucedió”, al tiempo que Brasil “tuvo complicaciones en las ventas de soja”, explicó.
“No aparecieron los récord de este país” porque “se demoró en su cosecha”, y eso “puso nervioso al mercado”, al tiempo que esas dificultades y el impedimento de comprarle a Brasil, obligó a China a adquirir más soja de Estados Unidos, describió.
“Lo que parece ser el principal factor que generó esta suba tiene que ver con la dinámica comercial de la oferta exportable de Estados Unidos”, porque “no ha habido un incremento en el consumo global”, razonó Souto.
El saldo exportable “de la cosecha americana ingresa entre octubre y noviembre” y su “ritmo de venta ha sido muy intenso”, por lo que buena parte de sus colocaciones “ya ha sido comprometida” o “está embarcada”, indicó.
A medida que se comenzó a divulgar esa información, los operadores de mercado comenzaron a leer esos datos “como un elemento de escasez de oferta exportable”, fundamentó.
La soja constituye el principal producto de exportación uruguaya. En 2013, la exportación de este producto representó el 21% del total de las ventas al exterior, e ingresos por encima de los U$S 1.500 millones, según datos de Uruguay XXI. China fue su principal comprador, y absorbió el 43,3% del total de las colocaciones.
Trigo
Por su parte, el precio del trigo comenzó cotizando U$S 215 la tonelada el 10 de febrero para llegar a valer U$S 241 la primera semana de marzo. Esta materia prima es el séptimo producto de exportación de más relevancia para Uruguay, y las ventas explicaron el 3% del total de las colocaciones del país en 2013.
Souto asoció las oscilaciones de precios en febrero con el conflicto que hubo entre Rusia y Ucrania. Este último país es el tercer exportador de trigo más importante del mundo y la eventualidad de un enfrentamiento bélico con Rusia —que generaría problemas de abastecimiento— provocó una tendencia alcista en el precio del grano, interpretó.
Maíz
El precio del maíz, en tanto, también experimentó un incremento en el último mes, aunque menor al de la soja y el trigo.
Su importancia como bien exportable también es menor respecto a estos dos otros granos.
El 10 de febrero, el precio del maíz comenzó cotizando U$S 175 la tonelada, pero luego de una leve caída aumentó su valor hasta el entorno de los U$S 190, según el precio de Chicago.
La suba de este grano también estuvo asociada a los conflictos entre Ucrania y Rusia, comentó Souto.
Perspectivas
Para las materias primas en general, en el corto plazo habrá un período de “estabilidad” o “de leve disminución”, proyectó Souto, y aclaró que en cualquier caso los valores seguirán siendo altos en una perspectiva histórica, comparados con “datos de 10 años atrás”.
“Los commodities vienen a precios muy por encima de lo que tradicionalmente valen”, coincidió Cruces, quien compartió que en los próximos años se espera una disminución en los precios, aunque no significativa.
Cruces agregó que el brote de gripe aviar que surgió en China “disminuyó el consumo de aves” en ese país y “por lo tanto” también el consumo de raciones basadas en soja.
“Una parte de la soja que va para China es para producir alimentos para aves”, por lo que puede bajar su demanda de esta materia prima, dijo, y aseguró que “esto es lo que pone un poco de duda sobre hasta dónde puede crecer el valor de la soja”.
En tanto, en cuanto a las perspectivas a largo plazo, Souto dijo que los pronósticos “están llenos de interrogantes” porque la situación en el mercado internacional “está muy ajustada”. Es decir, “la oferta viene corriendo detrás del consumo” y “cualquier problema” —desde condiciones climáticas hasta posibles enfrentamientos bélicos— “termina generando repercusiones en el alza de los precios”, precisó.
La expansión de la oferta “es cada vez más difícil”, valoró el analista. “Las regiones con aptitud para aumentar las áreas agrícolas no son muchas”, y “las que están disponibles no tienen las condiciones institucionales para aprovechar al máximo su potencial”. “Eso vale para algunas regiones africanas” que tienen potencial agrícola pero “que por distintas razones es difícil que la inversión se deposite allí”.
También existe “la posibilidad” de la “expansión de la oferta” por un “salto tecnológico” y por “aumento de la productividad”, pero eso se da progresivamente y “nadie espera un quiebre en el corto plazo”.
“Con ese cuadro” de oferta limitada e incremento de la población, de los ingresos y del consumo alimenticio “por parte de la población de los países emergentes” se genera “una situación para los productos de alimentos agropecuarios con un gran potencial alcista”, diagnosticó.