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    Luis A. Faroppa

    Sr. Director: 

    A 100 años del nacimiento del Prof. Luis A. Faroppa. El próximo 25 de mayo cumpliría 100 años el Prof. Cr. Luis A.Faroppa, inmejorable ocasión para recordar al Maestro e intentar que sus valores sean conocidos por las nuevas generaciones como forma de incorporar sus infinitas enseñanzas.

    El año 1916 vio nacer en el Uruguay a personalidades que han marcado fuertemente su historia. Alcanza con señalar, además de Faroppa, al Prof. Carlos Real de Azua, al General Líber Seregni y al sindicalista José D’Elía, todos ellos referentes de la excelencia y la ética en cada ámbito en que desarrollaron sus talentos.

    Hoy me interesa resaltar la personalidad del Prof. Faroppa, el docente excepcional que compartía la actividad académica con la actividad profesional y ponía de manifiesto su capacidad para la organización institucional, todo ello acompañado de la calidad humana que caracterizó todas sus actividades y de la priorización de la ética por encima de cualquier circunstancia.

    La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República, y en especial el desarrollo del estudio de la economía, tiene con el Prof. Faroppa una enorme deuda. Recibido de contador a los 24 años con medalla de oro, cuando la economía solo se estudiaba como una materia en la Facultad de Derecho, prontamente impulsó la Escuela de Economía y en 1949 fundó el Instituto de Economía del que fue su director entre 1949 y 1966, sentando, junto a otros distinguidos colegas, las bases del desarrollo de la investigación económica en el país.

    Desde su cátedra formó generaciones de economistas, algunos de los cuales le sucedieron manteniendo la metodología de evaluación que el Maestro impusiera. En sus clases incentivaba la participación del estudiante procurando siempre la fundamentación de cada respuesta. Su método de evaluación en que punteaba la metodología utilizada, la sistematización o sea el equilibrio entre las partes del escrito, y por fin la síntesis o resultado, transformaba sus clases no solo en el aprendizaje de la economía sino también en un verdadero curso de metodología del conocimiento.

    Faroppa fue un profundo estudioso de la economía nacional, enmarcándola siempre en la economía mundial y luego en la regional, generoso y abierto para trasmitir sus conocimientos, inflexible en sus conclusiones pero también dispuesto a escuchar opiniones diferentes respetuosamente. No en vano en los convulsionados años sesenta en que nos tocó estudiar, en los que como estudiantes fuimos exigentes críticos de nuestros profesores, el Prof. Faroppa, indiscutido batllista, tuvo siempre el respeto y el reconocimiento de todos más allá de las diferentes posiciones políticas de cada uno. Prueba de ello es la amistad que pudo cultivar a lo largo de su vida con tantos de sus alumnos no precisamente vinculados a los partidos tradicionales.

    Si en la docencia y en la investigación económica tuvo tan reconocidos méritos, no fue menos su destaque en la actividad pública. Apenas recibido, fue asesor del ministro de Hacienda de Luis Batlle, Don Ledo Arroyo Torres, primera actividad que marcó su vinculación a la esfera pública y que recordaba siempre con interesantes anécdotas que gustaba compartir en sus conversaciones. Fue Faroppa el primer director de la Oficina de Ganancias Elevadas, antecedente de la actual DGI, la organizó con estudiantes de la Facultad, a quienes reunía en su casa para trasmitirles la impronta del servicio público y la optimización de la gestión.

    En su actividad política dentro del batllismo se integró a la Lista 99 junto a Zelmar Michelini y Renán Rodríguez, y acompañó con entusiasmo la Presidencia del Gral. Oscar Gestido, quien en 1967 lo designó como primer Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, recientemente creada por la nueva Constitución, demostrando una vez más su capacidad para organizar de cero una entidad pública en este caso de rango similar a un Ministerio. En 1984 fue representante del Partido Colorado en la Concertación Programática y a partir de 1985 asesor del presidente Sanguinetti.

    Esta sintética reseña apenas esboza algunas de las facetas que distinguieron al Prof. Faroppa. No seríamos justos con él si no nos refiriéramos a su calidad humana. Fue sin duda un hombre excepcional, a quien bien puede aplicársele el aserto de Terencio: “nada de lo humano le fue ajeno”. Formó una maravillosa familia y ofreció su apoyo y su amistad sin límites. Jamás olvidaré las charlas matinales en su casa, verdaderas clases no solo de la coyuntura económica, sino de los más elementales temas de la vida diaria, que siempre acompañaba con su análisis brillante y su sensibilidad que le permitía dar su mejor consejo.

    Faroppa se fue como vivió, en silencio, pero dejó en todos los que lo conocimos y lo tratamos  imborrable recuerdo. Hasta el final de su vida intentó entender la economía para poder trasmitir luego su conocimiento. Poco antes de que su organismo no le permitiera continuar, trabajaba en una investigación que arrojara luz sobre los cambios que la irrupción de China en la economía había producido en la economía mundial, en la de la región y en la del Uruguay, y “así sucesivamente” como acostumbraba decir. Lamentablemente este trabajo no pudo ser concluido. Primero no pudo subir más a su estudio en el altillo de su casa en Gral. Paz y luego, mudándose a un apartamento para estar más cerca de su hijo, perdió así el hábitat natural de sus investigaciones en aquel altillo rodeado de miles de libros que formaban su querida biblioteca, y ahí quedaron finalmente truncas sus inquietudes por entender la economía cambiante, privándonos de su lúcida interpretación.

    Señalé al principio su arraigado concepto de la ética. Me permito señalar solo dos actitudes que demuestran ese arraigo: 1. Por el Plan de Estudios por el que se recibió de Contador Público se podía optar al título de Doctor en Ciencias Económicas con la presentación de una tesis. Un día le pregunté por qué no había hecho esa opción con sus múltiples trabajos publicados y cuando la normativa lo habilitaba, en una época en que la Universidad otorgaba títulos de Doctor a Abogados, Médicos, Veterinarios, Odontólogos con sus estudios de grado. Su respuesta fue inmediata: “el título de Doctor debe responder a un curso de posgrado curricular que yo no he cursado”. Finalmente y, más allá de su actitud, la Universidad de la República supo reconocer al Maestro con el título de Profesor Emérito de la Facultad de Ciencias Económicas y Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República, más que merecidos reconocimientos a quien tanto aportara a la Facultad y a la Universidad, y por qué no, a la sociedad toda; 2. En 1985, con la restauración democrática, el Directorio de la Caja Notarial de Seguridad Social que recuperaba la administración de su Instituto después de la intervención dictatorial, le solicitó al Prof. Faroppa su opinión sobre la situación económica y financiera con que se recibía el Instituto. Faroppa analizó balances y distintas informaciones y finalmente produjo su conceptuoso informe. Terminada su intervención se le solicitó indicara sus honorarios y el Prof. Faroppa entendió que no podía cobrar honorarios por incompatibilidad con su función de asesor de la Presidencia de la República. Obviamente no existía ninguna incompatibilidad ni legal ni formal pero sí con su concepción de la ética.

    Por estas actitudes es que debe ser recordado y ojalá imitado en estos tiempos en que la ética parece tan desvalorizada. Para mantener en la memoria colectiva ejemplos de vida como las del Prof. Faroppa nos permitimos sugerir algunas alternativas que cuadyuven a mantener vivos estos recuerdos:  podría designarse con su nombre el trecho de Gral. Paz entre Coimbra y la Rambla, donde por tantos años vivió y tuvo su estudio. La Facultad o el Instituto de Economía podrían designar un aula o un Salón de Actos con su nombre. La Oficina de Planeamiento y Presupuesto en homenaje a su primer Director podía designar la Dirección o un Salón de Actos con su nombre. Y si bien no directamente vinculado a él, pero por tratarse del principal evento que reúne a los economistas del país, el Banco Central del Uruguay podría designar las próximas Jornadas de Economía en homenaje al centenario del nacimiento del Prof. Luis A. Faroppa.

    Sr. Director, pidiendo disculpas si me excedí del tamaño autorizado, solo me resta agradecer al Prof. Faroppa por todas sus enseñanzas y por haberme permitido disfrutar de su amistad.

    Cr. Ec. Luis Casares

    CI 901.829-2