Mario Zanocchi

Mi viejo era antes que nada periodista. Dedicó parte de su tiempo a otras venturas, pero definitivamente en ninguna fue más exitoso que en hilar palabras con sabiduría y gracia, con un vocabulario digno de admiración para todos los que no dedicamos tanto tiempo a leer, tantos que no caben en una casa.

Que no supo que su nieto, Felipe Mario Zanocchi Brocal, estaba en camino, ni mucho menos, por supuesto, que es un niñito alegre, sano, recargado de energía, ordenado y muy observador; y que el martes pasado tuve que correr a buscarlo porque me llamaron del jardín para decirme que tenía conjuntivitis. Tampoco, claro, se enteró, que su hija mayor se casará el próximo 8 de noviembre con un hombre que estoy seguro encaja en los rigurosos requisitos descriptivos que él exigía.

Simplemente eso, señor director: un recuerdo a un gran hombre, en un medio que yo sé que él apreciaba.

Lo saludo cordialmente y agradezco tenga la amabilidad de publicar este mínimo recuerdo,

Pablo Andrés Zanocchi Galeano